Curiosamente, uno de los grandes placeres del lector es escuchar la voz de sus autores favoritos. Hay algo en el timbre, en la manera de acentuar las palabras, que da la clave para reinterpretar los textos. No se vuelve a leer de la misma manera a José Saramago después de escuchar esa forma de decir las palabras como quien tira de una cuerda. No se vuelve a leer la poesía de Raúl Zurita sin el énfasis que hace en los últimos versos.
La erre de Cortázar que trastabilla entre el español y el francés, la timidez de Borges que contrasta con la autoridad de sus cuentos, la risa de Hebe Uhart que irrumpe en sus cuentos más disparatados, la voz grave de Matilde Sánchez que hace más oscuras a sus historias oscuras.
Si, como proponía un viejo académico argentino, la literatura es una manta infinita en la que cada libro es un retazo —pensemos en la profusión de metáforas que toman al texto como tejido—, los audiolibros nos dan la oportunidad de ir más allá de lo escrito y entrar en otro tipo de manta oral.
La plataforma Leamos.com tiene un vasto catálogo de audiolibros y muchísimos de ellos están leídos por sus propios autores. La invitación es a descubrir una nueva forma de leer con estas diez recomendaciones.
Poeta chileno, Alejandro Zambra - Duración: 11 horas 52 minutos.
Son muchos los temas que este libro hermoso, contundente y desenfadado pone encima de la mesa. Autor de obras que se han vuelto emblemáticas, como Bonsái, Formas de volver a casa, Mis documentos o Facsímil, Alejandro Zambra regresa en grande a la novela con este libro que lo confirma como una de las voces fundamentales de la literatura latinoamericana en lo que va de siglo.
La hija única, Guadalupe Nettel - Duración: 5 horas 38 minutos
Tres mujeres enfrentadas a la maternidad. Tres maneras de afrontarla. Una intensa y deslumbrante novela sobre la familia en el mundo actual.
La niña de la bolsa, Florencia Etcheves - Duración: 33 minutos
Un fantasma recorre un barrio construido alrededor de una bailanta abandonada. Se la conoce como La niña de la bolsa. Grandes y chicos aseguran verla deambular por los pasillos de un caserío que esconde miserias, alegrías, buenas y malas intenciones. Una historia en la que no existen ni buenos, ni malos; todos son gladiadores de sus propias vidas. Un asesinato tapado por los años y el olvido, un grupo de chicos obligados a pelear como si fueran gallos, un exbailantero devenido en patrón de vidas ajenas, un asesino latente y el miedo de perder todo cuando no se tiene nada.
Pequeñas mujeres rojas, de Marta Sanz - Duración: 12 horas 5 minutos
En un homenaje a Hammett y Rulfo, a Peter Pan y Alicia en el País de las Maravillas, Sanz disecciona los relatos sobre la memoria. La escritura escarba fuera y dentro, a vista de lombriz y de águila, antes y después, en un magnífico trabajo con el punto de vista que no abole la noción de Historia. pequeñas mujeres rojas prolonga la posibilidad de la novela política: las voces de la ficción amplifican los miedos de quien toma la palabra y escribe, de modo que todas las voces son la misma y, a la vez, esa sola voz integra una polifonía de ecos, jadeos, gritos, carcajadas, psicofonías y onomatopeyas para imponer silencio: «Chissss.»
Psicoanálisis: por una erótica contra natura, Alexandra Kohan - Duración: 1 hora 32 minutos
En tiempos en que impera la certeza, Alexandra Kohan se para desde el psicoanálisis como una forma de lectura que duda. Desde allí, observa discursos como el de ciertos feminismos que, aunque se pretenden emancipatorios, terminan siendo normativos, en la ilusión de que existe una libertad sin dolor, según observa la autora. El amor, el deseo y la satisfacción pulsional son tres cosas bien distintas una de otra, dice Kohan: “Amar, desear y coger no se hacen del mismo modo ni pretenden lo mismo”. Kohan discute la afirmación de cualquier identidad como algo liberador. Hemos corrido la piedra del camino pero esa piedra, dice, ahora está en el zapato.
La invasión del pueblo de los espíritus, Juan Pablo Villalobos - Duración: 4 horas 48 minutos
Una novela que destila fina ironía, escrita contra el odio y que nos habla de la amistad, de la paternidad, de la herencia, de la familia y del amor. «¿Estamos solos?», se pregunta el autor, y, como el agente Fox Mulder, parece sugerir: «No estamos solos.»
Las obreras que voltearon al zar, Olga Viglieca - Duración: 1 hora 13 minutos
El Día de la Mujer Trabajadora de 1917, las obreras textiles de San Petersburgo, hartas de la guerra y del hambre, llamaron a la huelga general. En las colas eternas para conseguir un poco de comida las sumisas, las analfabetas, habían aprendido a maldecir a dios y al zar, pero más al zar, dice un cronista de la época. La Revolución de Febrero, esa revolución de mujeres, suele ser descalificada por despolitizada y espontánea. “A nadie se le hubiera ocurrido que ese sería el primer día de la revolución”, escribió Trotsky. Sin embargo, ellas sumaron a la huelga a toda la clase obrera, disuadieron a los regimientos enviados a reprimirlas, derribaron centurias de autocracia y abrieron el camino de la Revolución de Octubre.
Rejas, Walter Lezcano - Duración: 43 minutos
Una familia es víctima de un robo en su propia casa. Lo que sucede después de ese acontecimiento demoledor es un oscuro tránsito hacia el derrumbe, la fractura y la desolación. Un policial agresivo de conurbano donde la valentía se mide con la propia sangre y es imposible mirar atrás sin rencor
Ardillas de Jáuregui, Fernanda García Lao - Duración: 17 minutos
El primo llega para la Navidad con un regalo extraño: una ardilla roja que tiene alguna reminiscencia de un encuentro amoroso. “Es el primer ser vivo que siento mío”, dirá ella y todo empezará a cambiar: la atracción por el primo, la decisión de los padres de poner una veterinaria, la pasión, el dolor. Un relato de crecimiento en el borde de lo oscuro.
Diario de tempest, Fernando García - Duración: 48 minutos
Tempest es a la fecha el último disco de canciones originales de Bob Dylan. En Buenos Aires, a pocos días de su edición en 2012, un periodista se propone confeccionar un diario de la escucha de este disco. Durante varios meses su vida se confunde con el enigma de la voz y las palabras de Bob, el tardío. En ese estado de alerta, se confunden la crítica de rock, el ensayo cultural, la crónica urbana y destellos de una ficción que emerge a borbotones, sofocada. Tempest no es el soundtrack de la vida del autor sino que la vida del autor es un decorado, una puesta en escena de Tempest entre muchas posibles. Esta nouvelle de pulso beat atisba la emergencia de un subgénero en ciernes: el diario íntimo de un disco. Invitamos a los lectores a introducirse en este Diario de Tempest y experimentar el arte del calendario con anotaciones.
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