Libros que han cambiado la forma de ver el mundo, pero que hoy parecen perdidos, olvidados, abandonados. Desde hace un tiempo, la editorial digital IndieLibros se ha puesto a la vanguardia en la tarea de rescate de estos títulos inconseguibles, que a veces sólo era posible conseguirlos en ediciones maltratadas y con traducciones totalmente desactualizadas. El catálogo recuperado hasta ahora es de una refinada belleza, con más de doscientos libros que, de otra manera habrían quedado en un limbo injusto o serían reeditados con una traducción perimida.
Aquí una pequeña lista de diez, que funciona como una invitación al descubrimiento y al placer de la lectura.
1984, de George Orwell
En el año 1984 Londres es una ciudad lúgubre en la que la Policía del Pensamiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso y su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el Partido considera la versión oficial de los hechos. Hasta que decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.
Canibalismo en los vagones del tren, de Mark Twain
Cuando el hambre se mezcla con la política, el resultado solo puede ser terrorífico. Atrapados en un tren durante una terrible tormenta de nieve, 24 pasajeros deben elegir cuál de ellos debe sacrificarse para que el resto sobreviva. Y no es sencillo. Los tejemanejes de la política se mezclan con un hambre atroz, dando como resultado una historia que mezcla la ironía, la crítica mordaz y... el canibalismo.
¿Cuánta tierra necesita un hombre?, de León Tolstói
Escrito en 1886, ¿Cuánta tierra necesita un hombre? es una modernísima parábola sobre la ambición del ser humano. Pajom es un campesino al que ninguna extensión de tierra satisface: cuanta más tiene, más necesita. Al conocer que los habitantes de una lejana región, los bashkirios, le ofrecen tanta tierra como pueda recorrer en un día, no lo dudará e intentará abarcar la mayor cantidad posible.
Un cuarto propio, de Virginia Woolf
En 1928 a Virginia Woolf le propusieron dar una serie de charlas sobre el tema de la mujer y la novela. Lejos de cualquier dogmatismo o presunción, planteó la cuestión desde un punto de vista realista, valiente y muy particular. Una pregunta: ¿qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Una sola respuesta: independencia económica y personal, es decir, Una habitación propia. Sólo hacía nueve años que se le había concedido el voto a la mujer y aún quedaba mucho camino por recorrer. Son muchos los repliegues psicológicos y sociales implicados en este ensayo de tan inteligente exposición; fascinantes los matices históricos que hacen que el tema de la condición femenina y la enajenación de la mujer en la sociedad no haya perdido ni un ápice de actualidad. Partiendo de un tratamiento directo y empleando un lenguaje afilado, irónico e incisivo, Virginia Woolf narra una parábola cautivadora para ilustrar sus opiniones. Un relato de lectura apasionante, la contribución de una exquisita narradora al siempre polémico asunto del feminismo desde una perspectiva inevitablemente literaria.
Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell
Scarlett O’Hara vive en Tara, una gran plantación del estado sureño de Georgia, y está enamorada de Ashley Wilkes, que en breve contraerá matrimonio con Melanie Hamilton. Estamos en 1861, en los prolegómenos de la guerra de Secesión, y todos los jóvenes sureños muestran entusiasmo por entrar en combate, excepto el atractivo aventurero Rhett Butler. A Butler le gusta Scarlett, pero ésta sigue enamorada de Ashley, que acaba de hacer público su compromiso con Melanie. Despechada, Scarlett acepta la propuesta de matrimonio de Charles, el hermano de Melanie, al que desprecia. Años más tarde, y como consecuencia del final de la guerra, ya viuda, Scarlett debe afrontar situaciones nuevas como el hambre, el dolor y la pérdida e instalarse en Atlanta, donde Melanie espera noticias de Ashley y Butler aparece de nuevo...
Poesías completas, de Evaristo Carriego
Toda la obra poética de Evaristo Carriego, una figura importante de los círculos intelectuales de finales del siglo XIX, reunida en este volumen.
Los lanzallamas, de Roberto Arlt
Con Los lanzallamas –dice el autor- finaliza la novela de Los siete locos y retoma en este libro los personajes de aquél pero tratándolos individualmente, con la prosa un tanto desmañada pero fuertemente expresiva que le es característica, producto de los convulsionados años que le tocó vivir y que culminaron con la crisis de 1930. En Los lanzallamas no hay tragedia; la aniquilación es racional, cintífica, como lo es la guerra química o bacteriológica. Éste y otros aspectos de estas dos grandes novelas convierten a Roberto Arlt en uno de los pocos narradores en lengua española que han ofrecido una interpretación del caos y la incertidumbre del mundo contemporáneo.
La caída de la Casa Usher, de Edgar Allan Poe
Un joven caballero es invitado al viejo caserón de un amigo de la infancia, Roderick Usher, artista enfermizo y excéntrico que vive completamente recluido en compañía de su hermana, Lady Madeline, también delicada de salud. Usher vive presa de una enfermedad indefinible, lo que hace a todos temer por su vida. La que acaba muriendo es su hermana. Sus restos mortales son depositados en una cripta, pero no tardan en producirse terribles acontecimientos que desembocarán en un trágico final. La caída de la casa Usher es uno de los relatos más conocidos de Edgar Allan Poe y ha sido adaptado al cine en varias ocasiones.
Entre mujeres solas, de Cesare Pavese
Publicada en 1949 junto con otras dos novelas cortas, Entre mujeres solas significó para Pavese el salto al éxito de crítica y público. En sus páginas se cuenta la historia de Clelia, una mujer madura, fría y bregada, que deja Roma y llega de vuelta a Turín, su ciudad natal, para abrir una tienda de modas. Su negocio la obliga a frecuentar la alta burguesía de la ciudad y a asistir como testigo a los viajes extravagantes, a los amores cansados y a los intentos de suicidio de unos jóvenes que ya no saben qué pedir a la vida. El brillo de los salones contrasta con las calles de la periferia donde Clelia pasó su infancia. Ahí quedan unos pocos conocidos, figuras patéticas que hacen de triste contrapunto al esnobismo burgués e intelectual de los que pasean por las avenidas del centro. Y la niebla, esa niebla turinesa que todo lo envuelve, cubre la desesperación de cada cual para que ciudad y ciudadanos sigan pareciendo tan honrados, laboriosos y discretos como manda la tradición.
Las fuerzas extrañas, de Leopoldo Lugones
Las fuerzas extrañas reúnen doce relatos y una teoría del cosmos que constituyen los cuentos fantásticos más perfectos de la literatura castellana y aún de la literatura. Perfectos por la prosa excepcional que los narra, por los argumentos asombrosos que abordan y por los hallazgos narrativos que Leopoldo Lugones ensaya para dar verosimilitud a estas fantasías.
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