Patricia Suárez y los mitos sobre el orgasmo femenino

“¿Mamá, vos alguna vez fingiste un orgasmo?”, le preguntó la hija en medio de la cena. Patricia Suárez se quedó helada. Porque, ¿cómo le explicaba que su mamá, la persona que le enseñó toda la vida a decir la verdad, que a veces mentir era más sencillo? Así nació la idea de escribir sobre el orgasmo femenino, invisibilizado durante siglos y hoy reivindicado más que nunca.

Patricia Suárez tiene una vasta trayectoria como escritora y dramaturga. Es autora de más de una veintena de títulos --con los que obtuvo numerosos premios y reconocimientos-- para adultos y niños, y colaborada habitual en diferentes medios del país y el extranjero. Algunos de sus libros son Perdida en el momento (Premio Clarín Novela), Esta no es mi noche y Álbum de polaroids. Además ha escrito como contenido exclusivo para Leamos.com: Tu blanca palidez, las series En la Varsovia y El sueño de la criada.

En una entrevista a cargo de María Belén Marinone, la escritora presentó su ensayo Mitos y más mitos del orgasmo femenino, parte de la colección feminista “Mirá como nos leemos” de Leamos.com.

“El orgasmo de una mujer puede cambiar el mundo”, escribe Suárez en el libro donde analiza desde cómo los egipcios y griegos abordaron la sexualidad de las mujeres hasta por qué recién en los años 60 del siglo XX crecieron las consultas médicas de aquellas pacientes que no alcanzaban el clímax, incluyendo las descripciones que los médicos medievales hicieron del clítoris o la negación de su objetivo de puro placer por parte del primer psicoanálisis… Suárez traza un recorrido y llega al final: ahí donde el orgasmo se vuelve reivindicación y es capaz de transformar la realidad.

La primera vez que hubo una preocupación por el orgasmo femenino fue en la edad media. La medicina de aquel entonces, contó Suárez, consideraba que, al producirse el espasmo del orgasmo, el útero se abría y era fecundado con mayor facilidad: “Cuando se dieron cuenta que el orgasmo de la mujer no cortaba ni pinchaba, dejó de ser una preocupación durante muchísimos años”.

No sería hasta el advenimiento del psicoanálisis y la famosa “histeria” que volvería a la escena. Los médicos pasarían horas del día haciéndoles masajes genitales a las mujeres para provocarles un orgasmo, creyendo que este sería una especie de cura, una forma de alivianar las alteraciones emocionales. Así fue como un médico propuso inventar un aparato para facilitar la tarea: lo que hoy conocemos como un vibrador.

Para Suárez, es recién a partir de ese momento en que el hombre comienza a cambiar su perspectiva sobre el placer de la mujer: “Deja de creerse que cuando una mujer no tiene un orgasmo es porque es ‘una negada’ o porque su cuerpo se lo impide: la cuestión cultural comienza a ser tomada en cuenta”.

¿Qué consecuencias tiene para la sociedad que las mujeres conozcan el poder del goce? Para la escritora, si venimos de una historia de siglos y siglos en los cuales el placer está, como mínimo, interdicto, pero en general reprimido, castigado, despreciado, educado para el disimulo, es lógico que, cuando una mujer sepa cómo, por qué y qué significa el goce, todo ese poder vuelva a sí misma. “Darse cuenta que no es necesario depender de un otro para gozar, que el placer es algo que está en vos y que lo podés lograr sola, te devuelve el poder”.

Ver la entrevista completa en Experiencia Leamos.

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