La resurrección de Downey Junior: el amor “mágico” de una mujer lo rescató del infierno de drogas y alcohol

Durante años, el carismático actor vivió al borde la de autodestrucción. Drogas, escándalos y cárcel eran parte de su cotidianeidad. Pero en 2003 conoció a su actual esposa y la vida le dio una segunda oportunidad que no desaprovechó

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Robert Downey Jr. y su esposa Susan Levin. Él asegura que su amor "mágico", lo salvó (Shutterstock)
Robert Downey Jr. y su esposa Susan Levin. Él asegura que su amor "mágico", lo salvó (Shutterstock)

Cuando a Susan Levin, productora de cine, le confirmaron una reunión con Robert Downey Jr, no pudo evitar una mueca de disgusto. Es que los excesos del actor eran conocidos ya no en el mundillo de Hollywood sino en el mundo todo. Revistas, diarios, portales y noticieros se habían encargado de cubrir y narrar con lujo de detalles el abuso de drogas, las detenciones por posesión de heroína, su arresto por conducir desnudo y drogado, la violación de la libertad condicional y un traumático paso por prisión.

Es cierto que cuando el actor estaba limpio o “en eje” volvía a ser el intérprete más talentoso de su generación, el que con apenas 27 años fue candidato al Oscar por Chaplin, el que con su carisma lograba que los set de grabación fueran una fiesta, el que jamás llegaba tarde a un rodaje y que con su humor inteligente encantaba a todos, pero ¿cuánto tiempo podía lograrlo?

Pese a que una amiga había envidiado su suerte por conocer a ese hombre “terriblemente sexy y trágicamente maravilloso”, Susan seguía pensando que solo le traería problemas (Shutterstock)
Pese a que una amiga había envidiado su suerte por conocer a ese hombre “terriblemente sexy y trágicamente maravilloso”, Susan seguía pensando que solo le traería problemas (Shutterstock)

Susan intentaba pensar en positivo, pero como la mujer ejecutiva que era sabía que ninguna compañía de seguros estaría dispuesta a cubrir su contrato. Lo consideraban demasiado “volátil”. Es cierto que Robert no era culpable de algunas de sus decisiones, su historia lo era. Al fin de cuentas si tu padre a los 6 años en vez de comprarte un helado prefiere invitarte a fumar un porro evidentemente habrá consecuencias en tu vida futura.

En todo eso seguramente pensaba Susan cuando finalmente se concertó la primera reunión entre la entonces productora principal de la compañía Silver y Robert Downey, el actor elegido junto a Halle Berry y Penélope Cruz, para protagonizar Gothika. El primer encuentro tuvo mucho de protocolar y nada de mágico. Pese a que una amiga había envidiado su suerte por conocer a ese hombre “terriblemente sexy y trágicamente maravilloso”, Susan seguía pensando que solo le traería problemas.

¿Le daban ganas de rescatar a ese actor brillante encerrado en la personalidad de un chico malo? No, la verdad que no, si era por rescatar prefería buscar un perrito callejero; Downey Junior ya estaba suficientemente grande para rescatarse solo. Además Susan sabía que ya otras dos mujeres habían querido convertirse en redentoras sin éxito. Es que así como los abusos con las drogas y los descontroles con la ley del actor eran conocidos por todos, también lo eran sus fracasos amorosos.

Con Sarah Jessica Parker. Se conocieron en 1984 mientras filmaban Firstborn y dos semanas después del primer encuentro ya convivían (Shutterstock)
Con Sarah Jessica Parker. Se conocieron en 1984 mientras filmaban Firstborn y dos semanas después del primer encuentro ya convivían (Shutterstock)

Uno de los más famosos fue el que vivió junto a Sarah Jessica Parker. Se conocieron en 1984 mientras filmaban Firstborn y dos semanas después del primer encuentro ya convivían. No habían cumplido los 20 y eran increíblemente atractivos pero todavía no eran increíblemente famosos. Se enamoraron, todo parecía idílico. El compró la antigua casa de Charles Chaplin -sin intuir que un día lo encarnaría- y se instaló junto a su pareja y el Sr Smith y el Sr Scout, sus gatos persas.

A ella lo enamoraba de él “lo inteligente, divertido, rápido e implacable que era. Nunca había encontrado ese tipo de humor, y estaba loca por eso. Él no es tu hombre gracioso. Gran parte de su trabajo es improvisación. Está literalmente volando de su boca. No hay nadie como él “.

A él lo enamoraba de ella que traía un poco de orden a su caótica vida. “Si no hubiera conocido a Sarah, no creo que hubiera conseguido muchos de los trabajos que hice… Sarah me ha hecho más práctico. Ella me consiguió un contador y me hizo obtener una cuenta bancaria. La razón por la que sales es encontrar a alguien con quien puedas vivir cómodamente. No creo que tenga que seguir buscando “.

Downey Jr como Charles Chaplin
Downey Jr como Charles Chaplin

Pasó bastante tiempo hasta que Jessica descubrió que el consumo de drogas de su novio no era algo recreativo sino peligroso. Al principio solo bebía unas cuantas copas y fumaba marihuana, pero luego pasó a consumir un poco de cocaína y rápidamente el poco se transformó en mucho. “Yo no era con consciente de los problemas que él tenía. Cuando lo conocí a fondo comprendí que su vida estaba en peligro y la mía también. No se dejaba ayudar y eso me dio mucho miedo”, explicó la actriz mucho tiempo después.

Estuvieron juntos siete años, hasta que en 1991 Jessica dijo basta. “Reuní el coraje para decidir marcharme, y me dije: ‘Solo puedo rezar para que no muera’”. La relación con Jessica se rompió, pero la del actor con las drogas siguió.

Junto a su segunda esposa y madre de Indio, Deborah Falconer (Shutterstock)
Junto a su segunda esposa y madre de Indio, Deborah Falconer (Shutterstock)

Después Robert conoció y se enamoró de Deborah Falconer, una multifacética artista que era cantante, compositora, modelo y actriz. Se vieron por primera vez en abril de 1992 y 42 días después -el 29 de mayo- se casaron. Al año siguiente nació Indio. Pero ni el matrimonio ni la paternidad pudieron con sus demonios quizá porque, como aseguró alguna vez su amiga Jodie Foster, la maldición de Robert Downey Jr. era “ser demasiado listo”.

Y ahí andaba el actor sumergido cada vez más y más en su propio infierno. De nada sirvió que Elton John lo apoyara públicamente haciéndolo protagonista del video I want love, que Mel Gibson se ofreciera a pagar de su bolsillo el seguro para que su amigo pudiera filmar Air America ni que sus otros amigos, Sean Penn y Dennis Quaid lo llevaran a la fuerza a un centro de rehabilitación de donde se escaparía por la ventana del baño.

Con el comienzo del Siglo XXI su descontrol se descontroló todavía más. Lo llamaron para participar en Ally McBeal, recibió un Globo de Oro y la audiencia crecía cada vez que él aparecía. Pero lo encontraron en un hotel con anfetaminas y cocaína y el estudio canceló su participación. Meses después la policía lo descubrió inconsciente en un callejón. Entonces Deborah, luego de una relación de 12 años dijo “hasta acá llegamos” y se marchó con su hijo.

En la primera reunión que tuvieron Susan y Robert ella pensó que ese hombre “era muy extraño. Alguien que ha vivido tanta vida pero que tiene una cualidad de Peter Pan que nunca crece” (Shutterstock)
En la primera reunión que tuvieron Susan y Robert ella pensó que ese hombre “era muy extraño. Alguien que ha vivido tanta vida pero que tiene una cualidad de Peter Pan que nunca crece” (Shutterstock)

Con ese actor increíble pero con ese hombre absolutamente roto debía encontrarse Susan. Ella no deseaba salvar su alma torturada “ni siquiera un poquito” y sobre todo estaba demasiado ocupada en su trabajo para andar pensando en relaciones amorosas. Desde los 12 años sabía que quería trabajar en el negocio del cine, había estudiado en la Universidad de California y con 30 años ya era vicepresidenta del estudio Silver. Por eso, ahora solo le interesaba que el encuentro con el actor saliera bien y se terminara lo más rápido posible.

En esa primera reunión y luego de charlar un rato pensó que ese hombre “era muy extraño. Alguien que ha vivido tanta vida pero que tiene una cualidad de Peter Pan que nunca crece”. No sonaron campanitas ni se aceleró al corazón, para Susan “era un actor brillante, pero no fue más allá de eso. Lo vi más como un profesor o el hermano mayor de alguien". Incluso consiguió dado el carácter “volátil” del actor que lograra firmar el contrato aceptando que se le retuviera parte del salario hasta que la película terminara.

Downey como estrella de Marvel (Shutterstock)
Downey como estrella de Marvel (Shutterstock)

Después de unas semanas de trabajo, lo empezó a mirar con otros ojos. Es que la combinación de risa, talento e inteligencia suele ser un afrodisíaco poderoso. Así fue que un día, luego del rodaje y mientras corrían en la cinta del gimnasio, él le dijo: “Levin, ¿querés ir a cenar?”. Y ella le contestó que mejor iban a tomar algo pero que primero debían cambiarse. Acordaron encontrarse en el vestíbulo. Entonces, él bajó la escalera y ella por primera vez pensó “qué tipo realmente lindo”.

Luego de esa salida, comenzaron su romance. Pero si Sarah Jessica Parker tardó un tiempo largo en conocer los demonios de Downey, Susan recorrería el mismo camino. Es que aunque estaba metida en el mundo del cine nunca participaba de fiestas descontroladas y en su círculo de amigos y familiares no había nadie adicto a las drogas. Susan era una experta en su trabajo pero en cuanto al mundo de excesos vivía en la “extrema ingenuidad e ignorancia”. Además, Downey en el set era un profesional extraordinario y en las salidas, el hombre más divertido del mundo.

Llegó el día en que terminaron de filmar la película y fue entonces que Susan conoció “el lado Darth Vader” -como Robert lo llama- de su novio. Así que lejos de esperar que el tiempo curara o empeorara todo, simplemente lo encaró y le dijo “Esto no va a funcionar. Si te querés quedar conmigo, nada de esto puede volver a pasar”.

Era el 4 de julio de 2003 y ante semejante cachetazo de realidad, el actor tomó una decisión. Se detuvo en la Pacific Coast Highway, arrojó sus drogas al océano y decidió terminar con ellas para siempre.

“Creo que vio lo que teníamos”, explicó Susan en una sincera entrevista en Harper’s Bazaar. “Había algo mágico allí, algo que no podíamos identificar. Siempre dice que nos convertimos en esta tercera cosa cuando nos juntamos, algo en lo que ninguno de nosotros podría habernos convertido solos, y creo que es verdad”.

Susan le enseñó a mantener la cabeza en su sitio, a evitar “el sentimiento de depresión que da mirar atrás y la ansiedad que da mirar adelante” para centrarse en el ahora (Shutterstock)
Susan le enseñó a mantener la cabeza en su sitio, a evitar “el sentimiento de depresión que da mirar atrás y la ansiedad que da mirar adelante” para centrarse en el ahora (Shutterstock)

En 2005, la productora y el actor se casaron. Luego nacieron Exton y Avri. Hoy Downey Jr. no solo es la gran estrella del sello Marvel, también es uno de los artistas mejor pagos del mundo. Pero nada podría haber sido posible sin su “mujercita”, como la llama con los ojos húmedos de emoción. Sincero y a corazón abierto, admitió en una entrevista en El País que Susan le enseñó a mantener la cabeza en su sitio, a evitar “el sentimiento de depresión que da mirar atrás y la ansiedad que da mirar adelante” para centrarse en el ahora.

“No tengo más que verla, con nuestros hijos, todo el día al teléfono lidiando con la productora, conmigo y todo como si nada. Tengo que dar gracias a Dios por esta etapa. Aunque luego me vuelva a quejar”. Por eso admite orgulloso y sin necesidad de “deconstrucciones” que “el viejo dicho es verdad: detrás de todo hombre hay una gran mujer. Yo le debo gran parte o todo mi éxito a Susan”.

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