Florencia Etcheves: "Escribí esta novela casi como una manera de despedirme de la televisión"

Su nuevo libro, "Errantes" (Planeta), está protagonizado por una periodista de televisión que se viste de investigadora para resolver el misterio de cuatro muertes.

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Florencia Etcheves habla con Patricio Zunini de su nueva novela, Errantes (Planeta)
Florencia Etcheves habla con Patricio Zunini de su nueva novela, Errantes (Planeta)

Luego del gran éxito que obtuvo con la novela Cornelia —título que homenajea al famoso cuento "Cornelia frente al espejo", de Silvina Ocampo—, Florencia Etcheves se encontró tironeada entre dos mundos: el periodístico, en el que aparecía como una figura destacada de la señal de noticias TN, y el literario, en donde, con una trayectoria breve, había llegado a una posición que le permitía hablar de tú a tú con autores de la talla de Claudia Piñeiro, Eduardo Sacheri, Guillermo Martínez.

Este año, Cornelia fue llevada al cine con el título "Perdida", con la dirección de Alejandro Montiel, guion de Jorge Maestro y protagónicos de Luisana Lopilato y Nicolás Furtado. Etcheves estuvo presente en la filmación y acompañó la producción de la película. Algo pasó entonces con ese tironeo y Etcheves tomó una decisión que para muchos era imposible: dejó la tele. Su último programa fue el 28 de febrero. Dos meses después, el 19 de abril, se estrenaba "Perdida" y ella participaba en las giras de promoción en España y América latina. Y mientras tanto seguía escribiendo. El 18 de julio terminaba su cuarta novela.

Errantes, tal es el título de su nuevo libro, es un thriller que anuda un misterio en torno a la relación de dos mujeres, madre e hija: Carmen Hidalgo, una famosa periodista de televisión, y su madre, que sufre una enfermedad senil. Desde allí, la trama se va desovillando de a poco hasta que cobra impulso con la noticia del suicidio de tres adolescentes. A partir de ahí, ya no se puede soltar el libro.

Errantes, la nueva novela de Florencia Etcheves (Planeta)
Errantes, la nueva novela de Florencia Etcheves (Planeta)

(Si se me permite una apreciación personal, y por eso abro un paréntesis, Florencia Etcheves es una mujer muy talentosa y tremendamente valiosa. En la época en que la sociedad estaba partida por una grieta política, ella planteaba sus diferencias con la gestión de Cristina Kirchner pero morigeraba sus opiniones con las del marido, que era kirchnerista. Fue una de las promotoras del movimiento #Niunamenos y actualmente enarbola el pañuelo verde que promueve la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Y se bajó de la tele siguiendo una vocación que le atraviesa el cuerpo: a los pocos meses ya tenía un nuevo libro y actualmente está escribiendo para una compañía de videos por streaming. No llegó a la literatura como una turista: se la está jugando al cien. Necesitamos más Florencias Etcheves. Fin del paréntesis.)

El miércoles pasado, en el marco del ciclo de promoción de la lectura que desarrollan en conjunto la biblioteca digital Bidi y el gremio Utedyc, Etcheves se presentó ante un nutrido grupo de lectores para hablar de Errantes. ¿Por qué la novela inicia con los suicidios? Por la ballena azul, dijo. "Esa especie de juego espantoso en internet donde había que cumplir determinadas pruebas y la última era atentar contra la propia vida. La ballena azul estaba creada por mentes perversas, mesiánicas, que lo único que querían era sentir la adrenalina del poder: yo apreto una tecla y vos hacés lo que yo digo."

Entre recomendaciones de Stephen King, Donna Tartt (El jilguero) y la saga del inspector Wallander, de Henning Mankell, la charla duró alrededor de una hora. Aquí los momentos más salientes.

Florencia Etcheves y Patricio Zunini
Florencia Etcheves y Patricio Zunini

Carmen Hidalgo, la protagonista de Errantes, es una periodista de televisión muy famosa que hace una investigación de detective. Pienso lo difícil que debe ser actuar como detective cuando tu cara la conoce todo el mundo. Jugaste mucho con ese rol.

—Sí, claro. A ella la puse en los momentos más periodísticos, porque, en realidad, a Carmen lo único que le importaba era investigar lo que pasaba con su vida. Cuando empecé a escribir, en 2012, dije que nunca iba a poner una periodista porque no quería jugar con la literatura del yo. Y cuando empecé esta novela, Carmen era actriz. Tengo hasta la mitad de la novela con ella como actriz, pero no me cerraba: tenía que ser periodista. Creo que hubo una situación emocional. La empecé a escribir cuando todavía estaba en el canal y la terminé cuando ya me había ido. Mirando para atrás, creo escribí esta novela casi como una manera de despedirme de la televisión.

El periodista tiene que explicarle mucho al lector, tiene un papel pedagógico. El rol del escritor es otro.

—Es que en la novela tenés otro tiempo. Tenés la mitad del camino hecho gracias a la voluntad del lector que fue a comprar a una librería. Cuando escribís ficción, podés tomarte licencias o incluso dejar agujeros en las explicaciones. En el periodismo, no. Las cinco preguntas —qué, cómo, quién, dónde, cuándo— tienen que estar contestadas. En una novela podés contestar algunas y dejar otras sin respuesta para dar la libertad de interpretar. Yo quiero llevarte a donde quiero, pero, a la vez, hay determinados detalles que quiero que imagines.

Me interesa entretener. Lo único que me importa es que la gente la pase bien… pasándola mal porque escribo policiales

¿Pensás que la novela se lee de un tirón o que se lee de a pedacitos antes de dormir?

—Lo que más quiero en el mundo es que la lean de un tirón y que se pasen la parada del subte o del colectivo, que se les queme la comida, todas esas cosas. Me interesa entretener. Lo único que me importa es que la gente la pase bien… pasándola mal porque escribo policiales. Me gustan las novelas de capítulos cortos y, para no aburrirme, escribo pasando de un personaje a otro, de un tiempo a otro. Pienso muy bien en qué momento voy a dejar a Carmen porque te voy a hablar de otro personaje y cuando vuelva a ella necesito que aquel momento haya sido tan intenso como para que te acuerdes. Además, es como una serie. Como cuando te cortan el capítulo y decís "Uno más, uno más" y te quedás hasta las tres de la mañana. Eso es lo que intento hacer.

Florencia Etcheves (Foto: Alejandra López)
Florencia Etcheves (Foto: Alejandra López)

Una de las características de la novela es la actualidad en cuanto a las aplicaciones de telefonía y redes.

—Es complicado escribir policiales con la actualidad tecnológica. Antes el investigador iba puerta por puerta, veía el barrio; hoy busca en Facebook y ya está. Entonces, cuando hay que provocar una situación, tenés que hacer que pierda el teléfono o que no tenga señal o que haya algo que le impida usar las herramientas que usamos todos. Hoy por hoy, si en una novela nadie manda un WhatsApp, algo falta. Por otro lado, podés aprovecharlo. Por ejemplo, el personaje de Diego Gualdini hace lo que hacemos los periodistas en Facebook: buscar un perfil, tiene la posibilidad de mandar un mensaje privado, etc. En función de la clásica novela del sabueso, WhatsApp e internet te arruinan el clima.

Ya nadie, cuando aparece una chiquita o una adolescente violada y asesinada, se pregunta si tenía la pollerita corta

¿Cuánto cambió la cobertura del policial en los medios desde en empezaste a trabajar hasta hoy?

—Mucho. Ahora hay muchísimo más cuidado. Yo creo que los televidentes empezaron a ser más críticos del material que consumen. Me acuerdo peleas enormes con el turco Sdrech cuando le decíamos que no podíamos poner muertos en cámara y él contestaba "¡Entonces hagamos Espectáculos!". Claro, él era de otra generación, de la generación de Crónica, de Hechos policiales. Era lógico lo que él planteaba. Pero eso fue cambiando y él lo fue entendiendo. Lo que sí hay ahora es un cambio enorme que se fue dando paulatinamente pero que si no te subiste vas a ser duramente criticado, que es todo lo que tiene que ver con la perspectiva de género en los casos policiales. Ya nadie, cuando aparece una chiquita o una adolescente violada y asesinada, se pregunta si tenía la pollerita corta. Dejamos de decir "crimen pasional" —yo lo he dicho; me acuerdo y se me cae la cara de vergüenza—, hoy se dice femicidio porque hay una figura legal y porque entendimos que cuando un tipo golpea y mata a su mujer no es un problema personal de esa pareja, si no que es un problema social. Nos dimos cuenta de que lo naturalizábamos porque era algo que le pasaba a todas y el punto era justamente ese: nos pasaba a todas. El cambio cultural es grande. Es inevitable que cuando los cambios culturales son tan grandes se vean reflejados en los medios.

Florencia Etcheves en la charla organizada por Bidi y Utedyc
Florencia Etcheves en la charla organizada por Bidi y Utedyc

Se viene discutiendo la función de los medios desde hace años. Pero ¿y la de la literatura? ¿Te interesa dejar alguna enseñanza?

—Yo no lo busco dejar ningún tipo de enseñanza. Yo busco hacer entretener.

Bueno, pero el policial negro da cuenta de un estado de la sociedad.

—Lo que pasa que el noir es una escritura moral: los buenos no pierden. El mal está encarnado en un asesino y el investigador representa la hondura moral de una sociedad. Él va a resolver el crimen y el malo va a ir a prisión. Así es la fórmula del noir. Yo escribo thrillers. El thriller se permite otro tipo de situaciones porque el héroe no está concebido para ser héroe, se va haciendo en el camino. De hecho, ese camino no significa que sea exitoso sino que cuando vuelva, sea distinto. No hay una pauta moral, si tengo un personaje que es machista y misógino, bueno, será machista y misógino. Hay estrategias para decir lo que pensás, pero no me interesa bajar línea. Un libro de ficción no es una columna de opinión.

Hay estrategias para decir lo que pensás, pero no me interesa bajar línea. Un libro de ficción no es una columna de opinión

Carmen podría tener una vida como Verónica Rosenthal, la protagonista de las novelas de Sergio Olguín. ¿Te la imaginás en una saga?

—No, ya está. No quiero escribir una periodista. Los únicos personajes que hice en saga fueron Juanes y Manuela Pelari en las tres primeras novelas y necesité darles un descanso, básicamente porque quería seguir con Manuela, pero la veo a Luisana Lopilato todo el tiempo. Ella hizo de Manuela en la película. Entonces ya no tengo la libertad. Le quiero hacer algo horrible a Manuela y pienso "¡No! Luisana acaba de ser mamá, no es el momento".

Luisana Lopilato en “Perdida”
Luisana Lopilato en “Perdida”

En general, con una novela que llevaron al cine, es el lector el que termina identificando al personaje como al actor. Nunca nadie me lo había dicho desde el escritor.

—Es que acompañé todo el rodaje de "Perdida". Estuvimos viviendo con Luisana y su familia, me pegó cariño. Entonces me hablás de Pipa Pelari y para mí ya es Luisana Lopilato. Cuando empecé esta novela pensé que sería bueno matar a Pipa, pero Luisana estaba embarazada de nueve meses y veía su panza en Instagram y pensaba que no podía matarla. No, me iba a condicionar mucho. Entonces fui por otro lado. Pero siento que Carmen cumplió su ciclo en Errantes y me encanta que nunca haya terminado de responder la pregunta principal de la novela. Me gusta que la gente sepa la respuesta pero que ella no.

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