Cómo desarrollar el buen juicio al ser un nuevo gerente

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Hanna Hart es una asesora ejecutiva y profesional con 15 años de experiencia ayudando a líderes en tecnología, finanzas, derecho y filantropía.

De: HBR.org

Cuando pasa de un rol de colaborador individual a un rol de gestión de personal, muchas cosas de su trabajo van a cambiar. Uno de los mayores cambios es que se gana mucha más autoridad para tomar decisiones. Ya no sólo es responsable de su propio trabajo; su equipo acudirá a usted para que lo oriente sobre su trabajo y desarrollo, y sus decisiones pueden afectar su trayectoria profesional.

Si bien estas nuevas responsabilidades pueden ser emocionantes, para muchos líderes, también pueden desencadenar inseguridades en torno a su nivel de competencia y capacidad para emitir juicios sólidos. Cuando no se controlan, esos sentimientos de duda pueden provocar ansiedad y contagiar a su equipo o conducirlo al agotamiento.

Sin embargo, tenga la seguridad de que, por más fuertes que sean estos sentimientos ahora, no son permanentes. Creer que está fuera de su alcance es natural cuando asume un nuevo rol. He aquí algunos pasos que puede seguir para acelerar su desarrollo y ganar más confianza en su juicio.

¿QUÉ ES EL BUEN JUICIO Y CÓMO SE DESARROLLA?

El buen juicio es la capacidad de tomar decisiones bien informadas, o formarse una opinión después de considerar todos los hechos. Entra en juego cuando no hay una respuesta clara o correcta a la vista, y requiere que aproveche su experiencia, conocimientos relevantes y cualidades personales (creatividad, rigor intelectual, integridad, etc.).

Por otro lado, un mal juicio, como llegar a una conclusión precipitada antes de haber revisado los datos disponibles, puede dar lugar a errores evitables y a la pérdida de credibilidad.

CUATRO HÁBITOS DEL BUEN JUICIO

En mi experiencia entrenando a cientos de gerentes y líderes, incluidos muchos profesionales que se encuentran en el inicio y la mitad de su carrera, cuatro hábitos clave lo ayudarán a desarrollar su juicio y confianza.

1. ESCUCHE.

Como nuevo líder, es posible que se sienta presionado a encontrar respuestas o demostrar su valor de inmediato, pero una de sus tareas más importantes, especialmente al principio, es escuchar a su equipo, gerente y partes interesadas clave. Ya sea que esté estableciendo una dirección, resolviendo problemas o navegando por la dinámica organizacional, la escucha hábil acelerará su comprensión de los hechos, el contexto y las implicaciones de cualquier acción.

Cuando se reúna con su equipo, haga preguntas reflexivas, como por ejemplo: ¿Cómo sería el éxito? ¿Cómo ha manejado situaciones similares en el pasado? ¿Cuáles son sus prioridades? Luego, reproduzca lo que ha escuchado para comprobar que lo ha comprendido.

Las preguntas abiertas conducen a respuestas mejores y más completas que las preguntas cerradas de sí o no. No sólo aprenderá más de estas conversaciones, sino que también aumentará la aceptación de otros miembros del equipo que verán que sus opiniones se han tenido en cuenta a la hora de tomar su decisión.

2. CONSIDERE UNA GAMA DE OPCIONES Y ALTERNATIVAS.

Las malas decisiones a menudo resultan de la falta de voluntad para considerar o de la incapacidad para identificar toda la gama de opciones. A medida que adquiera más experiencia, podrá generar más opciones usted mismo. Hasta entonces, busque la ayuda de su equipo, sus subordinados directos, su gerente y sus compañeros.

Cuando busque consejo, evite preguntar: "¿Qué debo hacer?", lo que sugiere que usted no está asumiendo la responsabilidad. En su lugar, ofrezca su enfoque o punto de vista e involúcrelos en un diálogo, como en: "He identificado las opciones A y B, y estas son las compensaciones que veo. ¿Qué me hace falta?"

3. CONFÍE EN LOS DATOS... Y UTILICE SU INTUICIÓN.

La toma de decisiones y el juicio acertados se basan en la realidad, lo que significa datos. Una encuesta reciente a ejecutivos indicó que las empresas que dependen más de los datos informan una mejor toma de decisiones que las organizaciones que utilizan menos datos. Pero no cualquier dato; debe confiar en datos de alta calidad que sean precisos, completos, fiables, oportunos, válidos y adecuados para su propósito.

Si faltan datos relevantes (ya sean demasiado limitados o no lo suficientemente recientes), es posible que deba predecir en función de las tendencias o esperar hasta que haya más datos disponibles.

Recuerde también que el análisis de datos por sí solo no hará que una decisión sea correcta o incorrecta. La investigación muestra la importancia de la intuición, o la capacidad para comprender algo de forma instintiva y no mediante un aprendizaje consciente, al tomar decisiones. La intuición puede ayudarle a ver patrones en los datos. Sus emociones, como una sensación de incomodidad, pueden ser una pista de que algo no cuadra o de que necesita más información.

La intuición se puede desarrollar y perfeccionar. Comience por tomar intencionalmente acciones rápidas y decisivas en situaciones de menor riesgo que lo hagan sentir leve o moderadamente nervioso, como elegir qué ponerse, seleccionar un restaurante para una ocasión especial u ofrecer una opinión en una reunión. Tomar medidas en estas situaciones le ayudará a desarrollar su tolerancia y reducir su miedo a tomar una decisión ante la incertidumbre. Dé un paso atrás y reflexione sobre cómo se han desarrollado sus decisiones durante el último año, con qué frecuencia sus corazonadas han resultado correctas y si sus predicciones se han cumplido. Esta reflexión puede ayudarle a afinar su intuición y reforzar su confianza.

4. TÓMESE EL TIEMPO NECESARIO.

A pesar del atractivo descarado del lema de Mark Zuckerberg, de Facebook, "Muévete rápido y rompe cosas", ser demasiado rápido para juzgar puede llevar a decisiones precipitadas que son costosas de deshacer y que pueden dañar su credibilidad. Si se enfrenta a la presión de actuar rápidamente, haga una pausa para reflexionar. Invierta tiempo desde el principio en definir el problema y determinar si es necesaria una acción o una decisión en este momento. Seguir un buen proceso puede ayudarlo a garantizar una formación sólida de opiniones y tomar decisiones que usted pueda respaldar. Dicho esto, más tiempo no necesariamente conduce a mejores resultados, y si tiene tendencia a pensar demasiado, tenga cuidado de no quedar atrapado en la parálisis por análisis, donde observa los datos sin cesar por miedo a llegar a una conclusión. Si no está seguro de cómo equilibrar la urgencia con la minuciosidad, pídale a su gerente que le ayude a adaptar su enfoque a la situación actual. Esta calibración es en sí misma parte de perfeccionar su juicio.

Para ser claros, ejercer un buen juicio no significa que siempre tendrá la razón. La mayoría de los juicios se basan en datos y predicciones incompletos. Entonces, junto con los cuatro hábitos anteriores, practique una mentalidad de crecimiento, mírese a sí mismo como alguien capaz de aprender y crecer, y tómese el tiempo para reflexionar e integrar el aprendizaje para continuar mejorando su juicio en lugar de repetir errores. Con el tiempo y con cuidado, podrá desarrollar y sentirse seguro de su juicio.