Marcelo Larraquy es historiador, periodista, escritor, guionista, profesor, autor de grandes biografías y otros libros emblemáticos del periodismo de investigación, fue jefe de la sección de Investigaciones de Clarín, trabajó en la revista Noticias y en el diario Crítica de la Argentina, ganó el Premio Konex a la investigación periodística. Algunos de sus libros son López Rega, el peronismo y la Triple A, Fuimos soldados: historia secreta de la contraofensiva Montonera, Galimberti, la trilogía Marcados a fuego.
Esta semana, Larraquy participó en Leamos Historia Argentina el ciclo de encuentros que se realiza en el marco de Experiencia Leamos --beneficio exclusivo de los suscritpores de la plataforma Leamos.com-- y conversó con Ezequiel Martínez de cómo el sargento retirado de la Policía Federal José López Rega acompañó a Juan Domingo Perón y María Estela Martínez, fue ministro de Bienestar Social durante las presidencias de ambos, y sembró el terror con la violencia paraestatal de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina).
“El Brujo”, que supo ser una de las figuras más poderosas de la Argentina, conoció a Isabelita a mediados de los años 60, cuando ella, con apenas 24 años de edad, había sido enviada por Perón en busca de apoyo interno en el peronismo. Se conocieron en uno de esos encuentros, pero fue el lenguaje esotérico lo que los unió. “Isabel”, explicó Larraquy, “también había sido criada en una familia espiritualista”. El lazo entre ellos fue fuerte, Isabel lo tomó por un aliado y encontró la manera de llevarlo a la residencia de Madrid, y desde allí el Brujo fue “creando el poder doméstico”. Primero como mayordomo de la casa, atendiendo el protocolo, después como una suerte de asesor político de Isabel. Incluso armó una publicación e intentó fundar algunas pequeñas empresas. ”Vió una oportunidad”, dijo Larraquy, que además lo perfiló como un hombre versátil con el verbo y en quien Isabel, que en ese entonces se sentía muy solitaria, depositó su confianza. Una alianza que funcionó “hasta el fin de los días”.
Durante siete años de convivencia madrileña, Perón le delegó tareas y lo fue involucrando cada vez más en la vida política. “Conoce a Perón en camiseta”, dijo Larraquy, “aprende cómo juega, a quién le habla y cómo lo hace”. López Rega entendió el funcionamiento del peronismo a través de Perón.
Pero, ¿cómo termina siendo la cabeza de un aparato represor paraestatal? Para Larraquy, en la época ya existía la necesidad de “ganarle la calle a montoneros'‘. En el 73, tras la renuncia de Cámpora, Montoneros pierde el espacio político que había ganado. Perón no les ofrece un acuerdo político, sino que se vuelca más hacia los sindicatos. López Rega, entonces, “comienza a llamar a su vieja guardia policial” entre los que había varios ligados a la delincuencia, como Morales y Almirón. El quiebre se desencadena cuando Montoneros mata al dirigente José Ignacio Rucci, una figura política de gran importancia y muy cercana a Perón.
El PJ saca un comunicado interno dando a entender el comienzo de una guerra y se establece el uso de los medios del Estado para “aniquilar al enemigo infiltrado”. Lopez Rega decide aprovechar las estructuras, crea la JPRA y a la vez apoya a la revista El Caudillo. Pero, según Larraquy, no se trató de una idea de López Rega sino que era un clima de época donde “todo el mundo comenzó a armar bandas paraestatales” y donde “el que no pensaba como el peronismo ortodoxo, era un zurdo”. Así, si bien el primer enemigo fueron los peronistas de izquierda, después comenzaron a ir contra los actores, artistas: “se trató de no solo una organización paraestatal sino un discurso político muy fuerte. Llegaron a poner bombas en las redacciones y teatros, al punto que un diputado tuvo que dormir 10 días en el Congreso por amenazas”.
El Brujo hacía la tarea sucia, pero también era temido “desde el propio gobierno”. Larraquy recordó como en el año 75, luego del asesinato a un periodista de La Opinión, le preguntaron al ministro del Interior si la Triple A había sido responsable y él solo atinó a responder “Investíguenlo ustedes”. El Brujo, dijo Larraquy, allanaba el camino con ímpetu: “como antes tenía sed de verdad en términos espirituales, ahora tenía una sed de poder de gobernar la argentina”.
Ver la entrevista completa en Experiencia Leamos.
Leamos es una nueva manera de vivir los libros y la lectura. Una comunidad que vive el placer de leer, que disfruta vivir historias, compartirlas, conversar y debatir. Cada semana en Experiencia Leamos hay nuevas conversaciones con escritores, músicos, políticos, actores, filósofos, psicólogos. También podés participar de los talleres de lectura y un club de lectores exclusivos para suscriptores. Informate y comenzá ya mismo a disfrutar de todas las actividades.
LEER MÁS