En un mismo espacio conviven más de 100 años de la historia electoral argentina. Las boletas de todos los candidatos a presidente que ganaron los comicios, las cinco clase de urnas que se usaron desde 1916 hasta hoy, padrones escritos a maquinas y toda clase de documentación están exhibidos en una suerte de museo que idearon y llevaron a la práctica los funcionarios y empleados del juzgado electoral de la ciudad de Buenos Aires que está a cargo de la jueza María Servini.
Era toda documentación que estaba en los archivos del juzgado.Tenían un museo entre los elementos de trabajo y decidieron darle ese formato en el pasillo central de la Secretaría Electoral. También empleados acercaron fotos y hasta documentos que tenían en su poder.
Una de las vitrinas está dedicada a todas las boletas presidenciales que ganaron las elecciones desde 1916 cuando se aplicó por primera vez la ley Sáenz Peña de voto universal, secreto y obligatorio. De la única que no hay registro es de la primera, la boleta qué llevó como candidatos a la fórmula radical Hipólito Yrigoyen – Pelagio Luna que ganó esos primeros comicios. Solo está el acta de aprobación de la lista de candidatos. En los registros del juzgado electoral no consta ninguna boleta. Quienes trabajaron en el tema contaron que hay una posible explicación para esa ausencia. Y es que en la ley electoral de entonces la justicia no intervenía en la oficialización y distribución de las boletas, sino que eso lo hacía directamente el partido a las autoridades de mesa. Rastrearon en el Archivo General de la Nación y en la Unión Cívica Radical y tampoco hay copia o registro de esa esa boleta triunfadora.
Entre las boletas hay algunas particularidades. Una es que ya en 1928 las pepeletas llevaban fotos. En la boleta ganadora de la Unión Cívica Radical aparecen los rostros de la fórmula Hipólito Yrigoyen-Francisco Beiró. Pero tiene otra peculiaridad impensada hoy: no están los nombres de los candidatos.
Entre lo que se expone también están la primera matricula femenina y masculina, que son las fichas electorales que había de cada persona. La número 1 para las mujeres fue para Eva Duarte de Perón y la de los hombres fue destinada a Marcelo Torcuato de Alvear. Ambas llevan sus datos personales y la franja de "fallecida". Se trata de copias, ya que los originales fueron donados a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El museo también cuenta con las cinco clases de urnas que se utilizaron en las elecciones. Las primeras son conocidas como las "urnas Sarmiento" porque fueron construidas en 1873 durante su presidencia. Eran de cedro o roble y tenían un mecanismo de dos llaves con distintas cerraduras. Fueron las que se usaron en las elecciones de 1916.
Las urnas de madera se usaron en la Argentina hasta las elecciones de 1999. Se lavaban con agua y una espátula, recuerdan en el juzgado electoral quienes trabajaron con ellas. Las actuales urnas de cartón se comenzaron a utilizar en 2001.
También hay padrones electorales hechos con máquinas de escribir. Son una suerte de biblioratos gordos. Está el primero femenino. Es de 1948, un año después de que Juan Perón dictó el decreto que les dio a las mujeres el derecho al voto, lo que hicieron por primera vez en 1951. Más de esta época -y también exhibidos- son los padrones de color rosa para las mujeres y azules para los hombres. Ya no se usan más porque desde 2011 son mixtos.
El museo cuenta con la libreta de enrolamiento de Emilio Chayan donde constan sus votaciones. Emilio había nacido en España el 8 de octubre de 1876 y la libreta de esa época -el DNI actual- tenía algunas particularidades que hoy parecerían imposibles. Por ejemplo, un cuestionario: ¿Sabe andar a caballo?, ¿Sabe dirigir automóvil?, ¿Sabe conducir vehículos?, ¿Sabe leer? ¿Sabe escribir? y ¿Profesión? y cada una con su respectiva respuesta. También tenía el tipo de piel, la altura, los ojos, la nariz y si tenía alguna seña particular cada titular de la libreta.
Los sellos electorales, un pin de la Junta Electoral que primero se llamó Junta Escrutadora, los libros de baja femeninas y masculinas y una edición original del Código Civil también forma parte del museo. Se puede visitar en Tucumán 1320 -el Palacio de Tribunales de la ciudad de Buenos Aires- de lunes a viernes de 7:30 a 16:30 horas durante estos meses pre electorales y luego en horario judicial de 7:30 a 13:30 horas.
Fotos: Nicolás Stulberg