Como médico y profesora de la facultad de medicina, me esfuerzo por alcanzar la perfección en cada faceta de la atención al paciente. Realmente no hay margen de error. Sin embargo, cuando el perfeccionismo pasa de ser una ambición útil a una barrera que comienza a inhibir su desempeño, puede convertirse en un problema.
Si sus tendencias perfeccionistas han pasado de ser motivadores positivos a convertirse en obstáculos que le impiden avanzar, ¿cómo puede arreglárselas?
Basándome en mi experiencia, he aquí algunos consejos a los que recurro con frecuencia:
ACEPTE LOS PRIMEROS BORRADORES IMPERFECTOS. Una vez que complete un primer borrador imperfecto, es mucho más fácil crear mejores borradores posteriores. Practicar la imperfección también tiene otro beneficio importante: reducir las tendencias perfeccionistas. En un estudio de una intervención en línea de dos semanas, los investigadores pidieron a los voluntarios que "practicaran cometer errores una y otra vez para acostumbrarse a la sensación de no hacer las cosas a la perfección". Esto se hizo mediante una serie de tareas sencillas repetidas cinco veces durante el estudio. En comparación con un grupo de control, la intervención condujo a un menor perfeccionismo general.
INVIERTA TIEMPO EN APRENDER A APROVECHAR AL MÁXIMO LAS HERRAMIENTAS ÚTILES. A veces, la procrastinación puede deberse a una sensación de temor por tener que lidiar con ciertos aspectos de una tarea. Sin embargo, para muchas tareas, utilizar las herramientas adecuadas puede agilizar significativamente el proceso. Ya sea que sondee su red de contactos, investigue en línea o encargue la investigación a un asistente, buscar formas más fáciles de completar una tarea puede generar dividendos.
Cuando me encontré postergando repetidamente la redacción de un trabajo de investigación, me di cuenta de que se debía a la onerosa tarea de completar mis citas de referencia. Ahora uso Zotero, un asistente de investigación digital gratuito. Desde la recopilación de fuentes de investigación hasta dar formato a las citas, esta herramienta ha eliminado la sensación de temor que solía experimentar al abordar un trabajo de investigación.
SOLICITE RETROALIMENTACIÓN DESDE EL PRINCIPIO. Al inicio de su carrera, es posible que no tenga un asistente, pero es posible que sea usted quien recibe las instrucciones. Si su gerente le asigna una tarea sin instrucciones claras, haga preguntas aclaratorias. Luego, busque retroalimentación al principio del proceso. Si es necesario corregir el rumbo, puede hacerlo antes de haber invertido demasiado tiempo y energía.
LA RETROALIMENTACIÓN TARDÍA ES IGUAL DE IMPORTANTE. El último 20% de un proyecto puede ser muy frustrante porque se están afinando todos los aspectos. Aquí es donde puede ser de gran utilidad la retroalimentación al final del proyecto. La retroalimentación tardía puede ayudarle a descifrar si su proyecto puede entregarse o si necesita más trabajo. Pídale retroalimentación a su gerente y pregúntele específicamente: "¿Qué tan cerca está de lograrlo?"
APRENDA CUÁNDO ENTREGAR. Para ciertos proyectos, el entregable debe ser perfecto. En otros casos, su cliente o empleador puede estar priorizando otros aspectos del proyecto final, como la velocidad, la eficiencia o la oportunidad de solicitar retroalimentación. En estos casos es fundamental comprender las expectativas de su cliente o empleador.
En sus propias tareas laborales, haga que sea una prioridad aprender a diferenciar entre aquellas funciones que requieren perfección y aquellas que priorizan otros atributos, como la experimentación, la eficiencia o la innovación.