Existe una creencia tácita y arraigada de que hay que “dejar las emociones en la puerta” al ingresar al lugar de trabajo. Pero no es tan simple.
Las investigaciones muestran que las emociones negativas no solo impactan en nuestras relaciones, sino también en nuestra capacidad para dar lo mejor de nosotros mismos. Es fundamental saber cómo manejarlas. Aquí es donde entra en juego la inteligencia emocional.
Los tres elementos clave de la inteligencia emocional son la autoconciencia, la autorregulación y las conexiones positivas.
A) Autoconciencia en dos minutos
Cuando interactúa con alguien de una manera de la que luego se arrepiente, generalmente no es intencional. A menudo no pretendía ser grosero, irrespetuoso o desconsiderado. Simplemente no logró ser consciente de sí mismo.
¿Qué es la autoconciencia? La capacidad de ser consciente de lo que ocurre en su mente, y no caer presa de la reactividad o el comportamiento impulsivo cuando alguien lo presiona.
Un ejercicio que enseño en todas mis clases puede ayudarle a acceder inmediatamente a las partes correctas de su cerebro y potenciar su autoconciencia.
Siéntese y cierre los ojos. Lleve su atención hacia su interior. A continuación, siga estos tres pasos:
- Observe el estado de su cuerpo.
- Tome nota de sus pensamientos y su “nivel de tráfico”.
- Sea consciente de sus emociones.
B) Autorregulación con la respiración
Una investigación que realicé con colegas de la Universidad de Yale, así como muchos otros estudios, muestra que los ejercicios de respiración son uno de los métodos más efectivos y rápidos para manejar las emociones en tiempo real. Utilizar su respiración puede hacer que pase de un estado emocional elevado (digamos, un 10 en una escala del 1 al 10) a uno más relajado (digamos, un 2) en cuestión de minutos.
Un ejercicio que puede probar es alargar sus exhalaciones. ¿Por qué? Cuando inhala, su frecuencia cardíaca aumenta. Cuando exhala, se ralentiza.
Tomarse unos minutos para ralentizar y alargar sus exhalaciones activará su sistema nervioso parasimpático, la parte de su sistema nervioso autónomo que ayuda a su cuerpo a descansar y digerir, lo opuesto al “sistema de lucha o huida” que prepara su cuerpo para luchar o huir de una amenaza percibida. Como resultado, se calmará rápidamente.
C) Creación de conexiones positivas con micromomentos de elevación
¿Se ha dado cuenta de que algunas personas pueden hacerlo sentir agotado, cansado y deprimido, mientras que después de interactuar con otras se siente esperanzado, animado y lleno de energía?
¿Cuál es la diferencia? En el segundo caso, probablemente estaba tratando con lo que llamamos un “energizador positivo”, es decir, una persona con una gran inteligencia emocional, que comprende la importancia de los micromomentos de elevación.
Puede perfeccionar sus habilidades como energizador positivo (después de todo, un aspecto clave de la inteligencia emocional es ser capaz de conectar con los demás de forma positiva y afirmativa), encontrando pequeños momentos para animar a los demás. No se trata de ser excesivamente optimista o de poner una sonrisa falsa. (Esto podría caer en la positividad tóxica).
Las personas con una gran inteligencia emocional saben cómo crear positividad de una manera impulsada por valores: lo hacen con humildad, empatía, compasión, honestidad, integridad y perdón. ¿Cómo se siente al estar rodeado de personas que tienen estos valores? Seguro, visto, escuchado, valorado, apreciado y comprendido.
Intente ver cada encuentro como una oportunidad para dejar en la otra persona una sensación de ánimo. Se necesita menos de un minuto para compartir un cumplido, una risa, una palabra compasiva o incluso una sonrisa. La investigación muestra que no solo hará que la otra persona se sienta mejor, sino que usted también se sentirá mejor, siempre y cuando sus palabras y acciones sean auténticas.
*Emma Seppälä ©Harvard Business Review