Entre el comercio y las trincheras, la "neutralidad imposible" de Argentina en la Primera Guerra Mundial

Un reciente libro del historiador francés Grégoire Champenois reconstruye historias de argentinos que viajaron a Europa entre 1914 y 1918 para combatir en las filas tanto de la Triple Entente como de las Potencias Centrales, mientras el país transitaba una difícil postura diplomática

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Manifestación en favor de la
Manifestación en favor de la neutralidad frente al Congreso

Cuando en agosto de 1914 el Imperio Alemán invadió Luxemburgo y Bélgica, iniciando las acciones ofensivas en una guerra entre potencias europeas que pronto se haría mundial, Argentina era apenas un lejano país rico con una enorme presencia de inmigrantes.

Según datos del censo realizado ese mismo año, cerca del 30% de la población de Argentina, 7.885.237 personas en total, estaba compuesta por inmigrantes nacidos en el extranjero, en su mayoría provenientes de Europa y aún más de Italia y España. En el caso de la ciudad de Buenos Aires, el número superaba el 60% de la población, y en Rosario llegaba al 47 por ciento.

La guerra no pasó inadvertida en un país aún en construcción y poblado en gran parte por europeos e hijos de europeos, que siguieron de cerca los acontecimientos y que, en algunos casos, incluso se embarcaron para volver al viejo continente y pelear en las trincheras, en el mar y en el aire, tanto en las naciones de la Triple Entente (Francia, Reino Unido, Rusia y luego Italia) como en las Potencias Centrales (Alemania, Austro-Hungría y luego el Imperio Otomano).

Se estima que cerca de
Se estima que cerca de 43.000 argentinos viajaron al infierno de la guerra en Europa

Pero durante los más de cuatro años de guerra, Argentina mantuvo una estricta neutralidad que atravesó a tres presidencias (Roque Sáenz Peña, Victorino de la Plaza e Hipólito Yrigoyen) e intentó comerciar con ambas partes, al mismo tiempo cuidando que las tensiones nacionales no se reprodujeran entre sus muchas colectividades y resistiendo a presiones británicas y submarinos alemanes.

Argentina no sólo sufrió el hundimiento de numerosos cargueros que llevaban sus productos a Europa, como los vapores "Toro" y "Curamalan" por parte de los Unterseeboote (submarinos) de la flota alemana. También fue escenario de una batalla naval en diciembre de 1914, cuando una potente flota británica compuesta por cruceros pesados aniquiló a la Escuadra de Asia Oriental Alemana, al mando del almirante Maximilian Von Spee, frente a las Islas Malvinas.

En esta "neutralidad imposible" ahonda el libro del historiador y archivista francés Grégoire Champenois, publicado recientemente por Olmo Ediciones y escrito con la participación del historiador argentino Agustín Algaze.

Champenois, quien reside desde el 2006 en Buenos Aires, dialogó con Infobae sobre la Argentina de principios de siglo XX y las razones de una postura política difícil en tiempos excepcionales.

"La Neutralidad Imposible. Historias Argentinas de la Primera Guerra Mundial", reconstruye así la historia de argentinos que se enrolan en las fuerzas armadas del Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y Austro-Hungría, entre otros beligerantes, y la manera en que esto afectó y sigue afectando a las colectividades en la actualidad, a dos meses del centenario del fin de la Primera Guerra Mundial, el próximo 11 de noviembre, aniversario del armisticio de 1918.

-¿Cómo llegó a la idea de escribir este libro sobre argentinos que marcharon a combatir en la Primera Guerra Mundial, con este enfoque en la neutralidad del gobierno?

-Hay que volver a 2014 cuando conocí a Sergio Pedernera, del Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, él me propuso participar de un proyecto sobre el centenario de la Primera Guerra Mundial. Yo no tenía ninguna conexión con la guerra. Pero soy historiador y archivista, así que tengo un interés por lo que se está haciendo sobre la temática. En el marco del centenario, me parecía un tema muy interesante. Él me propuso participar, yo armé una propuesta distinta, y como se atrasó un poco decidí seguir la investigación y ampliar un poco, y me di cuenta de que había un potencial interesante para publicar un libro.

Voluntarios y reservistas en Dársena
Voluntarios y reservistas en Dársena Norte, esperando para embarcarse hacia la guerra

-¿Cómo se llega al número de 43.000 voluntarios argentinos que cruzaron el Atlántico para pelear en Europa?

-Son estimaciones realizadas por historiadores, porque no hay datos concretos. Por ejemplo, yo conozco los listados de la embajada de Francia de aquella época y se sabe que están incompletos. También podemos contar con la base de datos de los fallecidos durante la guerra y cotejando el país de origen.

-Considerando la demografía de los países que intervinieron y sus movilizaciones de tropas, es un número relativamente grande para un país que se mantuvo neutral.

-Sí, pero no me extraña tanto ya que en ese momento, si no me equivoco, había casi un 30% de la población del país y un 60% de la ciudad de Buenos Aires que era inmigrante y eso explica en gran parte lo sucedido. Hubo países, como Francia, que obligaron a sus ciudadanos a regresar a luchar. Después están los voluntarios y hay que pensar que la segunda generación [de inmigrantes] tiene un apego muy fuerte con Europa. Por ejemplo en el caso de Inglaterra, donde no hubo obligación [para los inmigrantes en el extranjero] de ir a pelear, eran todos voluntarios, pero vemos una cantidad muy importante de participantes, hay muchos británicos y descendientes de británicos que van a combatir a Europa.

Champenoise, autor del libro, vive
Champenoise, autor del libro, vive en Buenos Aires desde el 2006. Es historiador y archivista por la Universidad de Versalles

Pero el número más grande es el de italianos, proporcional a la cantidad que había en ese momento.

-Es interesante pensar en una Argentina neutral cuando tantos de sus ciudadanos estaban peleando en Europa. ¿Cómo ve esa postura, especialmente considerando los vínculos culturales y políticos con los países de la Triple Entente?

-La guerra es una buena foto de lo que era Argentina en ese momento. Un país con un pie en Europa y un pie en América Latina. Un país que se está construyendo sobre la inmigración. Yo diría que es una decisión política que no tiene una sola razón sino varias. Es lo que me interesa de la historia, que no hay una sola explicación. En principio hay una razón económica, Argentina está vendiendo sus productos a toda Europa, no quiere cerrar su mercado a una parte del continente europeo.

Roberto de Glymes en las
Roberto de Glymes en las filas del ejército francés. Nació en San Francisco, Córdoba

-Pero con el bloqueo de la flota británica a Alemania y las listas negras en Argentina, esto se redujo considerablemente.

-Sí, ahí cambia. En muchos momentos esta mentalidad pudo quebrarse, pero no se quebró. Y siempre porque hay una razón que viene a contrabalancear la explicación económica y también diplomática, porque a nivel diplomático Argentina estuvo muchas veces al borde de la ruptura de las relaciones con Alemania. También hay una explicación social. Argentina tenía miedo al entrar a la guerra de crear un conflicto interno entre sus comunidades. Eso no pasó, sólo hubo algunos actos de violencia. Después hay explicaciones militares, como el acercamiento entre los militares argentinos y los alemanes.

Lucien Georges Mazan, “Petit Brenon”,
Lucien Georges Mazan, “Petit Brenon”, famoso ciclista nacido en Francia y criado en Argentina. Murió en 1917 en el Frente Occidental

Y sobre todo en el plano diplomático con Yrigoyen, quien por una cuestión de independencia y soberanía no quiere entrar en el juego de Estados Unidos, como lo hizo Brasil, que recibió una presión muy fuerte de Estados Unidos y entró en la guerra. Argentina rechaza y resiste a los británicos y estadounidenses.

El título del libro, la 'neutralidad imposible', hace referencia a esto, a que todo el tiempo el gobierno y los socios del gobierno estaban pisando esta línea amarilla.

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