Cómo dominar la resolución de conflictos

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Cuando surge un conflicto con un compañero de trabajo (por ejemplo, cuando recibe un correo electrónico grosero o su compañero le alza la voz durante una reunión), es tentador responder inmediatamente.

Sin embargo, cuando nos lanzamos de inmediato a resolver un conflicto, aunque tengamos buenas intenciones, las cosas no siempre salen bien. Es mucho mejor tomarse un momento para pensar en la mejor forma de responder, en lugar de reaccionar impulsivamente.

Recomiendo seguir cuatro pasos para determinar la mejor manera de abordar un conflicto.

1. INTENTE VER LA SITUACIÓN DESDE LA PERSPECTIVA DE LA OTRA PERSONA.

Cuando estamos inmersos en un desacuerdo, podemos volvernos narcisistas por naturaleza, centrándonos en nosotros mismos y en lo que podemos perder o ganar. Por ello, piense en la otra persona e intente ver la situación desde su perspectiva. ¿Qué le importa? ¿Qué hace que se comporte como lo hace? ¿Qué es lo que quiere?

2. DETERMINE DE QUÉ TRATA REALMENTE EL CONFLICTO.

A menudo, cuando tenemos un conflicto en el trabajo, pensamos que es algo personal, relacionado con nuestra relación. Sin embargo, la mayoría de las veces, los conflictos en el trabajo en realidad tienen que ver con otras cosas. Por ello, revise lo que ha sucedido hasta ahora (lo que usted ha dicho y hecho, quién más ha estado involucrado, dónde comenzó el desacuerdo y con qué está relacionado).

Si puede entender de qué trata realmente el conflicto, será mucho más fácil comenzar a resolverlo. Pregúntese: ¿Está en desacuerdo sobre el objetivo de un proyecto o sobre cómo alcanzarlo? ¿Cree que su contraparte debería liderar la iniciativa? ¿Se han intercambiado críticas? ¿O todas las anteriores?

3. ESTABLEZCA EL OBJETIVO PRINCIPAL.

Debo admitir que mi objetivo por defecto suele ser demostrar que tengo razón y que la otra persona está equivocada. ¡Pero ese es un objetivo terrible! En su lugar, piense en lo que realmente quiere de la situación. ¿Necesita que el proyecto se complete a tiempo y dentro del presupuesto? ¿Quiere simplemente poner fin a la conversación y seguir con su vida? ¿Necesita preservar la relación con esta persona porque volverán a trabajar juntos en el futuro?

Es posible que quiera todas estas cosas, pero piense en su objetivo principal. ¿Qué es lo más importante? Si su objetivo se superpone con el de la otra persona, ¡mejor aún!, ya que un objetivo común es un buen punto de partida para resolver un conflicto.

4. DECIDA CÓMO PROCEDER.

El último paso consiste en decidir qué hacer, basándose en el trabajo realizado en los tres primeros pasos. Muchas veces, basta con seguir los tres primeros pasos para resolver el problema.

Por supuesto, existen otras opciones. Por un lado, puede optar por dejarlo pasar, es decir, no decirle nada a su colega, dejar pasar el comentario o seguir adelante. Sin embargo, tenga en cuenta que solo puede elegir esta opción si está seguro de que no se quedará dándole vueltas al asunto. ¡Dejarlo pasar no significa quedarse rumiando la situación!

Otra opción (y la que recomiendo con más frecuencia) es abordar el conflicto directamente. Esto implica tener una conversación productiva sobre lo que está sucediendo y cómo resolverlo. Es una buena estrategia si le preocupa que persista el resentimiento si no aborda el problema. También es útil si ha intentado dejarlo pasar, pero el problema persiste.

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