La increíble historia del polizón que quería llegar a Nueva York y terminó en Ensenada

La crónica “Vámonos”, de Josefina Licitra, cuenta la vida del dominicano Marcos Abraham e integra la colección “Grandes autores para tramos cortos” de IndieLibros

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Josefina Licitra
Josefina Licitra

Como si fuera el protagonista de una aventura de Joseph Conrad, Marcos Abraham Villavicencio se metió de polizón en un buque petrolero que había atracado en el puerto de su ciudad natal, San Pedro de Macorís, en República Dominicana. Él y su amigo Toviejo tenían el objetivo de llegar a Estados Unidos. Dos semanas más tarde, el barco llegaba a destino, y Marcos, ya sin el amigo, que se había ahogado en la travesía, podía salir de su escondite. Se le había acabado la comida y el agua; estaba en un estado de desnutrición avanzada. Y, para colmo, la ciudad que lo recibía no era Nueva York: habían llegado a Ensenada, provincia de Buenos Aires.

Así comienza Vámonos. La increíble vida del polizón Marcos Abraham Villavicencio, la extraordinaria crónica de Josefina Licitra (Los otros, 38 estrellas) que acaba de publicarse en la colección Grandes autores para tramos cortos de IndieLibros.

“Vámonos”, de Josefina Licitra (IndieLibros)
“Vámonos”, de Josefina Licitra (IndieLibros)

En la palabra "increíble" del subtítulo se juega buena parte de la trama: si se tratara de una historia de ficción y no de una vida real, cualquiera diría que el autor se tomó demasiadas licencias.

Polizón serial, la primera huida de Marcos fue a los 13 años. Después, ya adolescente, se metió en un barco con rumbo a Holanda pero lo descubrieron y lo tiraron al mar: sus dos compañeros murieron ahogados; él se salvó porque lo encontró un buque ruso. Cuando llegó a la Argentina, primero fue un héroe y una celebridad para la televisión, y al poco tiempo, cuando se apagaron las cámaras, pasó a ser un extranjero ignoto que, no se sabe bien cómo, terminó en un neuropsiquiátrico. De regreso en República Dominicana empezó una carrera de músico de reguetón y llegó a sacar dos discos. Hasta que fue asesinado en una pelea de borrachos en un bar de mala muerte.

No: no les conté el final de la película, apenas las primeras dos páginas. Porque Licitra, que había conocido a Marcos en la Argentina, viajó a República Dominicana cuando se enteró de su muerte y ahí descubrió una trama familiar descabellada que roza con el realismo mágico.

Vámonos es una crónica rigurosa, elegante, cómica. Imperdible.

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