El día en que se conocieron, John Travolta (65) y Kelly Preston (56) sabían mucho de amor y desconsuelo. Se vieron por primera vez en 1987, durante el casting de Los expertos, una olvidable comedia que sólo sirvió para cambiarles la vida.
Una mirada bastó para que la hawaiana de sonrisa angelada quedara rendida ante la estrella que diez años antes había hecho bailar a toda una generación con su implacable Fiebre de sábado por la noche.
Jamás imaginaron que compartirían 27 años de matrimonio. Y, mucho menos, que atravesarían juntos una tragedia y múltiples escándalos.
Cuando se cruzaron por primera vez, Kelly estaba apenas separada de su marido, Kevin Gage. "De repente lo vi caminar hacia mí con actitud y con sus dos perros. Me enamoré", contó mucho después sobre aquel instante definitorio en que supo que Travolta sería el hombre de su vida.
Pero la cosa quedó ahí…
Una vez que Preston tuvo el divorcio, mantuvo un tumultuoso romance con George Clooney –nada menos– a quien le regaló un cerdo vietnamita que el pediatra de ER cuidó hasta después de la ruptura. Un año más tarde, se enamoró de Charlie Sheen, planearon boda para 1990, pero todo terminó abruptamente tras un misterioso y extraño disparo accidental que gracias a Dios no tuvo víctimas fatales ni investigación para aclarar el hecho.
John, en tanto, sí había vivido un amor "hasta que la muerte los separe". Contra todo prejuicio, había presentado como su novia a Diana Hayland, una actriz 18 años mayor que él. Pero lo que parecía una relación única, se transformó en tragedia. Después de un desmayo en la cena de Navidad, a Diana le diagnosticarían cáncer de mama. La lucha fue desigual y la enfermedad se la llevó demasiado pronto, en marzo de 1977.
Diez años después de la muerte de Diana, Travolta flechó a Kelly pero recién empezaron a salir en los albores de los noventa, habiendo trabajado el dolor y conscientes de los contratiempos del amor apostaron a una relación diferente.
Tras unos meses de novios, Travolta -que celebraba el éxito de Mira quién habla– le propuso matrimonio a Kelly en Suiza. Se casaron en el Hotel Crillon de París, el 5 de septiembre de 1991. Fue ante un ministro de la Cienciología, iglesia que por entonces crecía a pasos agigantados entre las estrellas de Hollywood. Pero además, y decididos a empezar una sociedad para toda la vida, refrendaron la boda en Daytona Beach, dentro de la península de la Florida, para que tuviera validez legal.
En 1992, el nacimiento de Jett los enfrentó a un primer gran desafío como pareja. "Cuando tenía dos años se enfermó y, por los síntomas, pensamos que se trataba de una gripe. Sin embargo, los análisis demostraron que tenía enfermedad de Kawasaki", contó Preston mucho después sobre un mal que produce la inflamación de los vasos sanguíneos.
Consagrado tras su actuación en Pulp fiction (1994) –con el maestro Quentin Tarantino en la dirección–, Travolta se lució en Contracara (1997), Colores primarios (1998) y La hija del general (1999). Pero su vida familiar esa su fortaleza y su sostén.
Preocupados –además de ocupados– en la crianza de Jett, por ese entonces nació Ella, que hoy tiene 19 años. "Antes de tener a mis hijos tuve problemas con la bebida… Después, todo cambió. Ya no bebo, ni fumo, ni consumo sustancia", apuntó Kelly en 2012 sobre aquel pasado que coincidía con sus comienzos en Hollywood.
Por ese entonces, la pareja volvía a compartir un set en Campo de batalla: la Tierra (2000). Se trataba de la adaptación de una novela de Ron Hubbard, el gurú y fundador de la Cienciología, que le serviría a Kelly para ser nominada como… peor actriz de reparto en los premios Razzies. Todo siempre en compromiso con esta Iglesia fundada en los años cincuenta por Hubbard, aficionado a la ciencia ficción, que tiene una prédica bastante particular: los humanos somos seres espirituales e inmortales con vidas pasadas que se remontan a los extraterrestres.
El florecer de los escándalos
Con el nuevo milenio y los Travolta ya instalados en su mansión de Florida –tienen otra en Los Ángeles y una más en Bahamas–, la enfermedad de Jett parecía medianamente controlada y Ella crecía sana. Sin embargo, se acabaría la calma.
Los primeros rumores de la homosexualidad de Travolta cobraron fuerza en 2006 con una foto publicada por la revista The National Enquirer, en la que se ve al actor –que además es piloto– besándose con un hombre en las escalinatas de un avión en Canadá. Y todo mientras Tom Cruise, máximo exponente de la Cienciología, también era señalado como uno de los amores ocultos de John.
John y Kelly nada dijeron. Se mostraron juntos, tomados de la mano, en cada aparición pública. Ella estaba al lado del hombre que había elegido. Él sentía que sin ella nada tenía sentido. Sus amigos aseguraban: "John tiene una dependencia total con Kelly"
Sin embargo, a esa altura, nada hacía imaginar lo más duro. En 2009 Jett sufrió un ataque de epilepsia mientras se bañaba, se golpeó la cabeza y quedó inconsciente. Fue en Bahamas, dónde estaban de vacaciones. Entonces trascendió que el adolescente de 16 años sufría al menos un ataque epiléptico por la semana y además tenía un trastorno del espectro autista. ¿Cómo era posible que no estuviera medicado? Nadie pudo responder esa pregunta. Lo concreto es que murió camino al hospital de Nassau. Lo enterraron bajo los ritos de su iglesia, en una ceremonia privada en La Florida. Y la familia y los representantes del actor negaron enfáticamente que la Cienciología tuviera que ver con un tratamiento deficiente.
"Nuestra Iglesia nos mantiene en tierra. No sé que hubiéramos hecho sin su apoyo", aseguró el actor de Grease (1978) conmovido. "Creo que los dos intentamos llevar el dolor lo mejor que pudimos. Fue un momento en el que era muy difícil mirarnos el uno al otro, porque si uno estaba mal, el otro se caía. Pero la fuerza de nuestra relación nos ayudó", declaró Kelly luego de la pérdida de su hijo.
Ante la BBC, John fue mucho más lejos y contó que incluso pensó en dejar la actuación. "Después de tres años de recibir apoyo de mi Iglesia, de la gente, mi familia y los fans, decidí que podía volver a trabajar. Porque cuando murió mi hijo me planteé retirarme", aseguró.
Ben, el tercer hijo de la pareja, nació en 2010, justo antes de que aparezcan las primeras denuncias de abuso sexual sobre Travolta. Porque en mayo de 2012, un hombre que no dio su nombre para preservarse, lo acusó de tocarlo en el 2000, en un spa de Beverly Hills. Después lo apuntó un masajista, aunque el hecho habría ocurrido en Atlanta y sobre la misma época. Por último, Fabián Zanzi, un chileno que sí se presentó ante la prensa y ante la justicia, relató una situación parecida durante un crucero por el Caribe en 2009: Travolta había abusado de él.
Pero eso no fue todo en materia de escándalos. El ex piloto Doug Gotterba inició un raid mediático contando que había tenido una relación gay con Travolta a fines de los ochenta.
"Me pareció ofensivo, más aún después de la pérdida de mi hijo. Fue lo más bajo que me tocó vivir. Los asuntos sexuales siempre resultan interesantes… Son el Talón de Aquiles de las celebridades. Vienen de personas que quieren dinero", respondió Travolta, indignado frente al tema. ¿Qué hizo su esposa? Siguió firme a su lado. Nada hizo mella en Kelly.
Con un patrimonio matrimonial estimado en 170 millones de dólares y más allá de todo lo que les tocó vivir, Travolta siempre siguió mostrándose en la alfombra roja con su esposa y hablando maravillas de Kelly. Su matrimonio podía soportar todos los rumores que Hollywood quisiera crear. Ellos iban a estar juntos para siempre.
El año pasado, lejos de cualquier crisis que pudiera sospecharse, volvieron a protagonizar juntos una película. Hicieron Gotti, con Travolta como el capo de la mafia neoyorkina y Kelly, como Victoria. Interpretaron a dos padres que también pierden un hijo adolescente. De hecho, al presentarla en Cannes, la actriz habló de su propia tragedia: "Cuando te pasa algo así, la pareja se complica o te ayuda a salir adelante. No queda otra".
Y mientras algunos afirman que los Travolta siguen juntos porque dejar la Cienciología es muy difícil, ellos tienen explicaciones de sobra para el éxito que encarnan, después de casi 30 años de matrimonio: "Nos queremos y alimentamos mutuamente. Nos preocupamos el uno por el otro y nos protegemos. Hacemos lo posible para no caer en el tedio. Hay parejas que no exploran las nuevas necesidades del otro y eso arruina el romance. Uno tiene que mostrarse siempre interesado. Es fácil preguntarle al otro qué le interesa. Hay que mantenerse motivado y comprometido", aseguró Travolta en una entrevista.
"Los hijos son un gran factor de motivación, pero honestamente, si dejás que todo siga como por arte de magia, puede llegar a desaparecer… Así como mucha gente termina de un día para el otro", agregó emocionado al lado de su esposa.
Y Kelly –la mujer que todo lo soportó– resumió lo vivido junto a Travolta en 17 palabras: "El próximo septiembre celebramos 27 años de matrimonio y eso en Hollywood ¡es como 67 años juntos!"
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