Cómo aprender de los errores y tomar mejores decisiones en los equipos de trabajo

Analizar acciones previas puede ser clave. Identificar fallos del pasado, ayuda a modificar comportamientos y obtener resultados exitosos en el futuro

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Analizar decisiones pasadas descubre sesgos ocultos
Analizar decisiones pasadas descubre sesgos ocultos

Lo que también he aprendido en mi trabajo de investigación y escritura sobre la toma de decisiones es que, con demasiada frecuencia, no queremos dedicar tiempo ni energía mental a revisar el pasado, especialmente si contiene errores incómodos. Sin embargo, detenernos y analizar con atención esos errores es exactamente lo que puede ayudarnos a tomar mejores decisiones en el futuro.

Piense en sus decisiones pasadas como un conjunto de datos que puede analizar para obtener información. Pueden ayudarle a identificar sesgos y suposiciones que pueden estar frenándolo, desarrollar estrategias para cambiar su comportamiento en el futuro y, en última instancia, sentirse más seguro de que su proceso lo llevará a resultados positivos.

Para aplicar las lecciones de sus decisiones pasadas a su situación actual, le recomiendo plantearse las siguientes preguntas:

Confrontar errores pasados ​​ayuda a modificar comportamientos futuros
(Imagen ilustrativa Infobae)
Confrontar errores pasados ​​ayuda a modificar comportamientos futuros (Imagen ilustrativa Infobae)

1. ¿Cuál es la decisión a la que se enfrenta ahora?

El primer paso en un proceso reflexivo de toma de decisiones es tener claro el problema actual que desea resolver. Aunque esto puede parecer sencillo, a menudo descubro que las personas omiten este paso, lo que puede llevar a una solución incompleta o insatisfactoria.

2. ¿Qué es lo que le resulta estresante de la decisión actual y cuál es su enfoque preferido para solucionarlo?

Identificar lo que le resulta incómodo en la decisión a la que se enfrenta hace que la incertidumbre aflore para que pueda explorarla más a fondo a medida que completa las preguntas de reflexión. Esto es útil porque el estrés puede afectar negativamente la toma de decisiones, ya que pone a prueba nuestros recursos cognitivos. Esto, a su vez, puede limitar nuestra capacidad de tomar decisiones nuevas y adaptarnos al cambio, llevando al cerebro a recurrir a la toma de decisiones habitual.

3. ¿Cuáles son una o dos decisiones previas de las que quiere aprender? ¿Qué no salió bien? ¿Por qué cree que no salió bien?

No puede comenzar a cambiar ninguno de sus comportamientos (incluidos los relacionados con la toma de decisiones) hasta que los enfrente. Estas preguntas le ayudan a mirar directamente los errores pasados para articular lo que salió mal.

4. En retrospectiva, ¿qué suposiciones hizo que pudieran haber contribuido al resultado?

Responder a esta pregunta le brinda la oportunidad de extraer lecciones de sus decisiones pasadas. Sus respuestas pueden llevarlo a sentirse más seguro sobre algún aspecto de una decisión que le gustó, y le permiten hacer un cambio si prefiere hacer algo de manera diferente.

Errores incómodos son peldaños hacia mejores decisiones (Imagen Ilustrativa Infobae)
Errores incómodos son peldaños hacia mejores decisiones (Imagen Ilustrativa Infobae)

5. ¿Cómo podría aplicar lo aprendido a la decisión actual que enfrenta?

Esta pregunta le permite convertir lo aprendido en visión y acción para un futuro mejor. Al analizar y explicar los problemas del pasado, ahora está en una mejor posición para identificar acciones, hábitos y patrones que de otro modo podrían pasar desapercibidos en el presente.

6. ¿Cuál es su solución ahora?

Al responder esta pregunta, debería ver su crecimiento en la toma de decisiones. Ha inspeccionado y evaluado sus pensamientos, sentimientos y comportamientos, lo que le permite hacer observaciones sobre su pasado que le brindan claridad y perspicacia para avanzar en una nueva dirección.

Un error solo es un error si no aprendemos de él. Cuando nos tomamos el tiempo para aprender de las decisiones pasadas, esos arrepentimientos y decepciones se convierten en peldaños hacia un futuro mejor.

*Cheryl Strauss Einhorn - Harvard Business Review Wake-Up Call Spanish

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