En un nuevo encuentro de Leamos Independientes, el ciclo para conversar sobre la escena literaria emergente de América latina, Esteban Castromán conversó con el editor Fernando Barrientos sobre los desafíos de llevar adelante una editorial independiente en Latinoamérica. Desde 2008, la Editorial El Cuervo (con sede en La Paz, Bolivia) ha publicado lo más destacado de la literatura boliviana y latinoamericana contemporánea, incluyendo a autores locales como Rodrigo Hasbún, Wilmer Urrelo, Liliana Colanzi y argentinos como Fabián Casas. Han creado un catálogo internacional que contiene 71 publicaciones hasta la fecha, en colecciones dedicadas a ficción, no ficción, ensayo, crónicas, ilustración y traducciones, con presencia en más de doce países. Cuenta además con una comunidad de lectores, que interactúa a través de sus redes sociales, de manera cercana y directa. Desde junio, una selección de los libros de El Cuervo pueden encontrarse en Leamos.
--¿Por qué armar una editorial? ¿Cómo surge el proyecto?
--Como en el caso de tantas otras editoriales, el inicio fue accidentado. Me vine a vivir a La Paz para estudiar sociología, pero en realidad quería escribir. Allí fui conociendo a otras personas que también querían escribir y terminé conociendo al poeta Julio Barriga. Él se autopublicaba –como la mayoría de los poetas bolivianos suelen hacer– y a veces las ediciones no salían muy lindas. Lo ayudé en una ocasión, y cuando en el 2007 me volvió a pedir ayuda el accidente se provocó: le dije de armar un logo, una estètica...Sin saber lo que vendrìa después. Porque después de sacar ese libro de poesía, el camino se fue esclareciendo; tuve la suerte de haber coincidido generacionalmente con una camada de escritores muy potentes que había conocido cuando quería ser escritor, y comenzamos a publicarlos. Fue un accidente que iba a ocurrir en cualquier momento, porque descubrí al poco tiempo que la cultura editorial era a lo que me quería dedicar.
>Leer El lugar del cuerpo, de Rodrigo Hasbún
--¿Cómo fuiste construyendo el catálogo y el plan editorial de El Cuervo?
--Al inicio seguimos la línea de publicar a los nuevos autores bolivianos, luego, como en esa época estaban muy de moda los blogs, conocimos a escritores de toda la región por ese formato, especialmente a argentinos, y comenzamos a difundirlos. Así empezamos a editar la escritura latinoamericana en Bolivia, un lugar donde el acceso a los libros no es tan libre ni tan variado como por ejemplo lo es en Argentina. Era algo que faltaba acá y que complementaba la obra de los autores bolivianos. Esas fueron las dos líneas de inicio, pero en el camino se han ido incorporando otras, como por ejemplo el de ensayo literario, libros escritos por extranjeros o en el extranjero sobre Bolivia, o el género de crónica, que hoy ya cuenta con casi 15 títulos. Había, y hay, un interés en cubrir un género pero también de llegar a un público más amplio.
>Leer El idioma de la lluvia de Roland Schimmelpfennig
--¿Qué oportunidad consideran habilitan los formatos digitales?
--En Bolivia tenemos el tema de la “mediterraneidad”. Es un país complejísimo, con una identidad nacional siempre en construcción. Siempre hemos tenido relación con el extranjero… somos una generación criada por la televisión, luego internet. Me parece que no se puede pensar en lo local a la hora de producir contenidos. Justamente, lo digital o virtual permite que lleguen tus cosas a lugares en que antes era imposible. [...] Sentimos que lo digital es parte del trabajo, de la labor que hacemos.
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