Durante 2020 y 2021, el ciclo Experiencia Leamos, organizado por la plataforma Leamos.com dedicó una gran cantidad de charlas a los clásicos de la literatura, en el ciclo Leamos clásicos. Un modo de hacer justicia a las grandes obras de la literatura universal que siguen iluminando nuestras vidas, y ofreciendo los más ricos relatos, más allá del paso del tiempo. Pero sobre todo, estos textos continúan convocando a lectores desde esos universos particulares creados por cada autor. Se ha dicho que un clásico es tal en la medida que sigue recibiendo posibles nuevas interpretaciones, y enfrentándonos a la condición humana. Algo de ello confirmamos, una vez más, con la elección de nuestros suscriptores. A continuación, los diez más leídos este año: distopías, fantasías infantiles, diarios, novelas, cuentos que aún nos conmueven e interpelan.
El principito, de Antoine de Saint Exupéry. El clásico de la literatura, no solo infantil, narra la historia del Principito, el cual a través de un lenguaje aparentemente sencillo y de vivencias propias, deja enseñanzas de vida que ayudarán a la comprensión y valoración, tanto de las cosas sencillas como de las complejas.
1984, de George Orwell. En el año 1984 Londres es una ciudad lúgubre en la que la Policía del Pensamiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso y su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el Partido considera la versión oficial de los hechos. Hasta que decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.
Un cuarto propio, de Virginia Woolf. En 1928 a Virginia Woolf le propusieron dar una serie de charlas sobre el tema de la mujer y la novela. Lejos de cualquier dogmatismo o presunción, planteó la cuestión desde un punto de vista realista, valiente y muy particular. Una pregunta: ¿qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Una sola respuesta: independencia económica y personal, es decir, Una habitación propia. Sólo hacía nueve años que se le había concedido el voto a la mujer y aún quedaba mucho camino por recorrer. Son muchos los repliegues psicológicos y sociales implicados en este ensayo de tan inteligente exposición; fascinantes los matices históricos que hacen que el tema de la condición femenina y la enajenación de la mujer en la sociedad no haya perdido ni un ápice de actualidad. Partiendo de un tratamiento directo y empleando un lenguaje afilado, irónico e incisivo, Virginia Woolf narra una parábola cautivadora para ilustrar sus opiniones. Un relato de lectura apasionante, la contribución de una exquisita narradora al siempre polémico asunto del feminismo desde una perspectiva inevitablemente literaria.
El diario, de Ana Frank. Así como el Guernica de Picasso es más conmovedor e ilustrativo de la violencia sobre ese pueblo vasco que una mera fotografía, El diario de Ana Frank tal vez sea aún más potente que cualquier crónica histórica sobre la barbarie nazi. Ambas obras de arte nos advierten sobre la destrucción, la ruptura del mundo, la demolición incluso de la vida cotidiana a manos de perversos siempre contemporáneos. Ahí están esas cabezas con sus gritos a oscuras, y esos silencios forzados para que el exterior no descubra el escondite donde sobreviven penosamente ocho personas. El jueves 9 de julio de 1942, bajo una lluvia torrencial, la familia de Ana Frank abandonó su cómodo hogar para meterse en “la casa de atrás”, tal el nombre que asigna Ana a la futura novela (Het Achterhuis) que piensa desarrollar con lo que escribirá en su diario. Ahí permanecen encerrados junto a otra familia durante más de dos años, hasta que en agosto fueron descubiertos y deportados. En estas páginas, la cotidianeidad de una adolescente en medio del horror es el espejo del mundo.
Madame Bovary, de Gustave Flaubert. Un simple drama local sirvió a Flaubert para iniciar un trabajo de creación «sobre nada», que tuvo por fruto una de las novelas capitales de la literatura: con esa nada, Flaubert construyó no sólo un personaje, sino un modelo de mujer que resume los dramas íntimos de muchas mujeres educadas en sentimientos heredados del romanticismo. Emma Bovary, esposa de un médico rural, y enamorada del amor, servirá al novelista para trazar un tipo femenino permanente en el tiempo, utilizando un realismo minucioso que refleja la verdad y afirma la voluntad de perseguir la belleza, en un ambiente de mediocridad humana en el que la ley social del dinero impone sus coacciones, para terminar llevando a Emma a un destino fatal. Esta edición se enriquece con tres fragmentos hasta ahora inéditos sacados de los manuscritos, en los que se discuten temas capitales para entender intrínsecamente al personaje, como la propuesta de Homais de que debería prohibirse la lectura a las mujeres, vieja idea medieval que viene arrastrándose de siglo en siglo.
Hamlet, de William Shakespeare. “¿Quién vive? He aquí una preciosa traducción argentina de Hamlet. Se trata de una empresa inhabitual que hace jugar por partes iguales una comprensión política del arte de traducir y un discernimiento artístico de lo que debe ser una política de la traducción. Su autor, Eduardo Rinesi, ha tenido en cuenta el lugar de Hamlet en la tradición cultural de Occidente y en los debates recientes sobre los infinitos significados de un destino trágico. Toda traducción está signada por la resistencia que le opone una materia lingüística ajena. El trabajo de Rinesi no opta por aliviar dificultades sino por concederle al texto todas las inflexiones que hacen a su misterio, su exquisita ambigüedad y su contundencia alucinada. Se nota la fina orfebrería que pone en práctica en el seno de nuestro castellano, equiparable en sutileza al estudio preliminar que escribe. Eduardo Rinesi, escritor y filósofo de la política, abre su trabajo con uno de los estudios hamletianos más apasionantes que se hayan escrito en castellano. Es una reflexión sobre la venganza como fatalidad inútil y cruel, como pensamiento profundo de las conciencias públicas y hablantes y como forma limítrofe de la política, del arte y de la misma traducción.” Horacio González
>> Ir a la charla de Rubén Szchumacher sobre Hamlet en Experiencia Leamos.
Cumbres borrascosas, de Emily Bronté. Aunque vilipendiada en su día («Salimos de la lectura de esta novela como si acabáramos de visitar un hospital de apestados», diría un crítico norteamericano en marzo de 1848), Cumbres Borrascosas (1847) se ha convertido en la gran novela romántica por excelencia, o, aún más, en un mito moderno que ha inspirado películas, óperas, secuelas y canciones pop. Sin embargo, tanto sus extremos y su ansia de sobrepasar todos los límites, por un lado, como su sofisticada construcción narrativa, por otro, parecen escapar a cualquier clasificación genérica. La única novela de Emily Brontë –«árida y nudosa como la raíz del brezo», según su hermana Charlotte– bebe sin duda de la fascinación por el género gótico: hay en ella apariciones, noches sin luna, confinamientos desesperados y crueldad sin medida. Pero la tensión y la incertidumbre que imprime a sus atormentados personajes y su tortuosa trama superan toda convención y nos sumergen en una atmósfera de pesadilla que difícilmente volveremos a encontrar en la historia de la literatura. El amor, en esta novela, no es de este mundo. La traducción de Carmen Martin Gaite, ya un clásico en nuestras letras, permite respirar, palpar esa intensidad y esa locura.
Orgullo y prejuicio, de Jane Austen. Publicada originalmente a principios del siglo XIX, “Orgullo y prejuicio” se centra en la compleja relación amorosa del aristócrata Fitzwilliam Darcy y Elizabeth Bennet, una muchacha de espíritu indomable cuya familia está al borde de la ruina económica. Precursora de la comedia romántica, la novela de Jane Austen es también una obra que indaga en las convenciones de su época y los prejuicios de clase.
El gato negro, de Edgar Allan Poe. Un joven matrimonio lleva una vida hogareña, apacible con su gato, hasta que el joven empieza a dejarse arrastrar por la bebida. El alcohol lo vuelve irascible y en uno de sus accesos de furia acaba con la vida del animal.
Mujercitas, de Luisa May Alcott. Clásico inoxidable de la literatura juvenil, la novela de Lousia May Alcott marca el comienzo de la saga protagonizada por las hermanas March. Ambientada en los años de la Guerra de Secesión estadounidense, Mujercitas es una novela de aprendizaje, donde el aspecto central son las enseñanzas (sobre el amor, la familia y la vida en general) y experiencias que marcan a estas muchachitas en el camino a la adultez.
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