Noviembre de 2020, en plena pandemia, Madrid. La argentina Carolina González, un nombre quizá desconocido para quien no sea parte de la industria del cine o audiovisual, es, desde fines de 2019, directora de ficción en Warner Bros España, donde está a cargo de la gestación creativa y desarrollo de nuevos proyectos de ficción.
En conversación con Franco Torchia, en un nuevo encuentro del ciclo Guión Bajo, programado cada sábado a las 20 hs por Leamos.com, González repasó su historia profesional desde sus inicios como guionista del “Zapping” de CQC, como parte de los equipos autorales de “Lalola” (donde conoció a Sebastián Ortega) y “Los exitosos Pells”, o las adaptaciones de “Married with children” (Casados con hijos) y “The Nanny” (La niñera) para Telefe (actual Viacom).
También habló de su paso por la productora Underground, de 2013 a 2017, donde estuvo a cargo del desarrollo de nuevos proyectos, incluyendo coproducciones entre Argentina y España, y series como “Historia de un Clan”, “El Marginal” o “Un gallo para Esculapio”.
Todo ese recorrido fue imprescindible, dice hoy Carolina González, para poder pensar su presente en España. Los siguientes son fragmentos de la entrevista, que puede verse completa en el sitio Experiencia.Leamos.com.
Estamos viviendo una suerte de estampida de las ficciones, de la mano de las plataformas... ¿Es un gran momento de los guionistas?
En realidad, los guionistas siempre fuimos el último orejón... [risas] Además, hoy todo el mundo quiere ser showrunner, delirio total, porque es una figura que tiene que ver con la industria de EEUU, y no con la nuestra, iberoamericana. Para ser showrunner no puede ser el productor. Son básicamente guionistas, pero tienen que saber de producción, de presupuestos, de diseño de producción. Se está tomando un poco a la ligera. Sebastián Ortega puede ser showrunner: es un tipo que crea el producto, sabe de diseño, de producción, va al rodaje, sabe qué está pasando. ¡Alberto Migré era un showrunner! Javier Olivares [el creador de El Ministerio del Tiempo], con quien trabajo en España, lo es.
¿Cómo fue la expieriencia de trabajar en el equipo de El Ministerio del Tiempo, y en particular, el capítulo que propusiste de homenaje a Almódavar?
En realidad, el Almódovar que contamos es el de 1982, que no conseguía financiación para Laberinto de Pasiones: los riesgos que corrió, cómo cambió el cine, la narración. Para mí, Almodóvar es fundamental en la historia del cine, no solo español, sino mundial. Y quizá esto no es tan reconocido en España. Más allá de la “Movida madrileña”, contamos las “sombras”. Fue un verdadero regalo de Olivares, permirtir hacerlo. Yo era fan de la serie antes de participar del equipo de guionistas. La serie es maravillosa no solo por cómo está escrita, habla desde lo humano de conflictos históricos, la vida de esos personajes.
¿Qué cambio de importancia ves desde los inicios de Netflix a hoy?
Te diría que hoy parece normal –orgánico– una coproducción entre Argentina y España, o que una serie española se vea en Latinoamérica. En aquel momento, nos costaba muchísimo. El boom fue creo a partir de La Casa de Papel, que funcionó primero en latinoamérica, luego en Europa. Entonces, si hoy actúa Rodrigo de la Serna como protagónico, nadie dice “hay un argentino”: esa barrera ya se pasó, por suerte.
¿Las plataformas se basan en los algoritmos a la hora de definir los géneros que piden?
Puede ser... o por los humores. Porque, realmente, no se entiende que en un momento se quieran thrillers, a los quince días novelas románticas, y luego un young-adults. Yo creo que, lo que en definitiva vale, es la historia.
¿Hay lugar para un documental y una serie del mismo tema, como el caso Belsunce o el clan Puccio?
Parece que sí: el mal siempre llama la atención.
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