Jorge Sampaoli a corazón abierto. Así de simple. De esto se trata Mis latidos. Ideas sobre la cultura del juego. A menos de dos meses de Rusia 2018, estas 186 páginas se convierten en la piedra fundamental de la filosofía sampaolista. Pase lo que pase en la máxima competencia futbolística, el texto se transformará en una referencia ineludible de esta época.
Menotti dijo alguna vez que se juega como se vive. En el caso de Sampaoli la máxima cambia: se dirige como se canta. La cultura rock está tatuada (literalmente) en la piel del técnico argentino. El libro está plagado de frases de Callejeros (el título del libro viene, justamente, de una canción de la banda), Don Osvaldo, el Indio Solari, la Bersuit, Charly García, entre otros, para explicar los conceptos desarrollados. También aparecen personajes tan disímiles como Eduardo Galeano y Juan Domingo Perón.
La escritura es nerviosa, hiperquinética, de un ida y vuelta constante. De la misma manera que se muestra Sampaoli al costado de la línea de cal. La pasión está presente todo el tiempo. La delgada línea que separa el éxito y el fracaso también.
El hombre nacido en Casilde (Santa Fe) responde a ciertos misterios sobre su vida y habla de episodios polémicos en los cuales estuvo envuelto como aquel exabrupto contra un agente en un control vehicular.
Muestra su frustración por no haber podido llegar a ser jugador profesional. Critica abiertamente a los jugadores que no se quedan tras la práctica para seguir jugando a la pelota. Confiesa que daría la vida por ser uno de estos futbolistas. Sin embargo resalta a la pasión como motor fundamental para haber llegado a estar en la élite del fútbol mundial.
Su relato es tan vertiginoso como su vida deportiva. Desde sus comienzos en la liga casildense, pasando por Perú, Ecuador, Chile, Sevilla y la Selección Nacional.
De los cuatros capítulos en que se estructura la publicación, uno está enteramente dedicado a Messi. Sampaoli destaca la responsabilidad y la alegría que significa para un técnico dirigir al mejor de todos los tiempos. Revela que antes de salir a jugador la última fecha de las eliminatorias con Ecuador, partido clave para la clasificación, les dijo a sus dirigidos que Messi no se podía quedar afuera de un Mundial. Tal es la importancia que tiene el 10 para Sampa.
En otro capítulo explica por qué para él el centrocampista, el número 5 clásico, es el jugador fundamental para saber como juega un equipo. Hace hincapié en Sergio Busquets, el patrón del Barcelona como deportista ideal.
En el texto se despega de las maneras futbolísticas de Marcelo Bielsa. Acepta que se lo compare con él a nivel pasional, pero no a la hora de desarrollar el juego.
Por último, quizá uno de los puntos más polémicos e importantes teniendo en cuenta la cercanía del Mundial. Para el seleccionador nacional, Argentina está colectivamente un escalón más abajo que España, Brasil y Francia. Así de rotundo. A nivel individual concluye que nuestros jugadores son tan buenos como los que tienen las mejores potencias. Sin embargo, el proceso colectivo lo asume como tarea propia para poder igualar a las selecciones mencionadas.
Para los lectores, sean futboleros o no, es una cita ineludible para conocer de primera mano a uno de los protagonistas más importantes de estos tiempos.
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