Sabemos que los tiempos cambian, y los consumos culturales también. Con el acceso constante a la información en infinidad de canales y de forma -casi- simultánea, la lectura fragmentaria se convirtió en un nuevo punto de interés: cada vez son más los lectores y lectoras que prefieren el contenido breve. “Hoy la lectura fragmentaria es lo que más abunda en un montón de sentidos, trato de tener una relación más pasional, no me presiono, leo hasta donde me genera ganas.” nos contaba Victoria, una usuaria de Leamos.com a la que entrevistamos para entender los intereses de lectura actuales.
Siguiendo este nuevo paradigma de consumo, dentro de la industria se ha trabajado en la creación de diferentes colecciones a medida de un nuevo tipo de lectores, tal es el caso del contenido exclusivo de Leamos.com y su colección “Grandes autores para tramos cortos”: emoción, sorpresa y diversión en solo 15 min.
La mayoría de sus usuarios lo conocen como “una suerte de Netflix de libros”. Con un catálogo de más de 45.000 títulos entre libros y audiolibros, Leamos tiene además un vasto contenido original con firmas de relevantes autores entre los que se pueden mencionar a Rosa Montero, Alexandra Kohan, Florencia Bonelli y Viviana Rivero, entre otros. Lo mejor de todo es que permite realizar una prueba gratuita de 30 días para que lectores y lectoras puedan probar la experiencia antes de efectuarse el primer pago.
La colección “Grandes autores para tramos cortos” cuenta con más de treinta títulos escritos por los mejores autores contemporáneos. Éstas son las historias breves más consumidas dentro de la plataforma:
“Mi útero materno fue un bonito tanque de acero”, dice, desafiante, Bruna Husky. Y es precisa: Bruna es una replicante de combate, una máquina de matar. Pero, por decisión de quien diseñó sus recuerdos, tiene una sensibilidad humana. Sabe, como todo replicante, cuál es el día exacto en que va a morir. Y sufre. Aquí habla Bruna Husky, cuando a su vida le quedan tres años, siete meses y seis días. Y demasiados deseos.
“Una niña que besa y lame con pasión a sus muñecas; un muchacho que entrega su cuerpo, un joven librero que se comunica con los muertos, un hombre tan bien dotado como para hacer de su pene su destino. Éstos son algunos de los personajes que, sutilmente, sin estridencias, retrata Laura Ramos. Son más extraños que ella. Dice.”
Un fantasma recorre un barrio construido alrededor de una bailanta abandonada. Un asesinato tapado por los años y el olvido, un grupo de chicos obligados a pelear como si fueran gallos, un exbailantero devenido en patrón de vidas ajenas, un asesino latente y el miedo de perder todo cuando no se tiene nada.
Si hubiera que ilustrar las ideas sobre lo siniestro de Sigmund Freud, los cuentos de Los acompañamientos serían más que apropiados. Porque el terror no tiene forma de payaso extraño ni aparece un bosque oscuro sino que se escurre, como agua entre los resquicios de las baldosas, en casas sencillas, en familias típicas. Como es habitual en Mey, quienes encarnan ese terror son chicos, toda una lectura de la sociedad y de los miedos que generan aquellos que deberían ser protegidos y no siempre lo son.
La contadora Balaguer es el alma de la empresa y es lo peor de la empresa, también. Es la que vigila, la que pone límites, la que vive para el trabajo. Y es fea. Nadie la quiere en la oficina y Fernández no es diferente. Pero un día ella lo llama y le hace una propuesta de esas que un segundo antes de ser formuladas son inadmisibles. Todo va a cambiar para él desde ese instante. Y se va a meter con nuestro corazón.