Cómo controlar y evitar la fatiga mental

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Las técnicas de imágenes cerebrales nos permiten observar la fatiga mental en tiempo real, revelando que el cerebro, al igual que los músculos, se cansa tras un esfuerzo prolongado. A medida que se fatiga, se vuelve menos eficiente, lo que afecta su funcionamiento. Cuanto más tiempo trabaje sin descanso, más difíciles se sentirán las tareas, y será más complicado mantener la concentración.

¿QUÉ CAUSA LA FATIGA MENTAL?

La fatiga mental surge cuando el cerebro percibe que se quedará sin recursos si continúa trabajando con la misma intensidad. Esto puede ocurrir cuando las células cerebrales consumen recursos más rápido de lo que se reponen. El cerebro trata de solucionar esta situación desviando su atención, (puede experimentar esto cuando su mente se aleja de aquello en lo que está tratando de enfocarse y se siente atraída por un trabajo más ligero y decisiones más fáciles).

Cualquier trabajo mentalmente exigente puede provocar fatiga, pero la rapidez con la que su mente se cansa depende del tipo de trabajo que realice. Los factores que aceleran la fatiga mental incluyen:

1. CARGA COGNITIVA INTENSA: Resolver problemas complejos, aprender nuevas habilidades o tomar decisiones continuas de alto impacto.

2. RESISTENCIA A LOS IMPULSOS: Tener que ignorar constantemente las distracciones.

3. ATENCIÓN SOSTENIDA: Tareas que requieren concentración prolongada sin pausas.

ESTRATEGIAS PARA RETRASAR O MINIMIZAR LA FATIGA MENTAL

Si se siente mentalmente fatigado con frecuencia, he aquí tres estrategias clave que le ayudarán a retrasar o reducir la fatiga mental durante el día para ser más productivo.

1. TOME DESCANSOS FRECUENTES

Los descansos son poderosos, y es fundamental que el cerebro descanse con regularidad. A medida que se instala la fatiga mental, las señales viajan a través del cerebro por rutas cada vez más ineficientes. Interrumpir su trabajo con descansos regulares es la forma más efectiva de minimizar la fatiga mental y restaurar la eficiencia al liberar la carga de sus recursos mentales.

2. LIMITE EL TRABAJO INTENSO A CUATRO HORAS POR DÍA

No sobrecargue su día con tareas que requieren mucho esfuerzo. Si su trabajo implica una carga cognitiva intensa (como tener que aprender rápidamente nuevas tecnologías o resolver problemas en tiempo real), intente limitarlo a no más de cuatro horas por día. Trabajar más allá de esto puede generar fatiga mental que se extiende al día siguiente, impidiendo una recuperación adecuada.

3. UTILICE LA MOTIVACIÓN PARA SEGUIR ADELANTE

Cuando la fatiga mental hace que su trabajo parezca más exigente, puede reunir más energía mental haciendo que el esfuerzo valga la pena. La forma más sencilla de hacerlo es establecer un incentivo. Si sabe que le espera un largo día, programar una recompensa concreta al final del día (tal vez una película que quiera ver o una reunión con un amigo) puede ayudarle a superarlo.

Dado que la fatiga mental no es visible desde el exterior, es fácil olvidar que existe hasta que comienza a perjudicar el rendimiento o afectar su salud y bienestar. Reconocer la fatiga mental como un riesgo laboral (e incorporar medidas proactivas para prevenirla) nos permite aprovechar el cambiante panorama del trabajo del conocimiento y convertirlo en una ventaja.

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