“¿Qué harían los hinchas si un día se acabara el fútbol?”, se preguntó Pablo Calvo luego de enterarse que en la reciente construcción en Noruega de un refugio antinuclear para preservar la memoria de los pueblos, Brasil envió grabaciones de los goles de Pelé. ¿Qué salvarían los hinchas entre sus recuerdos futboleros? ¿Una entrada, una figurita, una camiseta firmada, su primera vez en un estadio? Para Calvo, todo vale.
En un nuevo encuentro de Experiencia Leamos, María Belén Marinone conversó con el periodista y escritor, autor de La muerte de Favaloro y Los mendigos y el tirano, sobre su nuevo libro, que se propone como una guía práctica para ser leída en la dimensión romántica del fútbol: El arca del fútbol, es contenido exclusivo de la plataforma Leamos.com.
--¿Qué nos dice el fútbol de nuestra sociedad como argentinos? ¿Y como humanidad?
--El fútbol es un lenguaje universal. En una ocasión estaba en la selva colombiana en momentos de máxima tensión política: la guerrilla FARC estaba por entregar las armas y tenía que entrevistar a sus comandantes en el monte. “¿Cómo haría?” me preguntaba. Estaba solo con mi fotógrafo, los dos temerosos, en un lugar prácticamente inaccesible. Vi a un grupo de guerrilleros jugando a la pelota y me arrimé. Apunté a uno que tenía la camiseta de Atlético Nacional, equipo al que San Lorenzo le había ganado hace poco, y le dije: “¡Cómo les ganamos el otro día!”. No le gustó mucho el tono, no estaban acostumbrados a la chicana y a la broma que sabemos compartir los argentinos. Pero entramos en confianza y nos pusimos a charlar. Y se ve que tenía algún grado de importancia porque enseguida los demás también me empezaron a tratar mejor y a contar sus historias. Para mi el fútbol es esto mismo: conexión.
--En El arca del fútbol decís que el VAR fue inventado por Roberto Fontanarrosa, ¿a qué te referís?
--¡Fue así! En el cuento “La columna tecnológica. Fútbol y Ciencia”, de 1990, inventaba, mucho antes que el VAR existiera, un sistema de referato a distancia en un estadio alemán de 75.000 personas. Mientras en la cancha no había nadie más además de los jugadores, a una cuadra de distancia los fallos arbitrales eran tomados desde una torre de 75 metros de altura, sin ventanas, donde los árbitros tenían 127 pantallas de televisión y podían tomar fernet mientras tomaban las decisiones finales. Desopilante. Pero él lo proyectó, lo imaginó, y terminó siendo real. Lo que se imaginaba Fontanarrosa podía terminar en cualquier lado y terminó con su presagio del VAR, que muchas veces resulta ser más patético que las extravagancias del cuento en sí. Fontanarrosa ridiculizó el VAR a tiempo.
Leamos es una nueva manera de vivir los libros y la lectura. Una comunidad que vive el placer de leer, que disfruta vivir historias, compartirlas, conversar y debatir. Cada semana en Experiencia Leamos hay nuevas conversaciones con escritores, músicos, políticos, actores, filósofos, psicólogos. También podés participar de los talleres de lectura y un club de lectores exclusivos para suscriptores. Informate y comenzá ya mismo a disfrutar de todas las actividades.
LEER MÁS