Las relaciones entre los Montoneros y los Estados Unidos nunca fueron buenas. No sólo porque la guerrilla no clasista heredó del partido de Juan Perón la idea de una tercera posición en un mundo bipolar ("ni yankis ni marxistas"), sino porque a comienzos de 1975 los insurgentes peronistas secuestraron y mataron a un diplomático estadounidense, el cónsul de Córdoba, John Patrick Egan. Sin embargo, una vez en el exilio tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, eso pudo haber cambiado.
El liderazgo montonero intentó contactar directamente al Departamento de Estado y también solicitó la intermediación de la presidencia de México como puente con el gobierno estadounidense, según uno de los documentos desclasificados el 12 de abril sobre los años de la última dictadura. Se avecinaba el Mundial de 1978 en Argentina y la Casa Blanca se había manifestado numerosas veces contra las violaciones a los derechos humanos.
Se trata de un cable de la Embajada de Estados Unidos en México, de abril de 1978, que informó al Departamento de Estado del presidente James Carter, en ese momento a cargo de Cyrus Vance, sobre un "intento del movimiento peronista montonero para acordar una cita con el secretario Vance durante su visita a México".
La embajada había "recibido una carta del Dr. Ricardo A. Obregón Cano solicitando que a él y a un colaborador, el Dr. José Carlos Escudero, se le permita encontrase con el secretario Vance durante su próxima visita a México". El funcionario —que sucedió a Henry Kissinger en ese poderoso cargo, con una política basada en la negociación antes que el conflicto— estuvo en el DF en mes de mayo de 1978.
"Al Dr. Obregón le gustaría discutir (comienzo de cita) 'las violaciones a los derechos humanos en Argentina, el deterioro de la situación económica y los signos de desintegración de la junta militar gobernante en Argentina' (fin de la cita). La embajada no sugiere que se le conceda el pedido, sino que apreciaría la orientación del Departamento en cuanto a los términos de la respuesta", detalló el cable.
A los efectos de dar un mínimo de antecedentes, los diplomáticos estadounidenses explicaron: "Obregón es uno de los líderes de la comunidad del Movimiento Peronista Montonero en México. Ha sido legislador provincial y nacional, ministro de Educación y Justicia en el gobierno de Córdoba y gobernador de Córdoba. Aparentemente ha vivido en México durante al menos cuatro años. El doctor Escudero es otro miembro de la comunidad argentina en México".
Por otra parte, la representación tenía datos sobre otro intento de los Montoneros por contactar a las autoridades de su país. "La embajada cubana en México se acercó al Gobierno de México de parte del movimiento peronista montonero en enero de 1978, en un intento de reclutar al presidente mexicano José López Portillo para que actuara como puente entre los Montoneros y el gobierno de los Estados Unidos", agregó el cable
Pero el gobierno de México "rechazó la solicitud". Dada la negativa, se procedió a un pedido directo: "El movimiento no había hecho intentos anteriores de contactar a los funcionarios de la embajada directamente pero la carta de Obregón parece ser otro intento de establecer alguna clase de contacto oficial".
El documento detalló que el gobierno mexicano permitía a los montoneros exiliados vivir en el territorio "y operar dentro de límites tolerables", no obstante lo cual los guerrilleros mostraban "un perfil muy bajo". Según el texto, se debía a que comprendían "que sus huéspedes mexicanos no verían con buenos ojos ningún incidente que pudiera resultar embarazoso para el gobierno de México, en particular a la luz de los recientes intentos mexicanos por mejorar las relaciones con Argentina".
El cable cerró con una evaluación de seguridad: "La embajada no considera que los montoneros sean una amenaza física para el secretario, pero hemos tomado la precaución de alertar al Oficial de Seguridad Regional (RSO)".
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