En una charla especial de Experiencia Leamos, Santiago Llach –escritor, docente, coordinador de talleres de lectura y escritura y del club de lectores Pez Banana–, habló del 4º Mundial de Escritura.
El Mundial es una invitación abierta a escribir para personas de todas las edades y países del mundo. No hay que ser escritor ni tener experiencia previa, solo ganas de sumarse y el compromiso de escribir un texto por día. Incluye un mundial para Chicos y Chicas y un premio especial para los mejores equipos y jugadores de adolescentes. Este año, además, Leamos y Experiencia Leamos serán Media Partners del evento, en la búsqueda de puentes entre las comunidades lectoras.
En conversación con Patricio Zunini, Llach compartió el aprendizaje que dejó las ediciones anteriores y dio las claves para escribir un texto “finalista”. También destacó el gran jurado que definirá el equipo y los textos ganadores: en la categoría general, la escritora colombiana Margarita García Robayo, la argentina Ariana Harwicz y el chileno Alejandro Zambra. Para la categoría chicos, los jurados serán los argentinos Pablo Bernasconi y María Inés Falconi y la escritora colombiana Yolanda Reyes.
Los siguientes son fragmentos de la charla que puede verse completa en el sitio Experiencia.Leamos.com.
—El crecimiento del Mundial parece inagotable. Esta semana llegaron a los 13.000 inscriptos en el primer evento del año. ¿Pensabas que una idea nacida en el contexto de tus talleres podía terminar siendo una movida tan enorme?
—Quizá un poco ambicioso soy, y me parecía que era una buena idea –que no es mía, surgió a partir de mis talleres, hubo personas a las que se le ocurrió una competencia de escritura que entonces llamábamos “Championnat”–. Tiene estas cosas de las redes: que lanzás un tweet y la cosa explota, y literalmente fue así: un montón de gente se largó a escribir en más de 50 países. Fue mundial, nomás.
—En el Mundial hay que escribir 3000 caracteres por día, que parece tan poco y a la vez, tanto. ¿Cómo definieron ese número?
—Esa cifra tiene que ver, sobre todo, con una idea tan frecuente para tantos escritores: “Hoy, la gran novela no la vas a escribir”. Uno sueña: “¡Hoy la arranco!”. Pero hoy sí vas a escribir algo chiquito, modesto. ¿Cuándo vas a lograr aquello? Cuando termines de hacerte la rutina de esos 3000 caracteres diarios, que no parecen mucho, pero en realidad, hay días, que uno no puede, entonces acá aparece el compromiso con el equipo, y aunque a veces, se escribe “lo que sea”, ese “lo que sea”, el día de mañana, con otro trabajo que es el de la edición, se transforma en una frase que nos gusta y sirve. Por otro lado, habíamos leído en un paper que decía que eran necesarios 45 días para crear un hábito. Aquí no son 45 días, son 13, pero ese es el espíritu.
> Lectura mundialista: Zona de Obras, de Leila Guerriero en Leamos
—¿Cómo será este año el trabajo con las consignas?
—La estructura sigue como en las ediciones anteriores. Nosotros pedimos la “pesca del día”: es decir, algo escrito en el día. Si bien se puede hacer trampa, la idea es que cada uno escriba lo que quiera, y los que siguen la consigna, tendrán un plus, y ese texto tiene más posibilidades de llegar a la final
> Lectura mundialista: Construcción de la mentira, de Gonzalo Heredia en Leamos
—¿Cómo seleccionaste y convenciste a los jurados?
—¡Este año empecé por Stephen King y Caetano Veloso! No fue posible, así que rápidamente fui por Margarita García Robayo, Ariana Harwicz y Alejandro Zambra, tres escritores/as que he leído mucho, que me interesan, y son contemporáneos. Ojo: no tendría porqué solo ser mi gusto, sino un lugar donde haya discusiones literarias y diferentes perspectivas. Una de las ideas del mundial es que un gran público, que tal vez no está tan interiorizado en lecturas contemporáneas, tome contacto con estas voces. Alguien dijo que el Mundial era como un taller literario gigante, y me gustó la expresión.
> Lectura mundialista: La débil mental, de Ariana Harwicz en Leamos.
—Menotista, bilardista, bielsista: ¿hacia dónde tienen que apuntar los equipos?
—Soy bilardista total. Hay que cumplir 3000 caracteres, como sea. Sin hacerse los vivos, pero cumplir. Mi experiencia como coordinador de talleres es que cualquiera puede escribir. Me interesa habilitar a las personas a escribir. Y en el proceso me parece que sirve bajar un poquito la exigencia. De ese campo sembrado, alguien florecerá, y ganará el mundial.
—Sos un tipo que desde hace tiempo “trabaja con la literatura” desde talleres, clases, el Mundial. ¿Cómo llegaste a este presente?
—Tomó toda la vida... Es, diría, un aprendizaje tardío. Sobre todo me siento un “organizador”, algo que me viene del gen familiar, no sé si es muy glamoroso. Soy alguien que está “atrás”: mi lucimiento es como editor o tallerista. Defendiendo, como cuando jugaba fútbol. Por lo demás, al final, pienso que el mejor consejo, aunque un poco cursi, es encontrar el talento propio, la originalidad. Es saber transformar obsesiones e intereses: ser uno mismo.
Con una ayuda de los expertos
Este año, como novedad, el Mundial sumará el ciclo “De los 3000 caracteres al libro: escribir, corregir, editar y publicar”. Será a lo largo de dos meses para los participantes y el público, siguiendo un esquema que va desde el momento cero de la escritura a la corrección y publicación. Participarán escritores, editores y especialistas. La semana pasada ya tuvieron lugar los tres primeros “vivos” con los escritores Claudia Piñeiro, Gonzalo Heredia y el director de TED x Río de la Plata Gerry Garbulsky. Habrá mucho más.
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