Guía para leer a César Aira

Después de escribir la biografía de Juan Filloy, el autor de "Un chino en bicicleta" se dedicó de lleno a la literatura del escritor argentino más prolífico de la actualidad. En esta nota, Ariel Magnus cuenta en primera persona cómo fue la experiencia de realizar el "Ideario Aira" (Penguin). Idea secundaira

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César Aira en la icónica
César Aira en la icónica foto de Daniel Mordzinski

La idea original era hacer un libro de conversaciones con César Aira, usando de excusa su cumpleaños número 70. Aira da pocas entrevistas, pero en todas ellas dice cosas interesantes, por lo que pensé que en el contexto más expansivo de un libro de conversaciones eso podía explotarse al máximo. Quería ante todo hacerlo hablar de sus libros. No de su obra, o de la literatura, o de la vida en general; o sí, también, pero a partir de preguntas que se refirieran a aspectos específicos de cada libro por separado, desde el primero hasta el último.

La inquietud me venía tal vez de que acababa de escribir una biografía de Juan Filloy, un escritor de libros geniales al que en las entrevistas solían hacerle preguntas muy vagas y abarcadoras, por lo que siempre terminaba hablando de generalidades y rara vez de sus libros en especial. Sucede con los escritores ya entrados en años o que han publicado mucho, que enseguida sus libros individuales pierden relevancia y todo queda sepultado bajo el conjunto, con el escritor condenado a resumir visiones y movimientos de ánimo e ideas que no hacen justicia a todas las etapas de su producción.

Había un motivo más, de índole egoísta: quería leer la obra entera de Aira. Venía de leer todo Filloy, con sumo placer, y ahora quería probar lo mismo con un escritor vivo, con quien además poder comentar lo que leía. El efecto de leer la obra completa de una persona no es equiparable con ninguna otra experiencia de lectura. Para los que amamos los libros (y las totalidades) no creo que exista nada más reconfortante. Así y todo, cuesta encarar la tarea sin alguna excusa más o menos trascendente, sobre todo cuando se trata de escritores nada tímidos a la hora de publicar su producción.

“Ideario Aira”, de Ariel Magnus
“Ideario Aira”, de Ariel Magnus (Penguin)

Bueno. Todo muy lindo, pero Aira dijo que no, gracias. Si dar una entrevista ya le era un peso, cuánto más la idea de dar muchas, durante semanas o meses de encontrarnos.

Una reacción esperable y comprensible. Más aún, loable. Respeto y envidio a los escritores que pueden darse el lujo de no dar entrevistas, sin por eso desaparecer (y hasta lo contrario).

Ahora bien, la idea del fracasado libro de conversaciones venía acompañada de otra idea secundaria. Ya que iba a leer todos los libros de Aira, quería aprovechar para hacer una compilación de sus mejores ideas. Esta ideíta subalterna en realidad era previa y había surgido hacía tiempo, por las veces en que me encontraba con lectores que habían leído uno o dos libros de Aira sin conseguir engancharse. Alarmado por lo que se estaban perdiendo, acudía siempre a ayudarlos, contándoles argumentos e ideas de otros libros que no habían leído. El método, hasta hoy, no me falla nunca: luego de sorprenderse y reírse y admitir que se trata de grandes ideas, los díscolos prometen volver a intentarlo. En el peor de los casos, me dicen que han vuelto a fracasar, pero que por favor les cuente más cosas. Leen a Aira a través de mi lectura, y eso ya les cambia su idea del autor.

Supongo que esto es lo que hace un profesor. Pero mi vocación no es dar clases sino hacer libros. Como Aira es una persona muy generosa, aceptó esta intromisión en su obra sin poner un solo pero. Al contrario, dijo quedar "expectante ante la noticia de que tuve ideas". Y aunque antes de ponerme a la tarea yo también llegué a dudar (tal vez las que yo citaba siempre eran de las pocas que se encontraban en sus libros), el único problema que tuve al terminar la maratón de lecturas fue qué ideas descartar, porque había demasiadas que me gustaban.

Ariel Magnus, autor de “Ideario
Ariel Magnus, autor de “Ideario Aira”

Lamentablemente ha oscurecido la salida de este libro la temprana muerte de Claudio López Lamadrid, el editor de Aira en Random House España, que contrató la idea y me dio total libertad para desarrollarla, salvo por una recomendación: que el Ideario no fuera más largo que los libros del autor que buscaba homenajear. Sabio consejo.

Es una gran pena que no haya llegado a ver impreso este diccionario provisorio (solo abarca los primeros cincuenta años de producción), porque también es un homenaje a Claudio López y a todos los editores que nos permiten disfrutar año tras año del escritor más creativo de nuestro tiempo.

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