Los soldados pintores de la Guerra de la Triple Alianza

En ocasión del 150° aniversario de la batalla de Curupaytí, el Museo Roca publicó un dossier digital con textos de Rosendo Fraga, Miguel Ángel De Marco y Francisco Doratioto y cuadros de Cándido López, Ignacio Garmendia y otros

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Combate de Paso de la Patria. 2 de mayo de 1866. Acuarela de José Ignacio Garmendia
Combate de Paso de la Patria. 2 de mayo de 1866. Acuarela de José Ignacio Garmendia

"No está escrita la historia de esa guerra. Ella vendrá algún día a excusar, o justificar tal vez, faltas u omisiones que nos llevaron a esos campos de batalla que nada grande ni fecundo produjeron, pues sólo nos han enajenado la amistad de un pueblo [Paraguay] tan vinculado a nuestra vida, y que aún sufre de las heridas casi mortales que de nuestras manos recibió…"

La cita pertenece al texto Treinta años después, escrito por Carlos Pellegrini en 1896, y está incluida en la presentación de Marcela Garrido, la responsable de la producción de esta Memoria histórica e iconográfica sobre la Guerra de la Triple Alianza, realizada por el Museo Roca e Instituto de Investigaciones Históricas. Esta interesante publicación digital es la entrega n°48 de la serie Historia Visual Argentina y su objeto es homenajear a los soldados caídos en la guerra del Paraguay, en ocasión del 150 aniversario de la Batalla de Curupaytí que tuvo lugar el 22 de septiembre de 1866.

Memoria histórica e iconográfica de la Guerra de la Triple Alianza (Museo Roca)
Memoria histórica e iconográfica de la Guerra de la Triple Alianza (Museo Roca)

El documento incluye muchas imágenes de la gran producción artística que dejaron varios testigos de la guerra y está acompañado con textos de Rosendo Fraga y de los historiadores Francisco Doratioto (Brasil) y de Miguel Angel De Marco (Argentina) que, dice Garrido, "coinciden en la crucial relevancia que tuvo (esta guerra) tanto para los nacientes Estados" como para los protagonistas individuales del conflicto.

A continuación, y con autorización de sus autores, se reproducen extractos de los textos y algunas de las reproducciones de las obras de los soldados que registraron en acuarelas y óleos las escenas de aquella larguísima guerra.

Ataque de la escuadra brasileña a las baterías de Curupaytí. Oleo de Cándido López (1901)
Ataque de la escuadra brasileña a las baterías de Curupaytí. Oleo de Cándido López (1901)
Campamento argentino en los montes de la costa del río Paraná, frente a Itapirú, 12 de abril de 1866, provincia de Corrientes. Oleo de Cándido López
Campamento argentino en los montes de la costa del río Paraná, frente a Itapirú, 12 de abril de 1866, provincia de Corrientes. Oleo de Cándido López

Introducción

Por Rosendo Fraga – Director del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría.

La guerra del Paraguay podría ser definida como el primer conflicto militar de la América del Sur de la "pre-modernidad". En términos cronológicos, se encuentra exactamente en la mitad del siglo que va de la batalla de Waterloo en 1815 a la Primera Guerra Mundial que estalla en 1914.

Abordaje paraguayo del acorazado Barroso y monitor Rio Grande. Óleo de Edoardo de Martino, 1868 (Museo Nacional Histórico de Brasil)
Abordaje paraguayo del acorazado Barroso y monitor Rio Grande. Óleo de Edoardo de Martino, 1868 (Museo Nacional Histórico de Brasil)

De sus dos acciones militares más relevantes, Tuyutí se asemeja a la guerra de movimiento de la época napoleónica y en cambio Curupaytí, que ocurre solo cinco meses después, se parece a la guerra de trincheras de la "Gran Guerra Europea", con sus asaltos de infantería a campo traviesa, dejando un tendal de cadáveres. (…)

También es la primera guerra en América del Sur en la cual se emplea el poder aéreo. Los "globos" de los aliados usados para fines de exploración son una manifestación de ello. Se usaron los primeros "cohetes Congreve", los precursores en el siglo XIX de los misiles del XXI.

Batalla de Avahí. Óleo de Pedro Américo de Figueredo e Melo, 1877 (Museo Nacional de Bellas Artes)
Batalla de Avahí. Óleo de Pedro Américo de Figueredo e Melo, 1877 (Museo Nacional de Bellas Artes)

En lo que hace a la imagen, es la primera que tenemos registrada a través de la fotografía. (…) Ello no impide que la pintura nos haya dejado un gran testimonio sobre este conflicto. (…) Tal es el caso del consagrado Cándido López y del menos reconocido Ignacio Garmendia. Es que ambos fueron testigos y partícipes de la guerra mientras que nuestras grandes batallas como Chacabuco y Maipú fueron pintadas por artistas que no estuvieron en ellas y en algunos casos fueron europeos que pintaron desde Europa, sin tener contacto con los protagonistas para documentarse.

Asalto de la 3a columna argentina a Curupaytí. Oleo de Cándido López (1893). El artista se dibujó a sí mismo, herido en una mano, apoyado en un tronco
Asalto de la 3a columna argentina a Curupaytí. Oleo de Cándido López (1893). El artista se dibujó a sí mismo, herido en una mano, apoyado en un tronco

En el caso de Brasil y Paraguay, también hay pintores que han retratado a través de la pintura y el dibujo esta guerra y que han sido protagonistas de la misma. Por ejemplo, los brasileños Pedro Américo y Vitor Meireles.

La guerra fue una gran tragedia y, como suele ocurrir en este tipo de conflictos, la consecuencia de errores de cálculo sobre lo que podría suceder. (…) En esto, también encontramos cierta semejanza con la Primera Guerra Mundial.

Vista con los ojos de hoy, parece casi incomprensible la guerra del Paraguay. (…)

Trinchera de Curupaytí. Oleo de Cándido López, 1893 (detalle)
Trinchera de Curupaytí. Oleo de Cándido López, 1893 (detalle)
Trinchera de Curupaytí. Oleo de Cándido López, 1893.
Trinchera de Curupaytí. Oleo de Cándido López, 1893.
 

Guerra, memoria e integración

Por Francisco Doratioto

(….) La superioridad militar aliada en armamentos modernos fue compensada por las ventajas defensivas por parte de Paraguay, como el conocimiento del terreno y el fácil acceso a fuentes de provisión de alimentos en su retaguardia, (…) La guerra tuvo características militares inéditas en la región, por su larga duración –terminó el 1º de marzo de 1870, con la muerte de Francisco Solano López-, por el número de combatientes involucrados y nuevos armamentos utilizados.

Uniformes del Ejército argentino en la Guerra del Paraguay. José Ignacio Garmendia
Uniformes del Ejército argentino en la Guerra del Paraguay. José Ignacio Garmendia

La larga duración del conflicto se explica apenas en parte por las características del terreno, su desconocimiento por las fuerzas aliadas y por el sólido sistema defensivo de Humaitá. También contribuyeron para que la guerra durase cinco años los errores militares de Solano López y de los comandantes aliados, así como las desconfianzas y divergencias que caracterizaron las relaciones entre los generales aliados. Jefes militares brasileños y, en menor grado, argentinos veíanse como aliados apenas circunstanciales y, al recordar las rivalidades del pasado, se consideraban probables rivales en el futuro, después del final de la lucha contra el Paraguay.

Jinete paraguayo. Ataque en Tuyutí. Acuarela de José Ignacio Garmendia
Jinete paraguayo. Ataque en Tuyutí. Acuarela de José Ignacio Garmendia
Ejército argentino. Toma de posición para Curupaytí. Oleo de Cándido López de 1902
Ejército argentino. Toma de posición para Curupaytí. Oleo de Cándido López de 1902

La guerra llevó a la destrucción de los factores productivos del Paraguay y le causó una importante pérdida demográfica, principalmente masculina, la cual repercutió en sus actividades económicas y en su estructura social. (…)

Mismo para los países miembros de la Triple Alianza, vencedores militares, la guerra tuvo un resultado ambiguo, ya que si la Argentina y el Imperio se hicieron de los terrenos en litigio, pro otro lado tuvieron enormes gastos financieros en el conflicto (…); sufrieron pérdidas humanas aún no mensuradas con exactitud y el conflicto catalizó contradicciones políticas internas. De los líderes aliados al inicio de la guerra, Oribe fue asesinado en las calles de Montevideo, en 1868; Mitre no consiguió el triunfo de su candidato a la presidencia de la República Argentina, Rufino de Elizalde, y Pedro II fue derribado en 1889 por un ejército que creó, durante el conflicto, un espíritu de cuerpo que lo alejó de la defensa del estado monárquico. La Guerra del Paraguay no fue la causa principal e estos tres acontecimientos, pero contribuyó, en mayor o menor grado, a ellos.

Conducción de Prisioneros aliados. Acuarela de José Ignacio Garmendia
Conducción de Prisioneros aliados. Acuarela de José Ignacio Garmendia

La importancia de la Guerra del Paraguay fue tal que ella repercutió en las generaciones siguientes y está presente en la memoria de las sociedades que la libraron. (…)

Hace algunos años, el historiador paraguayo Manuel Peña Villamil me dijo que esa guerra debía ser vista como el primer momento de nuestra región. El conflicto, dijo, fue el primer acontecimiento histórico en común, creado por nosotros mismos y que debíamos entenderlo como tragedia común, y reflexionar sobre éste, de modo que sirva como instrumento para la integración regional. (…)

Ataque de Curuzú, oleo de Edoardo de Martino, 1873 (Museo Histórico Nacional de Brasil)
Ataque de Curuzú, oleo de Edoardo de Martino, 1873 (Museo Histórico Nacional de Brasil)

Cándido López – José I. Garmendia

Por Miguel Ángel De Marco

[Cándido] López trabajaba sin cesar luego de los combates y durante las marchas, con el fin de trazar bocetos que le sirvieran luego para llevar al lienzo, con admirable fidelidad, aquellos episodios. En el campamento sobre el río Batel, Paunero le hizo saber a Mitre que un joven teniente se dedicaba a documentar gráficamente las operaciones. Conviene recordar que entonces las cámaras fotográficas eran sólo eficaces para registrar imágenes estáticas (…).

En cuanto a las escenas dinámicas, (la vida de los campamentos, los cruces de los grandes cursos de agua, las batallas), no había otro modo de reflejarlas que mediante el lápiz y el pincel de un artista atento y consciente de que iba a pintar para la historia.

Pasaje del arroyo San Joaquín. 16 de agosto de 1865. Corrientes. Oleo de Cándido López
Pasaje del arroyo San Joaquín. 16 de agosto de 1865. Corrientes. Oleo de Cándido López

La presencia de López en el ejército fue, pues, providencial. Un día, el generalísimo aliado el ordenó a Boerr que el oficial concurriese a su carpa. (…) "Mi comandante me explicó el motivo del llamado [recordaba López años después]: el general en jefe deseaba ver mis croquis. (…) Después de examinar detenidamente mis dibujos, me dijo: 'Conserve usted esto; algún día servirá para a la historia'.

Curupaytí

(…) En medio del combate, (Cándido López) fue herido. Dejemos que él mismo relate tan dramático momento. "Al pasar la zanja, un casco de granada me despedazó la muñeca. Tomé el sable con la mano izquierda y continué marchando al frente de la compañía. Aproximándome hasta unas trescientas yardas de la trinchera, donde mi debilidad fue suma por el derrame de sangre. (…) Me senté al pie de un tronco (y) con un pañuelo empecé a vendarme la herida." (…)

Rendición de Uruguayana. Litografía de Pedro Americo de Figueredo e Melo
Rendición de Uruguayana. Litografía de Pedro Americo de Figueredo e Melo

Fue evacuado a Corrientes, donde se le amputó la mano, y desde allí pasó a Buenos Aires, como Teniente 1º del Cuerpo de inválidos. (…) Empezó a educar su mano izquierda. Menos de un año más tarde, le permitía a su médico la primera obra del excepcional conjunto que desarrollaría  a partir de entonces (…).

Murió el 31 de diciembre de 1902 y dejó un conjunto de 52 óleos y croquis sobre la guerra del Paraguay, que evocan desde el pasaje del Río Corrientes por el ejército, a una patética escena final del campo de batalla después de la retirada de Curupaytí. (…)

El 1er cuerpo de Ejército argentino pasa el río Corrientes, junio de 1865. Oleo de Cándido López
El 1er cuerpo de Ejército argentino pasa el río Corrientes, junio de 1865. Oleo de Cándido López

José Ignacio Garmendia fue un auténtico best seller en su tiempo. Sus obras acerca de la guerra del Paraguay, que adquirían el vigor de lo experimentado y vivido, se agotaban rápidamente, y su editor, Jacobo Peuser, volvía a editarlas convencido de que hacía un servicio a la cultura histórica de su país de adopción pero que a la vez hacía un gran negocio.

Paralelamente (…), coloreó bellas acuarelas que guardó celosamente junto con sus colecciones de armas de todo el mundo y de objetos de la cruenta campaña de la que había sido partícipe del comienzo hasta el fin. (…)

Prisioneros paraguayos tomados por Flores. Acuarela de José Ignacio Garmendia
Prisioneros paraguayos tomados por Flores. Acuarela de José Ignacio Garmendia

Como muchos llevaba un cuaderno o "cartera", según se decía entonces, donde tomaba apuntes y trazaba bocetos. (…)

Concluida la lucha, luego e haber actuado en la mayor parte de las acciones de guerra, Garmendia se incorporó al ejército permanente. (…) Alejando de la vida castrense, pero no de sus instituciones representativas, acrecentó su actividad como escritor, pintor y coleccionista de piezas que hoy ocupan un lugar importante en el Museo de Armas de la Nación. (…) Trabajó hasta el último día y murió con fama de auténtico patriarca el 11 de junio de 1925 a los 84 años.

Cuadro que simboliza el estado en que quedó el Paraguay después de la guerra. Feliz Ernst Adolf Methfessel
Cuadro que simboliza el estado en que quedó el Paraguay después de la guerra. Feliz Ernst Adolf Methfessel
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