Lo que diferencia a los equipos "excepcionales"

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Los equipos ejecutivos "excepcionales" se distinguen por tres características. En primer lugar, cada miembro del equipo, sin excepción, aporta una capacidad sobresaliente que complementa las habilidades de los demás integrantes. La capacidad analítica de primer nivel es sin duda un factor, incluso un requisito previo, pero estos miembros también contribuyen virtuosismo, experiencia, tenacidad, agilidad mental y habilidades de comunicación, por solo nombrar algunas.

La segunda característica de los equipos "excepcionales" es la magnitud de los logros a los que aspiran. Entre los equipos "excepcionales" con los que he trabajado, uno está enfocado en acelerar la transición hacia las energías verdes, otro se ha propuesto hacer que las generaciones futuras sean más creativas, y un tercer equipo trabaja para democratizar las inversiones.

El tercer componente (y el menos obvio) de los equipos ejecutivos "excepcionales" es la tensión generativa casi constante que caracteriza sus interacciones. Su energía se alimenta de fricciones benévolas, conflictos, impaciencia e incluso intolerancia bien intencionada.

Al observar los logros impactantes de estos equipos, otros equipos ejecutivos pueden plantearse esta pregunta: ¿Esas formas de trabajar son algo a lo que se debería aspirar o algo que se debería evitar?

Podemos extraer tres lecciones de la observación de equipos "excepcionales".

La primera lección es que la imperfección y la tensión son, en efecto, esenciales para la "magia" del trabajo en equipo y la capacidad de lograr grandes avances, incluso si resulta incómodo, agotador y tiene un costo. Sin embargo, los equipos no deben aceptar la premisa de que trabajar en una misión ambiciosa tiene un precio. La línea que separa una lucha buena y constructiva de una lucha insidiosa y destructiva es delgada. Los equipos deben ser conscientes de las trampas que forman parte de la "magia" y mitigar los riesgos. Para evitar colapsar, deben aplicar el mismo nivel de genialidad (aunque de un tipo diferente) a su propio funcionamiento interno y a los grandes desafíos que desean resolver.

La segunda lección, por lo tanto, es que los equipos "excepcionales" deben aspirar a un cierto nivel de dominio psicológico y autoconocimiento. Deben controlar y regular constantemente la tensión generativa (por sí mismos o con ayuda externa). ¿Cuándo es insuficiente? ¿Cuándo es demasiado? Para mantenerse enfocados en una tarea, un equipo decidió que sus reuniones regulares fuera de la oficina debían considerarse tan "sagradas y firmes" como las reuniones de la junta directiva, y no como un momento recreativo que podría reprogramarse fácilmente por "asuntos urgentes".

La tercera lección es que los equipos "excepcionales" deben encontrar formas de mantener la ética. A medida que estos equipos alcanzan un éxito desmedido, su modestia original y sus sueños rebeldes pueden desvanecerse, y puede aparecer un sentimiento de omnipotencia. Mantenerse con los pies en la tierra, ser humildes y estar en sintonía con el mundo que los rodea no es una hazaña fácil cuando están rodeados de reconocimiento y privilegios. El miembro de un equipo "excepcional" adoptó como principio siempre "volar en clase turista" para evitar volverse insensible ante estas trampas.

Por lo tanto, cualquier equipo ejecutivo que se proponga emular el estilo de colaboración de los equipos "excepcionales" también debe aprender a gestionar las tensiones con maestría psicológica y establecer mecanismos de control ético para evitar cruzar límites. De lo contrario, el resultado puede ser fácilmente insalubre y tóxico en lugar de un camino hacia la grandeza.

Sin duda, los equipos "excepcionales" son diferentes. Es frustrante y gratificante trabajar en ellos y con ellos. Son imperfectos y feroces. El reconocimiento fundamental (y en cierto modo aleccionador) que todo equipo excepcional debe hacer es que no existe un equilibrio perfecto, ni una "solución" o cura milagrosa, ni un estado final sin fricciones, ni un punto de descanso. Sin embargo, con el tiempo, los equipos "excepcionales" pueden perfeccionar su capacidad para gestionar la tensión y convertirla en algo positivo.