Todos deberíamos hacer un balance de nuestro estado de ánimo y de cómo nos sentimos en el trabajo para identificar las áreas en las que podemos hacer un cambio positivo. Esto podría implicar agregar algo nuevo a nuestras rutinas o desechar viejos hábitos que ya no nos sirven. A esta práctica la llamo "desintoxicación profesional", y aliento a mis clientes a realizarla al menos una vez al trimestre.
Puede utilizar esta práctica de tres pasos para determinar qué puede agregar o quitar de su vida laboral en este momento.
1. PREGÚNTESE: ¿CÓMO ESTOY?
Dedique 15 minutos a reflexionar sobre sus sentimientos, pensamientos y niveles de energía. Recomiendo escribir las respuestas a las siguientes preguntas para llevar un registro.
-- ¿Cómo me siento?
-- ¿Qué ha ocupado mis pensamientos este trimestre?
-- ¿Me he sentido energizado por mi trabajo (incluidas las tareas, interacciones u objetivos) la mayoría de los días o no?
2. REEVALÚE: ¿HAN EVOLUCIONADO MIS VALORES, Y CÓMO?
Sus valores son lo que lo motiva y lo que más le importa. Suelen ser el "por qué" detrás de sus acciones. Pueden incluir la familia, la amistad, la aventura o la justicia. En el contexto del trabajo, sus valores pueden incluir liderazgo, transparencia, prácticas comerciales sostenibles, una comunidad fuerte o sentido de pertenencia, entre otros. Con frecuencia, nuestras pasiones e intereses están vinculados a nuestros valores (nos sentimos energizados por ciertas cosas porque se alinean con quienes somos y, por lo tanto, nos satisfacen).
Es natural que sus valores evolucionen o cambien con el tiempo a medida que adquiere más experiencia en la vida y aprende más sobre lo que quiere para sí mismo ahora y en el futuro. Por eso es bueno hacer un balance.
Pregúntese:
-- ¿Qué es lo más importante para mí en el trabajo?
-- ¿Siempre ha sido así, o ha cambiado en el último trimestre?
-- Al observar mis valores actuales, ¿qué significan esas palabras para mí?
-- ¿Cómo se reflejan (o no) mis valores en el trabajo?
3. DESINTOXICACIÓN PROFESIONAL: ¿QUÉ PUEDO CAMBIAR?
Ahora es el momento de aplicar lo que ha aprendido de su situación actual. ¿Qué puede cambiar ahora que tiene una mayor comprensión de lo que quiere (y lo que no quiere) en el trabajo? He descubierto que es útil organizar esta información de la siguiente manera:
-- ¿Qué puedo quitar de mi vida laboral?
¿Qué proyectos, personas o responsabilidades lo están drenando, y por qué? ¿Es posible eliminarlos de su agenda?
-- ¿Qué puedo agregar a mi vida laboral?
A través de este ejercicio, ¿descubrió áreas de su trabajo en las que le gustaría pasar más tiempo? ¿Qué tareas o proyectos lo energizan, y por qué?
-- ¿Qué puedo mantener igual?
Es probable que haya elementos de su trabajo que funcionen tal y como son. Muestre gratitud por ello y asegúrese de celebrar y reconocer la alegría o satisfacción que le proporcionan.
En nuestras vidas tan ajetreadas, es difícil encontrar tiempo suficiente para hacer una pausa y reflexionar. Pero si nunca nos tomamos el tiempo necesario, podemos acabar yendo en la dirección equivocada. Así que, invierta unos minutos cada trimestre para seguir estos pasos. Usted merece sentirse realizado en su trabajo, y esta es una forma de lograrlo.