Cómo sanar después de un incidente tóxico en el trabajo

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Cuando se es objeto de un incidente discriminatorio u hostil en el trabajo, no sólo se tambalea la sensación de seguridad psicológica, sino que también se plantean cuestiones críticas sobre cómo se debe abordar la situación.

Existen cuatro fases distintas después de un incidente tóxico, y cada una requiere su propio conjunto de estrategias y mecanismos de afrontamiento.

FASE UNO: DECIDIR SI SE DEBE DENUNCIAR (O NO)

A la hora de decidir si denunciar (o no), comience haciéndose estas tres preguntas:

1. ¿Cómo maneja mi organización las cuestiones de recursos humanos?

Antes de reportar un incidente, es importante comprender la cultura de su empresa. ¿Existen protocolos y procesos claros para reportar? ¿Cómo se han abordado cuestiones similares en el pasado? ¿La denuncia será investigada internamente o se contratará una agencia externa?

2. ¿Qué resultado busco al notificar el problema?

Es igualmente importante comprender sus propias motivaciones para denunciar. ¿Hay algún resultado específico que desee? ¿Se trata más de sentirse escuchado? ¿Busca una compensación financiera o de otro tipo? ¿Espera que el infractor sea castigado o despedido? Tener claridad sobre el resultado deseado le permite evaluar las compensaciones y los riesgos con mayor confianza.

3. ¿Cuento con apoyo y buen asesoramiento?

¿Cuenta con respaldo ejecutivo para plantear esta cuestión? ¿Tiene a alguien con conocimientos legales y de recursos humanos que lo guíe? Si la acción que está denunciando es claramente ilegal, y cuenta con el apoyo de un supervisor o del equipo, es probable que la queja se tome más seriamente. Sin embargo, si está reportando algo más sutil y no hay consenso al respecto, puede ser más fácil para la organización ignorar o desacreditar la queja.

FASE DOS: EL CRISOL DE LA DENUNCIA

Si decide denunciar, no hay nada mejor que un registro documental claro y testigos que respalden sus afirmaciones. El consejo más importante para cualquiera que haya decidido denunciar es: documentar, documentar, y documentar.

Es fundamental contar con un sólido sistema de apoyo emocional (fuera del asesoramiento legal) durante esta fase del proceso. A menudo, las investigaciones pueden prolongarse. Puede que le hagan sentir que tiene que defenderse, como si usted fuera quien está en problemas.

FASE TRES: DE LAS RÉPLICAS A LA SANACIÓN

Comprender lo que es posible durante y después del proceso de denuncia puede ayudarle a planificar su próximo paso. La mayoría de las personas que entrevisté buscaron asesores, entrenadores, terapeutas e incluso abogados externos para analizar sus opciones.

ENCUENTRE FORMAS DE PROCESAR EL DUELO Y LA PÉRDIDA

La forma en que una persona gestiona las secuelas de un evento tóxico puede ser mucho más definitoria que la situación en sí misma.

En la medida de lo posible, las personas que se presentaron se tomaron un tiempo libre. Otros encontraron alguna manera de procesar las emociones en la mente y el cuerpo, e incorporaron pequeños actos de alegría para superar los sentimientos de pérdida y agobio, y avanzar hacia la sanación y el impulso.

FASE CUATRO: DE LA RECUPERACIÓN AL REGRESO

Para la mayoría de las personas, superar un evento tóxico no es un proceso fijo. He descubierto que, para muchos, el tiempo del proceso se ve algo así:

Fase 1, día 1 a 6 meses: decidir si se debe denunciar (o no)

Fase 2, 2 semanas a 6 meses: el crisol de la denuncia

Fase 3, 6 meses a 2 años: de las réplicas a la sanación

Fase 4, 2 años+: de la recuperación al regreso

Aunque el proceso de sanación es arduo, y puede ser complicado, hay historias de éxito de personas que se recuperan por completo después de enfrentar una situación tóxica.

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