La IA está eliminando algunos puestos de trabajo, pero a su vez está creando muchos más empleos nuevos, que requieren desesperadamente de los seres humanos. Y como mi colega Becky Frankiewicz y yo hemos señalado, lo que hace o deshace la transformación digital no es la tecnología en sí, sino el factor humano, el talento.
Por ello, lo que necesitamos no es solo volver a capacitar o mejorar las habilidades, sino precapacitar, es decir, ser capaces de preparar el talento para el futuro y reinventar las carreras profesionales de las personas, incluso antes de saber cuáles serán los empleos y las habilidades más demandadas del mañana.
¿Cómo se puede hacer esto? Aunque nadie tiene la receta exacta, podemos hacer cinco recomendaciones generales:
1. Enfóquese en el potencial
A medida que se reduce la vida útil de las habilidades, la experiencia y el desempeño actuales, es aconsejable contratar y promover a las personas por lo que podrían hacer, en lugar de por lo que han hecho en el pasado. Esto significa priorizar las habilidades blandas sobre las duras.
Puede que no sepamos cómo serán los trabajos del mañana, pero podemos asumir con seguridad que cuando las personas sean más curiosas, emocionalmente inteligentes, resilientes y motivadas, en general, estarán mejor equipadas para aprender lo que se necesita para realizar esos trabajos y aportar un valor humano que la tecnología no puede reemplazar.
2. Proporcione retroalimentación crucial
Incluso antes de la llegada de la IA, ya existía una gran confusión en torno a la alineación de los talentos y el potencial de las personas con las mejores opciones profesionales. Ahora, las cosas son aún más complejas, y la mayoría de los empleados se preguntan, con razón, qué harán en el futuro.
Es clave compartir retroalimentación basada en datos, y ayudar a las personas a comprender cómo sus intereses y habilidades pueden ser un activo futuro para su organización. Dicho esto, no basta con proporcionar a las personas retroalimentación sobre sus carencias de habilidades; las organizaciones también deben incentivarlas para que desarrollen las competencias pertinentes y, al mismo tiempo, proporcionarles los programas más eficientes, atractivos e impactantes para su desarrollo.
3. Enfóquese en la expansión del talento
En lugar de apostar por especialistas o forzar a las personas a ocupar nichos específicos, enfóquese en ampliar o expandir los talentos de las personas. Esto significa no jugar con las fortalezas de las personas, sino ayudarlas a desarrollar nuevas fortalezas, para que se conviertan en una versión más versátil de sí mismas.
4. Invierta en mandos intermedios
Los gerentes tienen la clave para desbloquear el potencial humano en el trabajo, especialmente cuando el desafío consiste en revitalizar, reenergizar y reimaginar el talento.
Históricamente, un gerente era alguien con experiencia técnica comprobada y un sólido desempeño como colaborador individual. Hoy en día, necesitan comprender no sólo las tareas gerenciales “clásicas”, sino también algunos nuevos desafíos específicos muy complejos, como gestionar equipos híbridos y virtuales, crear seguridad psicológica, impulsar la DEIB (diversidad, equidad, inclusión y pertenencia) y ayudar a las personas a gestionar la era del ser humano y la IA.
5. Invierta en habilidades de liderazgo
Si le preocupa un futuro impulsado por la IA, pero aún cree que los humanos serán parte del panorama, entonces debería preocuparse por la formación previa de sus líderes. Es importante destacar que invertir en liderazgo significa aprovechar las habilidades que permiten a las personas colaborar de manera efectiva y convertirse en un equipo de alto rendimiento. No se trata de promover a las personas a puestos de alto nivel o de glorificar un estatus, sino más bien las cualidades que las personas deben tener para inspirar, motivar y atraer a otros.
*Tomas Chamorro-Premuzic - Harvard Business Review Wake-Up Call Spanish