Desde la radio y la televisión, Flavia Pittella y Florencia Scarpatti se convirtieron en dos referentes de la literatura. Miles de personas prestan atención a sus recomendaciones y comparten con ellas la experiencia de lectura. Ambas comparten el paradigma borgiano del lector, alejado de las categorías vacías y las convenciones académicas, pero considerando las intuiciones, las experimentaciones y la exploración de los sentidos ocultos en un texto.
En un encuentro coordinado por Patricio Zunini, Pittella y Scarpatti mantuvieron un diálogo en Experiencia Leamos —el ciclo que la plataforma Leamos.com organiza como beneficio exclusivo para sus suscriptores— en el que abordaron los secretos de su trabajo: cuando ser lector se convierte en un oficio.
La charla completa se puede ver en el sitio de Leamos. Publicamos aquí algunos pasajes:
¿Qué características debe tener un buen recomendador de libros?
Flavia Pittella: Yo recomiendo lo que me gusta. Ahí es donde dejo de hacer crítica: si el libro no me gusta, lo dejo pasar, no hago nada con ese libro. No hablo mal del libro. No estoy a la altura de decir si un libro es bueno o malo; sí puedo decir cuándo tuve una buena experiencia de lectura. Me interesa transmitir eso: Que lo vas a pasar bien, que vas a aprender, que te vas a deslumbrar, que vas a llorar, lo que fuera. Me gusta hablar de cómo están hechos los libros, me encanta cuando no le veo los hilos al autor.
Florencia Scarpatti: Estoy en línea con Flavia. Es muy difícil recomendar un libro que no te gustó, pero, con el tiempo, empecé a abrir un poco el panorama, porque uno se da cuenta que tiene un patrón de lectura y realmente hay muchos buenos libros que a uno pueden no gustarle. Entonces, opto decir: “Este libro no es de mi estilo, pero entiendo que te va a gustar”. Es raro porque uno quiere hablar de lo que le gusta. Pero cuando hablar de libros se vuelve un trabajo se puede decir: “Yo prefiero leer otras cosas, pero el libro es buenísimo”.
Flavia Pittella: Viniendo de la literatura inglesa, cuando empecé a recomendar libros en la radio me di cuenta de que tenía un universo ínfimo de lectura, que eran las literaturas inglesa y norteamericana. Lo que dice Flor es fundamental: cuando estás en un medio tenés que abrirte a géneros, autores y estilos que, a lo mejor, jamás hubieses leído.
¿En la radio y la televisión sólo se puede hablar de libros para un público masivo o también hay espacio para el libro boutique?
Flavia Pittella: El único freno que me pongo es no recomendar libros que no me gustan. Después de eso, creo que todos los lectores son para todos los libros. Me llevé muchísimas sorpresas con gente que me dijo: “Jamás hubiese leído Virginia Woolf porque me parecía difícil y como la recomendaste la encaré”. Hay lectores para algunos libros y libros para algunos lectores, pero esos son descubrimientos personales. Yo no podría decir que un libro es para poca gente. He recomendado libros boutique de editoriales de súper nicho y a Stephen King cada vez que saca un libro. No encajono a los lectores.
Florencia Scarpatti: Tengo la suerte de que mi jefe, cuando me habilitó a recomendar libros en la tele —ahora estamos en un parate por la pandemia—, me dijo que recomendara el que quisiera. Para mí, eso fue la libertad total. Es un desafío hablar de libros con tramas que no son populares, que no son thrillers, que hablan de relaciones humanas. Es raro en televisión hablar de temas con tanta profundidad; uno va al sujeto-verbo-predicado-impacto porque tenés poco tiempo. Pero tuve la libertad total y eso me habilita a leer lo que consumo. Pero también hay algo que fui cambiando con el tiempo. Hubo un momento que pensaba en libros que le gustara al resto; después pensé que también los lectores tienen que desafiarse en las lecturas. Hay libros que son difíciles y está bien alertar eso, pero los libros ofrecen otra cosa. Y tenés que tener ganas de meterte ahí, ver con qué te vas a encontrar y cómo vas a salir de ahí.
Flavia Pittella: Yo tengo frases medio cliché: en este tenés que entrar con cinturón de seguridad, a este lo tenés que leer con lápiz, con este tenés que ir despacio. Me gusta decirlo porque los libros son caros y así la gente que te escucha puede decidir si quiere meterse en un libro que lo haga sufrir o pensar demasiado. Pero sí, coincido en siempre tiene que ser un desafío.
¿En una recomendación se puede ser emotivo o hay que ajustarse a un lenguaje académico?
Flavia Pittella: Yo vengo de la Academia. Vengo de ahí, me crie ahí y en este momento estoy haciendo un posgrado. Pero la Academia es una masturbación intelectual. Es un espacio en el que no se te permite la emoción, tenés que hablar con un marco teórico, le hablás a cuatro. Eso me dejó un vacío existencial muy grande y creo que encontré en la recomendación el espacio más vital del libro. Un día lloré hablando de Una muchacha muy bella. Y la emoción también me tomó con El sol detrás del limonero, de Angela Pradelli. Un día llegué a la radio y avisé que por ahí me quebraba con ese libro. Y Jorge Lanata me dijo: “Eso no se hace”, entonces ahí cambia el orden de las cosas, le dice al operador “Volvé que vamos con Flavia” —yo no estaba preparada ni mental ni emocionalmente— y antes de que se abra el micrófono le pega un golpe a la mesa y me dice: “Y no llores”. Y yo dije todo lo que tenía para decir del libro y cuando nos fuimos con Pavarotti sonando, me dijo: “Ahora llorá” y me abrazó y yo largué el llanto. Qué momento hermoso en el que uno descubre que el libro es un refugio conmovedor. Querés que todo el mundo lo lea con vos y comparta esa emoción.
Florencia Scarpatti: En la tele no lloré, pero sí me emocioné en la radio, en el programa que hacíamos los domingos, Al fin sucede. Un libro que me impactó mucho fue Desierto sonoro, de Valeria Luiselli. Se ve que algo pasó en cómo me expresé porque me escribió un montón de gente diciéndome que me había notado muy conmocionada. Ese libro te mete todo y entonces me costó despegarme. Pero —y ya lo pensaba antes de la pandemia, imaginate ahora— mirá si voy a estar cuidándome de ocultar mis sentimientos porque alguien pueda pensar que va a ser profesional. Estoy hablando de libros, de novelas.
Flavia Pittella: Del amor, de la familia, de los hijos.
Florencia Scarpatti: ¡De la vida! Es arte y uno lo transmite como quiere y como puede.
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