"Zafiros en la piel": 12 tipos de amor, según Viviana Rivero

La autora de "Los colores de la felicidad" habla de su primer libro de cuentos, en el que aborda distintas formas de amar: desde la relación de pareja hasta el amor por los hijos y por uno mismo.

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Viviana Rivero (foto: Alejandra López)
Viviana Rivero (foto: Alejandra López)

Una de las cosas que más placer le da a Viviana Rivero de Zafiros en la piel, su nuevo libro, es la portada: "Tengo diez libros publicados y mi hija dice que este es el que tiene la tapa más linda". Ciertamente es muy sugerente. Muestra la espalda de una mujer con el pelo recogido y un tatuaje de arabescos y flores. Una foto con la que muchas de sus lectoras pueden sentirse identificadas. O, al menos, una fota con la que muchas pueden identificar a las protagonistas de sus nuevos cuentos.

Cuentos, sí: esa es una novedad. Si bien la autora de Lo que no se dice y Los colores de la felicidad tiene un libro en coautoría con Lucía Gálvez10 lugares mágicos de la Argentina— en el que vinculaba ficciones con historia, Zafiros en la piel (Emecé) es su primer libro de cuentos. Son doce narraciones que dan cuenta de doce tipos de amor: algunos son amores buenos, algunos no, otros son  más bien obsesiones; hay también espacio para el amor de madres e hijas e incluso el narcisismo.

El libro se abre con una frase de Mario Vargas Llosa que dice que el amor es la experiencia más enriquecedora que puede tener el ser humano. "Soy una convencida de que el amor en todas sus manifestaciones es el motor que mueve el mundo", dice Rivero en diálogo con Grandes Libros [la entrevista completa se puede ver en la fanpage de la red social] y, para dar cuenta de que el amor es algo más que la relación de pareja, destaca el amor a un hijo, a la vocación, a la propia tierra. El amor como una entrega: "La persona que ama", dice, "está dispuesta a quitar todo lo que ponga en peligro ese amor. Es muy fuerte, por momentos es casi inmanejable".

¿Cómo se cuenta el amor, que es casi una verdad universal que todos creemos conocer? ¿Cómo se hace para que se vuelva interesante, novedosa, para que te cambie?

—Yo digo que la escritura uno es como la letra. Si me dijeran que cambie mi letra, podría hacerlo por dos o tres páginas, pero si tuviera que escribir seiscientas, diría "No escribo más". Escribo así, no me pidan que cambien. Escribo lo que tengo en el corazón. Agradezco que guste lo que escribo, porque difícilmente podría hacer otra cosa. Y si lo que escribiera no le gustara a nadie, igual lo escribiría para mí. Uno tiene que poner en el papel lo que tiene adentro.

Zafiros en la piel, el
Zafiros en la piel, el nuevo libro de Viviana Rivero

AMORES GRIEGOS

El libro Zafiros en la piel está unido a un proyecto de Google: durante una semana, Viviana Rivero se sentó en las oficinas del gigante informático para componer una historia en tiempo real. La idea era que la gente supiera cómo "funciona" la cabeza de una escritora. Rivero, sin red, escribía y corregía en un documento que podía leer y comentar cualquier navegante de internet. El resultado fue una novela que se llama Sólo hazlo. Los protagonistas son Macarena y Alvaro, dos personajes que intentan robar una joyería que, como en una suerte de spin off de los cuentos, se llama "Zafiros en la piel".

Zafiros en la piel está dividido en capítulos que engloban distintos tipos de amor: "Tomé las diferentes palabras en griego para el amor", dice Rivero. "Nosotros decimos 'Amo a mis hijos', 'Amo a mi marido', 'Amo mi vocación', pero los griegos tienen una palabra para cada clase de amor. Cada capítulo presenta una de esas palabras".

¿Cuál fue la historia más difícil de contar?

—Hay una distinta, especial. Hablaba de "filautía", que es el amor a sí mismo —dentro de lo sano, si no te vas al narcisismo—  y tomé la vida de una modelo muy hermosa que todos los sábados a la noche tiene una cita. Muchos hombres la siguen, la invitan a la televisión, pero para ella los sábados a la noche son sagrados. Esas noches es su cita para estar a solas con ella misma.

Viviana Rivero (foto: Alejandra López)
Viviana Rivero (foto: Alejandra López)

EL ROL DEL FEMINISMO

¿Cómo llevás desde la literatura las luchas actuales del feminismo?

—Yo he trabajado mucho con mujeres; he fundado grupos de autoayuda. Creo que cuando una sociedad está en un extremo no pasa al equilibrio, sino que se va al otro extremo y, con suerte, vuelve al medio. Ya vamos a lograr el equilibrio necesitamos. Yo creo en el compañerismo de los géneros.

El feminismo bien puede entender el compañerismo y se puede ser compañero siendo hombre.

—Ojalá lo comprendan, porque a veces los mensajes llegan distorsionados y cuando habla el feminismo parece que no queremos ningún compañero de ninguna índole. Me gustó mucho una conferencia de Isabel Allende: ella decía que no esperemos mucho de los hombres de nuestra generación, sino que eduquemos a los que tenemos en casa. La mujer ha educado por años: qué hemos hecho en todos estos años. Agradezco a las que han preparado a los hombres para la vida de hoy, pero no todas hemos tenido la misma lucidez.

Las mujeres de tus novelas tienen un rol fuerte; no trabajás con mujeres dominadas.

—Como escritora de novela histórica, es muy tentador contar la vida de las pioneras. Siempre hubo una primera mujer que operó en un quirófano o que dictó sentencia en un tribunal o que trabajó en un aula. Me parece muy atrayente contar ese dos por ciento de mujeres, las que hacían las cosas distintas y eran adelantadas a su época. Contar cómo lo lograron en una época en que no había una legislación que las amparara y ellas soñaban con hacer lo que hacían los hombres o que ni siquiera los hombres habían hecho.

Hagamos un salto en el tiempo: la Viviana Rivero de dentro de 100 años, ¿qué clase de pioneras va a encontrar?

—Creo en la revalorización de los roles que solamente tenemos las mujeres. En este momento, para mí, no es la única referente la mujer que lidera una empresa multinacional o un país. Creo que está bueno que se pueda elegir libremente lo que cada una quiera decidir. Un referente para admirar es la mujer que eligió criar siete hijos y trabajar. Dentro de cien años, yo contaría eso. Es parte de nuestro rol.

Viviana Rivero
Viviana Rivero

LINAJE DE MUJERES

Entre tantos amores sublimes e insanos, hay un capítulo de Zafiros en la piel que está dedicado al amor de madres e hijas. Los cuentos de esa sección comienzan en 1509, con la nuera de Colón, y llegan hasta nuestros días. El hilo conductor son unas monedas de oro que va bordando la historia de las diferentes generaciones de mujeres.

En el final del libro decís que las mujeres no tienen linaje. ¿Podrías profundizar eso?

—En ese capítulo histórico quería poner algo que uniera las historias y pensé en seguir el apellido, pero claro, como contaba historias de mujeres, no había un apellido común. Nuestro apellido se pierde: darme cuenta de eso me dio mucha pena. Nos hemos acostumbrado a tal punto que ni siquiera se nos ocurre que podría ser distinto.

Bueno, peor hoy a un hijo se le puede poner primero el apellido de la madre y dos chicas pueden tener un hijo y ponerle sus apellidos.

—Es lo que pensé: tendrían que ser dos mujeres. Pero me dio pena que no tuviéramos ese linaje de apellidos. Por otro lado, no todo está perdido, tenemos otro tipo de linaje, que hace que un domingo a la tarde las mujeres de la familia se junten con el mate o un café y una torta y se pasen todos los consejos y las informaciones que necesitan pasarse. Tenemos ese linaje de amor.

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