¿Cómo procesa el “ecosistema editorial” el giro hacia lo digital? ¿De qué modo nuestro tiempo de ocio se debate entre los infinitos atractivos que nos ofrecen las industrias culturales y del entretenimiento –cine, series, música, juegos–? ¿Pueden el libro, ese fetiche siempre dado por muerto y siempre actual, resistir el embate de la internet y las redes sociales? ¿Somos conscientes de las oportunidades que ya ofrecen las nuevas tecnologías, para tomar las mejores decisiones, tanto en nuestra cotidianidad, como en la vida profesional?
Para conversar sobre este amplio y apasionante abanico de interrogantes, en el marco del ciclo Leamos en el ecosistema editorial, convocamos a cuatro profesionales de la industria. Con la moderación de Natalia M. Ginzburg, recibimos a Carla Imbrogno, traductora del alemán, editora y gestora cultural; Sebastián Lidijover, durante años librero y actual agente de prensa y coordinador editorial de Anagrama Editores en Argentina, quien además lleva adelante Club Carbono; Juliana Orihuela, una de las fundadoras de Libresque, estudio que en la última década acompañó a grandes grupos editoriales, pequeñas editoriales independientes y autores autopublicados en el camino de la digitalización; y Esteban Serrano, diseñador gráfico, ilustrador e historietista, autor de Sábado. Souvenir de River en la B (Galería editorial) y No quiero que te olvides de mí (contenido exclusivo de Leamos, incluido en la colección Paraíso Ordenado).
Los siguientes, son fragmentos de la charla que puede verse completa en el sitio Experiencia.Leamos.com.
Los oficios
Los veinte años que llevo en el mundo del libro pueden sintetizarse en el entusiasmo de cómo contar un libro, de cómo comunicarlo. Me gusta pensarme como alguien que une a la persona con el libro que le va a gustar.... ¡soy una suerte de Celestina! [...]
La “foto loca de los viernes” empezó en 2011, cuando manejaba redes de una distribuidora, para un mejor aprovechamiento de Facebook con imágenes, y salir de la mera mostración de la tapa. Así de espontánea salió la primera “foto loca” jugando con la perspectiva por fuera de campo. La pienso como una forma de comunicar libros esquivando el discurso publicitario. (Sebastián Lidijover)
A través de mi trabajo como gestora cultural estoy tratando siempre de integrar el libro, la literatura, combinarla con el resto de las artes. Ahora, por ejemplo, estamos organizando una residencia digital desde la Casa de Traductores Looren, a través de la cual buscamos reunir a muchas personas, más allá de la pandemia, en diferentes continentes. De hecho, desde hace varios años armamos un “equipo latinoamericano” que genera mucho ruido e intercambio. Con el apoyo de ProHelvetia, nos vinculamos con la editorial Rey Naranjo de Colombia, con quienes estamos preparando una antología de poesía suiza. (Carla Imbrogno)
Cuando me convocó Matías Bauso para la colección Paraíso ordenado, sobre consumos culturales que nos interpelan, me decidí por un material que había escrito sobre La Sociedad de los Poetas muertos, una peli que a los 17 años “me liquidó”. [...] Mi libro Sábado también surgió primero en las redes, con los dibujos que iba subiendo, y pasó luego al papel. Pienso que, por mi forma de producir y lo que sucede en internet con lo que hago, soy antes un autor digital que cualquier otro tipo de autor. (Esteban Serrano)
>> Leer No quiero que te olvides de mí en Leamos
Cuando vivía en Buenos Aires, trabajé en editoriales, realizaba distintas tareas, veía circular los escritores que admiraba... Cuando me mudé a Necochea, hubo que pensar algo distinto: lo digital fue una nueva manera de seguir conectada con la producción de libros, desde lo intangible. Empezamos a construir un camino que diez años más tarde aún pocas editoriales han encarado, pero sé que es un camino enriquecedor, y lo llevo adelante con mucho entusiasmo. (Juliana Orihuela).
Pandemia y giro hacia lo digital
Durante la pandemia, fue notable el cambio de las editoriales, que se vieron obligadas a pensar lo digital, un poco porque las imprentas estaban paradas, las librerías cerradas, el mercado tuvo que flexibilizarse, algo que veníamos diciendo desde hace más de diez años en Ferias, cursos, etc. en una suerte de “evangelización editorial”; ¡y aquí estamos todavía!, un trabajo arduo por delante, pero confiamos en que cada editor que llega al digital es un canal de lectura que se abre a nuevos lectores. (JO)
El libro tiene una cosa: es que todos somos muy fetichistas, pero cambiar por el libro de papel al digital solo corre el fetichismo, y si nos gustan los dispositivos digitales, solo trasladamos el amor hacia otra cosa. Creo que este fetiche es porque el libro de papel funciona como “atajo” o “recordatorio”. [...] Frente a la idea de lo físico-individual, aparece la experiencia de leer con otras personas, como se está dando en tantos clubes de lectura. (SL)
Para mí, es un tema de tecnologías. Hay mejores y peores... El PDF es práctico de enviar, pero es verdad, que las otras tecnologías, están ahí, cerca, estamos aprendiendo, y seguro vendrán cosas nuevas. Ese es el desafío. De hecho, mis hijos de 15 y 18: su experiencia de lectura no tienen nada que ver con la mía.” (ES)
Siempre leo, más o menos. En la pandemia volví a encontrar mucho refugio en los libros. Y si bien no era lectora digital, me acerqué por primera vez allí (cuando me registré en Leamos). Pienso que el giro digital le dio un impulso no solo a los libros sino también a las artes, sobre todo cuando hay producciones internacionales, porque facilita muchísimos los procesos. (CI)
Me apena, sí que se siga asociando leer digital con el PDF, lo que es un incordio, en vez de migrar hacia el siguiente formato, con una experiencia de lectura más cómoda, bien diseñada, más cercana a la que teníamos con el libro de papel.” (JO)
Tiempo y consumos culturales
¿Qué hizo explotar el “fenómeno Poeta chileno”? ¿Es el “barrio chico”, o la “sensación de barrio chico”? Que sientas que estás leyendo lo mismo que la comunidad, la lectura se convierte en una conversación: por eso, creo yo, el auge de los clubes de lectura. (SL)
>> Leer Poeta chileno en Leamos
Durante el encierro nos refugiamos en música, libros, películas. Cosas que nunca teníamos tiempos, ahora sí podíamos... No sé qué hubiera sido de nosotros, sobre todo en ciudades chiquitas, sin todo lo que se nos ofrece desde lo digital. Y a propósito de arte, les quiero recomendar el libro de la colección Panorámica, contenido exclusivo de Leamos: Será del arte el futuro” Mercedes Ezquiaga, muy interesante con un capítulo escrito por una inteligencia artificial. Cortito y digital. (JO)
>> Leer Será del arte el futuro en Leamos
Tengo la sensación de que se viene algo bueno:: hay un caldo que cultivo, que aún quizá no se vea, pero sobre todo en el terreno artístico hay muchas personas mirando mucho el mundo, pensando mucho y una creatividad que va a estallar, para bien de todes. (CI)
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