Hay una pregunta que cualquier enamorado, en algún momento, ha hecho: "¿Por qué me querés?". Es una pregunta sin respuestas. El que contesta tiende a omitir o desfigurar los hechos e incurre en diversas contradicciones; sólo unos pocos —muy pocos— son los que adivinan una realidad atroz o banal.
Es imposible explicar el amor, es imposible explicar la pasión. Pero contarlos, bueno, eso es otra cosa. Básicamente, la literatura es la historia de las pasiones. Y desde hace un tiempo, el universo de las letras empezó a prestarle atención a una pasión que antes miraba con recelo: la que despierta el fútbol. Lejos ha quedado la censura de Borges —"El fútbol es popular porque la estupidez también lo es"— y hoy hasta los más borgeanos cuentan sus amores de cancha. Matías Bauso es uno de ellos.
Esta es una historia de amor; de un amor no siempre correspondido pero intenso e incondicional
"Esta es una historia de amor", dice Bauso al comienzo de Racing. Una pasión explicable, "de un amor no siempre correspondido pero intenso e incondicional". El libro funciona a la vez como presentación y lanzamiento de la colección "Quiero verte otra vez" de la editorial IndieLibros, en la que también participan Martín Zariello (River), Julieta Roffo (San Lorenzo) y Silvina Giaganti (Independiente).
Bauso, Zariello, Roffo y Giaganti: un póker de ases que se completará en breve con la participación de un escritor notable —por ahora su nombre se mantiene en secreto; anticipan que será una gran sorpresa— que cuente cómo se vive el romance con Boca Juniors.
Fiebre en el Cilindro
Bauso es uno de los periodistas culturales más formados y versátiles del país. Es capaz de escribir sobre Freddy Mercury, algún episodio olvidado de la Segunda Guerra Mundial, el robo de la Gioconda o los diarios de Abelardo Castillo: siempre con interés y rigurosidad. Es autor del impactante 78. Historia oral del mundial (Sudamericana), de Dante Panzeri. Dirigentes, decencia y wines (Sudamericana) y de El deporte en el cine (Paidós), entre otros títulos.
Fuera de los libros pero dentro del fútbol, fue curador de la muestra "Late", la historia de la Selección Argentina en figuritas en el Museo de la Casa Rosada.
En Racing. Una pasión explicable, Bauso hace algo dificilísimo: logra que quienes somos de otros clubes nos sintamos identificados. Tal vez porque antes que una elegía al club de Avellaneda, el libro es un testimonio de amor. Bauso habla desde la alegría de las vueltas olímpicas, la ilusión de cada nuevo torneo, el dolor de las derrotas, la frustración de los años sin salir campeón, el respeto por las viejas glorias, la sensación de pertenencia: sentimientos que todos vivimos con los colores que nos atraviesan el corazón.
Nick Hornby dice en Fiebre en las gradas que veinte minutos después de despertarse ya está pensando en el Arsenal. "Me indigna", escribe Bauso: "¡Veinte minutos! La maldita flema inglesa".
Que de la mano de Licha López
El libro no se agota en esta suerte de biografía sentimental del hincha, sino que analiza el décimo octavo título —noveno en el profesionalismo— que el club conquistó hace unas semanas.
Así, Bauso analiza la dirección de Coudet, la influencia de Diego Milito —"produjo un cambio cultural en un club centenario y dentro de una sociedad nada permeable a lo sensato"—, el talento de Lisandro López —"nuestro sabio crack zen"—, la habilidad del Negrito Zaracho, la función de cada jugador y hasta el aporte de Centurión durante la primera mitad del torneo.
Con una pelota de por medio todos somos terraplanistas
Y cuando el libro podía caer en tecnicismos y debates de café, retoma al camino del sentimiento: "Con una pelota de por medio todos somos terraplanistas", dice, y habla de las cábalas. De ahí en adelante, es momento de la memoria emotiva: las derrotas épicas, las tardes líricas, las hazañas dramáticas.
El libro es para racinguistas, sí, pero, como decíamos al comienzo, no es sólo para racinguistas. Podría leerlo un hincha de Independiente —aunque más no fuera para conocer la intimidad al adversario— y sentirse incluido. Alguna vez Borges dijo que el fútbol en sí no le interesaba a nadie: "Nunca la gente dice 'Qué linda tarde pasé, qué lindo partido vi aunque haya perdido mi equipo'. No lo dice porque lo único que interesa es el resultado final. La gente no disfruta del juego". He aquí un libro que rebate, ¡y de qué manera!, ese prejuicio.
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