A lo largo de quince años, entre 1992 y 2007, Fernando Sanchez y Daniel Riera entrevistaron a Charly García para diferentes medios. En esos años, que fueron los posteriores al reencuentro de Serú Girán, apareció la etapa más escandalosa de García: la del brazalete Say no more y los aerosoles, la del salto del noveno piso a una pileta en Mendoza, la de los recitales suspendidos o con retrasos de tres horas, las de las peleas por televisión.
Pero estas entrevistas de Sanchez y Riera mostraban —rescataban— un perfil distinto del García que se reflejaba en los grandes medios. Charly era aquí un músico reflexivo, atento, lúcido, profundo, apasionado. Por eso, ahora que estas entrevistas se publican reunidas en el volumen García (Ed. Vademécum), más que una compilación de notas de dos periodistas, parece ser un nuevo trabajo de Charly escrito en colaboración.
“No sé si tanto”, dice ahora Daniel Riera. “Prefiero decir que mostramos lo que Charly tenía para mostrar. Le dimos un marco donde hablar de su trabajo, de su arte y de su concepción del arte, de su vida. Haber sido vehículo de eso fue fantástico y está muy bien que todo eso quede reflejado en un libro”.
Riera y Sanchez —así, sin tilde— estuvieron invitados en Experiencia Leamos, el ciclo de encuentros que la plataforma Leamos.com organiza como beneficio exclusivo para sus suscriptores, y hablar de García. La entrevista completa puede verse en la web de Experiencia Leamos; aquí algunos pasajes del encuentro:
Daniel Riera: En la segunda entrevista, que creo que es para la revista La Maga, ves cómo pagó el precio de Serú Girán. Charly viene de una internación y tiene que tocar en la cancha de River. Es una persona frágil emocional y anímicamente, y de pronto se encuentra con semejante quilombo. A partir de ahí, hay un intento de Charly por manejar sus propias reglas. Una suerte de rechazo del business, de la industria discográfica, de la industria del espectáculo, que lo lleva a manejar formatos más íntimos, más experimentales y más vanguardistas. E incluso, casi a renegar del formato canción. En lugar de adaptarse él a la industria le dice a la industria que se tiene que adaptar a él. Me parece muy interesante.
Fernando Sanchez: Hay una “historia oficial” de la épica del rock argentino de los 70 combatiendo la represión, pero creo que artísticamente es mucho más interesante la década de los 80. La industria se abre al rock y eso genera que haya más artistas. En ese sentido, Charly García es un protagonista esencial de esa etapa. Supo reconocer que venía algo interesante y, en vez de mirarlo egoístamente y pensar que era una competencia para él, produjo a Los Twist, Los Abuelos, Fabiana Cantilo, Suéter, y les dio vuelo.
Daniel Riera: La primavera democrática tuvo una banda de sonido muy nítida en la cual Charly García fue protagonista no solamente por la música que hacía él sino, como bien decía Fer, por la música que le tocó producir. Fue protagonista en la primera línea de batalla y como arquitecto. Quizá ese período musical sea más narrable por el modo en que leyó su época, por cómo quedó constituido como soundtrack de una manera muy clara y potente. Lo que la hace más narrable es el grado de interacción que tuvo el rock argentino con nuestra vida que no sé si se repitió.
Fernando Sanchez: Los 90 también tiene su propio soundtrack y tiene una posible explicación de por qué se escucha lo que se escucha. Quiénes son los que protagonizan esa época. De qué clase social provienen los músicos que están en los 80 y de qué clase social son los protagonistas de la música de los 90 y de fines del 2000. Todo tiene una explicación y todos se puede narrar. Me interesa mucho también.
Daniel Riera: ¿La política atraviesa el rock nacional? Sí, categóricamente sí. La pregunta, en todo caso, sería de qué manera el artista articula con la política. En la primera nota y después, en “Charly recuerda”, que es una entrevista de casi cien páginas, cuenta que en la época de Sui Generis tuvo una breve experiencia de militancia en el Partido Comunista Revolucionario (PCR), pero como que rápidamente comprendió que su herramienta de transformación de la realidad no era claramente la política partidaria.
Fernando Sanchez: Toda producción artística se hace en un contexto. Se puede estar muy vinculado o muy poco vinculado, pero no podés no hablar de eso porque los artistas no son astronautas. La obra que producen es también producto de ese contexto. No creo que toda la obra de Charly García tenga un vínculo con la política, pero sí que tiene una parte política y que estaría mal dejada de lado.
Daniel Riera: La disciplina que indica la pertenencia a una organización política choca un poco con artistas como Charly y Spinetta, con ese grado de iniciativa propia. En una organización política básicamente se responde a un responsable. Uno no se puede cortar solo; las decisiones son orgánicas. Esto poco tiene que ver con la idiosincrasia de un artista como Charly que impuso el lema “Mi capricho es ley”. Y hablando de Spinetta, Charly, en una canción de Rock and roll yo escribe “Si fuera un genio sería un Spinetta”. No solamente habla de Spinetta como un genio, sino que lo hace en una canción: lo deja grabado para siempre como para que no quede duda. No creo que a ningún otro artista argentino él dispensó ese respeto y esa admiración.
Fernando Sanchez: Mercedes, tal vez.
Daniel Riera: Sí, Mercedes Sosa.
Fernando Sanchez: El rock es la cultura en la que nos hemos formado, crecido y es de la que no podemos zafar. Con Dani hicimos otro libro juntos: Virus, una generación. Fue una biografía de Virus y me parece es el punto intermedio entre Charly García y Los Auténticos Decadentes, de quienes también escribí otro libro.
Daniel Riera: Federico Moura nació el mismo día que Charly, además.
Fernando Sanchez: De Charly aprendí todo lo que tiene que ver con el rock y la música. Me presentó artistas que no conocía, me hizo pensar distinto. De todas las notas que le hicimos, la que más me gusta es la de los Beatles. En ocasión de la salida del disco One, que amontona todas las canciones de los Beatles que fueron número 1 en Estados Unidos o en Inglaterra, le hicimos una entrevista para hablar de los Beatles exclusivamente. Fue publicada en Rolling Stone. Fuimos con el disco y Charly hablaba de cada canción, pero no solamente eso: se ponía a cantar encima, te tocaba el solo correspondiente y te explicaba por qué sonaba así, reflexionaba acerca de cuál había sido la razón por la que ellos pensaban usar tal instrumento y no otro. Me fascinó.
Daniel Riera: En la nota “Charly recuerda” dice algo así como que nadie tiene mayor amor por la música que él. La mayor lección que te deja un artista de ese tamaño es el compromiso y la entrega hacia el arte. Lo vi grabar un disco y fui cinco o seis noches seguidas a las sesiones de grabación y ¡el tipo no iba al baño! Ese compromiso es muy emocionante y, a la vez, si a uno le interesan cuestiones relacionadas con el arte y sus discursos y sus procedimientos, te compromete. ¿Querés hacer las cosas bien? Bueno, tenés que ir a fondo y esa tiene que ser tu vida. Después podés tener o no el talento de Charly, pero hay que tener una ética con el arte.
Ver la entrevista completa en Experiencia Leamos.
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