Qué tienen los escritores franceses que nos convocan, nos desafían, nos enamoran, nos irritan de la manera en que lo hacen. Rápidamente se puede hacer una serie con Michel Houellebecq a la cabeza, pero seguido muy de cerca por Frédéric Beigbeder, Yazmina Reza, Catherine Millet, Delphine de Vigan y, por supuesto, Emmanuel Carrère.
Si bien casi todos ellos pueden encuadrarse en el género de la autoficción, Carrère es quien lo lleva a un límite exasperante, al convertirse en autor, narrador, protagonista, lector y crítico de sí mismo. En Yoga, su novela más reciente, corre todo al extremo. Más allá del escándalo que supuso la publicación del libro, cuando la exmujer le impidió legalmente escribir sobre el divorcio, Carrère, como hizo Javier Cercas —que en algún momento quiso sentarse al lado del parisino y ahora ha tomado cierta distancia— en El monarca de las sombras, tocó un límite.
¿Es Yoga el mejor libro para conocer a Emmanuel Carrère? Esa respuesta, finalmente, la debe decir cada lector. Proponemos aquí cinco títulos para dialogar con este autor imprescindible. Todos los títulos están disponibles en la plataforma Leamos.com.
El bigote, 1986
La primera y verdadera novela de ficción de Carrère. Un hombre se afeita el bigote que lleva hace años. Lo hace para sorprender a su mujer. Pero cuando ella lo ve, no registra el cambio. Peor aún: cuando él se pone delante y le recrimina que no le diga nada, ella asegura que él nunca se había dejado el bigote.
Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos, 1993
Otra vez, Carrère interviniendo un género al que volverá varias veces: la biografía. En este caso, de Philip K. Dick, gran autor de ciencia ficción, autor de El hombre en el castillo, Los tres estigmas de Palmer Eldritch, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, en la que se inspiró Blade Runner. El libro seguramente se habría perdido de no ser Carrère quien es. Hay que considerarlo como un hallazgo del mercado. Leer la vida de un fabulador, visionario, genio, profeta, psicótico, drogadicto, místico, paranoico… nos lleva a la pregunta de quién fue Philip K. Dick, pero también quién es Carrère.
El adversario, 2000
Obra maestra. El 9 de enero de 1993, Jean-Claude Romand mató a su mujer, sus hijos, sus padres e intentó, sin éxito, darse muerte. La investigación reveló que no era médico, tal como pretendía y, cosa aún más difícil de creer, tampoco era otra cosa. Mentía desde los dieciocho años. A punto de verse descubierto, prefirió suprimir a aquellos cuya mirada no hubiera podido soportar. Fue condenado a cadena perpetua. Carrère, como Capote en A sangra fría, entabla una larga relación con el convicto en busca de entender de qué se compone la condición humana.
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De vidas ajenas, 2009
Tal vez el libro más extraño dentro de una serie de libros extraños. De qué habla De vidas ajenas: tal vez de la búsqueda de sentido. “En cuestión de pocos meses”, decía el autor, “fui testigo de dos de los acontecimientos que más temo en la vida: la muerte de un hijo para sus padres y la muerte de una mujer joven para sus hijos y su marido. Alguien me dijo entonces: eres escritor, ¿por qué no escribes nuestra historia?”. En esta novela se habla de la vida y la muerte, de la enfermedad, de la pobreza extrema, de la justicia y, sobre todo, del amor.
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Limónov, 2011
Otra gran novela biográfica —o autobiográfica— de un personaje real que, si fuera ficción, sería inverosímil. Limónov fue un poeta, político, militante, disidente, una figura incontenible de la Unión Soviética que, con todas las diferencias, se parece bastante a Carrère. Un personaje desmesurado que le da a Carrère la oportunidad de contar la vida de Rusia y toda Europa de los últimos 50 años. Limónov estuvo invitado al festival Filba pero una enfermedad le impidió venir; pocos meses después fallecería.
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