Por qué deberíamos dejar de decir "subrepresentados"

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¿Recuerda cuando los medios de comunicación y el mundo académico solían referirse a los grupos socialmente marginados como "no blancos"?

Hoy en día, no hace falta mucha conciencia social para avergonzarse de ese término.

Ahora, la gente utiliza el término "subrepresentados". Puede parecer la opción más segura entre el campo minado del lenguaje y la política que todos atravesamos, pero yo diría que el término, a pesar de su aparente inofensividad, no sólo es profundamente dañino, sino también inexacto.

Históricamente, el término "subrepresentados" se ha utilizado para culpar a las personas socialmente marginadas, presionándolas para que superen las dificultades en industrias que a menudo no las han contratado. Cuando conectamos los puntos entre la erudición reciente, los estudios y las experiencias anecdóticas de las comunidades que la palabra pretende describir, queda claro que la "subrepresentación" es un síntoma del problema, no el problema en sí.

SUBREPRESENTADO VS SUBRECONOCIDOHoy en día, el término "subrepresentados" hace más que dejar que las personas socialmente marginadas paguen la factura de la equidad. También nos atrapa en una postura de resolución de problemas que pasa por alto el problema por completo. Sugiere que la solución a la inequidad es que los líderes coloquen a los grupos socialmente marginados en posiciones muy visibles y, al mismo tiempo, dejen a esas personas a merced de prejuicios individuales y sistémicos.Por otro lado, el término "subreconocido" nos invita a abordar el comportamiento que impulsa la subrepresentación: la falta de reconocimiento.

¿CÓMO SABEMOS QUE EL PROBLEMA ES LA FALTA DE RECONOCIMIENTO?Echemos un vistazo a los hechos concretos: los estadounidenses blancos tienen un 33% más de probabilidades de pasar por alto a sus pares de color que a sus pares blancos, incluso cuando reciben incentivos y saben que sus pares de color tienen conocimientos que podrían ayudarlos a resolver un problema, según un estudio publicado en Science Advances. Este prejuicio se llama acertadamente déficit de atención racial, y es uno de los ejemplos más claros del sesgo de visibilidad.Los investigadores creen que el déficit de atención racial puede deberse a la estigmatización, o a las formas estereotipadas en que las estructuras sociales nos han condicionado a pasar por alto y subestimar a ciertas personas y experiencias. Y esa inclinación tiene raíces profundas. Cuando se trata de comunidades socialmente marginadas en los EE. UU., los roles sociales que les asignamos están definidos por expectativas centenarias de trabajo invisible y no remunerado.

El término "subreconocido" refleja lo que realmente está sucediendo. Cuando seamos más los que veamos y comprendamos esto, podremos poner manos a la obra para terminar con esta situación, y crear un lugar de trabajo y un mercado más equitativos.

EL LLAMADO A LA ACCIÓN QUE NECESITAMOSSi bien estar subrepresentado es un estado fijo que requiere una acción coordinada para remediarlo sistémicamente, estar subrepresentado es un estado activo y continuo que podemos cambiar de un momento a otro. Intuitivamente tiene un agente. Eso es lo que hace que esta palabra sea un verdadero llamado a la acción. Pone la responsabilidad en las personas con el poder de actuar, y hace que el siguiente paso sea obvio y simple: reconocer. En un maravilloso metasentido, el simple hecho de usar el término es un reconocimiento en sí mismo, y una promesa.

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Reconocer lo que no se reconoce es como un músculo que muchas personas, especialmente las que ocupan posiciones privilegiadas, no tienen por costumbre utilizar. Eso significa que, como todo cambio, al principio será incómodo, pero esa incomodidad es una excelente señal de cambio real. Acepte la incomodidad y tenga cuidado con su ausencia, o seguirá perdiéndose esta gran reserva de talento subestimado.

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