Si existe el amor después del amor, ahí están Antonio Banderas (59) y Melanie Griffith (62) para confirmarlo. Porque más allá de algún chispazo inicial, los dieciocho años compartidos son suficientes para que estas dos estrellas de Hollywood se sigan queriendo. Y entre ellos hoy nada se parece a la desilusión, el despecho, ni el odio. A cinco años del escandaloso divorcio de 2014 y con Stella del Carmen Banderas Griffith (22) como la única hija en común, la neoyorquina y el malagueño se siguen amando, aunque hayan cambiado las formas.
Los actores se vieron por primera vez en 1995 y filmando Two Much, una comedia del cineasta español Fernando Trueba. El español estaba casado desde 1987 con su compatriota, la actriz Ana Leza. Melanie, en tanto, cargaba con un pasado tumultuoso. Se había enamorado de su colega Don Johnson a los 14 años, se habían casado a los 22 y habían permanecido juntos solo seis meses. Entonces, ella había empezado a salir con Steven Bauen, con quien pasó por el registro civil en 1981. Pero se separó en 1989, cuando ya estaba viéndose de nuevo con quien había sido su marido a los veinte. Volvió a casarse con su ex marido ese mismo año, para separarse definitivamente en mayo de 1995.
Así de intrincada era la cosa, cuando Antonio y Melanie se conocieron. ¿Hijos? Ella tenía dos hijos: Alexander (34), de su segundo marido y Dakota (29) –recordada por su protagónico en 50 sombras de Grey–, del primero que después fue tercero. Él, ninguno. Pero estaba decidido a jugarse el todo por el todo. Ese mismo año se separó de Leza en muy malos términos. Y contra viento y marea –porque buena parte de la prensa no auguraba mucho futuro a la dupla– Griffith y Banderas se casaron en Londres el 14 de mayo de 1996. El 24 de septiembre nació Stella del Carmen.
Entonces, lo que para afuera empezó como un romance apasionado y muy comentado, pronto se convirtió en una de las parejas más sólidas de Hollywood. Entre Málaga y Los Ángeles, él con el pelo largo y ella con rulos tomados, los actores criaron a Stella mientras el éxito se volvía costumbre.
De hecho, el musical Evita, del actor con Madonna –si tuvieron algo o no, aún es un misterio– se estrenó el año de su boda y recaudó millones. La taquilla acompañó al español en La máscara del Zorro (1998). Y mientras los años pasaban, trabajaba con directores gigantes como Pedro Almodóvar –que lo había lanzado a la fama–, Woody Allen, Brian de Palma y Carlos Saura.
Algo más discreta, la carrera de Melanie seguía su curso, con películas más olvidables que otras, entre las cuales Lolita (1997) podría recordarse con una sonrisa. Aunque, el cine no era todo para la pareja. A fines de los años 90 Antonio vio la beta: hizo de su rostro una marca. Se asoció con Puig y empezó a vender sus fragancias en buena parte del planeta.
Sin embargo, detrás de un matrimonio que facturaba a destajo, los problemas por las adicciones de Melanie empezaban a hacer mella. Drogas, alcohol y psicofármacos eran la causa principal de tres internaciones que trascendieron a la prensa, en 1998, 2000 y 2009. Por ese entonces, no sorprendía que en un acto de ¿eterno? agradecimiento a su marido, la actriz se tatuara "Antonio" y un corazón, en su brazo derecho.
Los rumores del fin del amor empezaron en julio de 2012. Antonio se divertía en Cancún mientras Melanie pasaba sus vacaciones en Aspen, sin el anillo de casada. "Nos queremos mucho y no nos vamos a divorciar", apuntaba entonces Banderas, para acallar los rumores, al menos por un tiempo. Sin embargo, en abril de 2014, la actriz no participó de la Semana Santa de Málaga, como lo hacía siempre. E incluso se mostró muy feliz en el festival de Coachella en California y en redes sociales publicaba: "¿Quién cree en el matrimonio y por qué?".
Hasta que, en el Festival de Cannes, Banderas caminó sin su esposa la alfombra roja. Y aunque dijera que entre ellos estaba "bien, todo muy bien", verlo bailar de manera cariñosa con la actriz ucraniana Natalie Burn y jugar con otras varias, sirvió para que no quedaran dudas del final.
"De forma meditada y consensuada, hemos decidido finalizar nuestros casi veinte años de matrimonio de una manera amorosa y amistosa, honrando y respetando a los demás, nuestra familia y amigos, y al tiempo precioso que hemos pasado juntos", anunciaban con un comunicado conjunto en junio de 2014.
LOS DÍAS DESPUÉS DEL ADIÓS
En paralelo, Laura Wasser, abogada top de Hollywood, presentaba el pedido de divorcio iniciado por Griffith ante la Corte Suprema de Los Ángeles. Reclamaba la disolución de su matrimonio por diferencias irreconciliables. Pedía la custodia de Stella del Carmen, que por ese entonces tenía 17 años, siempre con patria potestad compartida. Y además de la división de bienes exigía la manutención de ambas.
¿El resultado? Según los escritos a los que accedió el portal TMZ, la pareja había firmado inicialmente un acuerdo prenupcial que establecía la separación de bienes, pero en 2004 había optado por pasar al régimen de bienes gananciales. Por eso, la repartija iría por partes iguales.
La justicia dictaminó que el malagueño tendría que pasarle a su ex mujer la suma mensual de 60.000 euros. Él se quedaba con la casa en Marbella y el departamento de Central Park, en Nueva York. Mientras que para ella iba la casa en Aspen, Colorado. ¿La mansión de Los Ángeles? Se vendería por 15 millones de euros, la mitad para cada uno. ¿Más? Ella se quedó con una pintura de Pablo Picasso, mientras Antonio con un dibujo del genio y otro de Diego Rivera. Un Porsche, para cada uno. Además, hasta 2021 Banderas se hará cargo de los gastos universitarios de Stella del Carmen y solo dejará de pasarle dinero a Griffith si ella vuelve a casarse.
Pero además, apenas anunció la separación, Griffith empezó el tratamiento con láser para borrar el tatuaje. Primero usó un maquillaje que lo disimulaba. Después, dejó que se viera cómo el nombre empezaba a desaparecer. Más de una vez salió con un apósito que lo tapaba. Y alguna que otra escribió con birome "Mel" sobre la cinta que lo cubría. Hasta que finalmente, en 2016, Griffith apareció en el Festival de Cine de Taormina con el brazo totalmente libre del corazón y de Antonio.
"Mi matrimonio terminó, en parte, porque me quedé atrapada. No dejaré que eso vuelva a suceder. Quiero disfrutar de la vida", declaró a principios del 2017 a la revista Porter. Y agregó: "Me volví tímida con los hombres y muy reticente. No conocí a nadie en los casi dos años que llevamos divorciados".
Muy distinto es el caso del español, que durante una comentada excursión por Cannes de 2014, había conocido a la RRPP alemana Nicole Kimpel, su actual pareja. "Yo no quise empezar una relación con él hasta que no hubiera cortado definitivamente con Melanie. Antonio me explicó que estaba en plena separación. Le contesté que tenía que solucionar las cosas", le aseguró Kimpel a Vanity Fair en una entrevista en 2015.
Pero la vida post Melanie del malagueño tampoco fue toda una maravilla. El 26 de enero de 2017 sufrió un infarto que lo llevó al quirófano. "Me colocaron tres stents en las arterias coronarias", contó unos meses después y eso explicó por qué había bajado tanto de peso. "Si algo tuvo de bueno es que me obligó a dejar de fumar de sopetón", apuntó más tarde, mientras presentaba la miniserie Genius, en la que encarnaba al maestro, su coterráneo Pablo Picasso.
En cambio, la salud sí estuvo del lado de Melanie, que sin ánimo de agraviar a su ex, comentó que desde que se separó no volvió a tener ataques de epilepsia. "El divorcio fue la verdadera cura para mí", aseguró en una conferencia en Los Ángeles, el mismo año en que su marido se infartaba.
"Mi voto va para él. Antonio nominado para los Emmy", posteó Melanie con una foto de su ex marido devenido en Picasso y los aplausos de los fans fueron para ambos. "Aunque estemos divorciados ella es mi familia y la querré hasta que me muera. Hemos estado en contacto todos estos años y logramos una separación muy elegante", aseguró Banderas en devolución de gentilezas.
Pero hubo más. "Feliz cumpleaños a mi atractivo exmarido. Siempre te querré", escribió Melanie sin reparos en Instagram, para conmemorar el natalicio del hombre que había dormido con ella durante 18 años. Y cuando la hija de ambos también cumplió, su madre subió una foto que decía "Mama, Stella, Papi y MorMor en la velada por el 22 cumpleaños de Stella". Se veía a Banderas abrazando a su ex suegra y estirando su mano derecha para apoyarla sobre la pierna de la madre de su única hija.
Y porque en las redes sociales es donde el amor más sabe de matices, hace un par de meses Antonio y Melanie subieron un video junto a Kimpel, Stella, Alexander y Jesse Johnson (el hijo de Don Johnson y hermano de Dakota) riéndose por cómo aplaudían. Porque no solo todo está bien entre Melanie y Antonio. Sino que además está todo diez puntos entre "los tuyos, los míos y los nuestros".
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