El presente tal como lo conocemos es el futuro que otros imaginaron antes. Julio Verne, J.G. Ballard, Fritz Lang, Carlos Marx, Béla Bartok o Steve Jobs no fueron hechiceros con poderes anticipatorios, sino que tuvieron la capacidad de modelar nuestra forma de ver el mundo. Oscar Wilde decía que el Japón era un invento de Hokusai. Borges decía que la literatura gauchesca inventó el habla de los gauchos. Y Carlos Gamerro —wildeano y borgiano— dice que somos lo que Hamlet ha hecho de nosotros.
El cine, por supuesto, como toda expresión artística, también exportó imaginarios que contaminaron nuestra manera de ser y estar en el hoy. Vemos a Marte como lo veía Paul Verhoeven, nuestros viajes espaciales son los de Kubrick y Tarkovsky, y creemos que el apocalipsis robótico llegará con James Cameron y los hermanos —ahora hermanas— Wachowski: somos como otros nos pensaron.
La máquina de mirar
Desde el año pasado, la editorial Paidós viene publicando una colección de libros de "cine pop" que lleva ya cuatro volúmenes. De amores icónicos a superhéroes, de los grandes tanques de los 80 que forzaron la remodelación de las salas para mejorar imagen y sonido a la "evolución" del cine en dispositivos como tablets y teléfonos celulares. Por los contenidos, el tono y las firmas —Florencia Debowicz, Sebastián De Caro, Juan Manuel Domínguez, Natalia Trzenko—, la colección de Paidós es una gran aproximación al cine, una de las mejores de los últimos tiempos. Liviana, pero no banal. Por estos días salen dos nuevos títulos: El deporte en el cine, de Matías Bauso, y Nueva comedia americana, de Ezequiel Boetti.
El director de la colección es Leonardo D'Espósito y justamente él acaba de publicar —por Paidós, pero por fuera de su colección— Steven Spielberg. Una vida entre libros. Es un ensayo brillante, reflexivo, plagado de datos que ayudan redescubrir las películas de un director que forma parte de nuestra educación sentimental. D'Espósito no se detiene en mitos y leyendas urbanas en torno a las películas, sino que propone un análisis casi exclusivamente cinematográfico: habla de tomas, encuadres, locaciones, argumentos, tramas, herencias. Hace crítica de la mejor manera: el conocedor podrá entablar un diálogo; el aficionado no va a sentirse excluido.
Con un lenguaje simple pero no condescendiente, D'Espósito, que es periodista, docente y que actualmente se desempeña como curador de cine en el Museo Nacional de Bellas Artes, habilita la idea que cualquiera puede ver cine. En tiempos de nichos y segmentaciones, no es poco.
Pasa en las películas, pasa en la vida
El libro deconstruye una vastísima trayectoria que comenzó en 1971 con "Reto a muerte" —la roadmovie del camión asesino— y llega hasta "El buen amigo gigante" (2016); se terminó antes de que se estrenaran "The Post" y "Ready player one". En el medio están "Encuentros cercanos del tercer tipo", la saga de Indiana Jones, "ET", "El imperio del sol", "Jurassic Park", "La lista de Schindler", "Hook", "Rescatando al soldado Ryan", "Atrápame si puedes", muchísimas más. Todas —o casi todas—, grandes éxitos.
Como un cirujano con un escalpelo, D'Espósito hace incisiones que llegan, a veces, hasta algunas escenas e incluso pequeños detalles que aparecen en esas escenas —como el movimiento de linternas azules o el tamaño de ojos. Por supuesto, el libro está lleno de spoilers, pero, como de todas maneras son películas que hemos visto mil veces, no arruina ninguna.
Spielberg creció viendo cine, por eso, para él, la realidad es lo que pasa en la pantalla. Hay cinco directores que le marcan el ritmo y el tono: Hitchcock, Ford, Howard Hawks, Disney y Truffaut. En cada película se encuentran homenajes y deudas. Los ataques en "Tiburón", por ejemplo, se dan en intervalos de quince minutos como en "Los pájaros"; la música es un sustituto de la de "Psicosis". Y luego están las tomas: "Spielberg", dice D'Espósito, "filma el paisaje como Ford y la acción como Hawks".
¿Cómo nos pensó Spielberg? Puede que sus películas tengan como motivación principal la aventura y el entretenimiento, pero no son pasatistas. "Los personajes de Steven Spielberg", dice D'Espósito, "son, siempre, personas comunes, sin ningún oficio extraordinario, que se convierten en héroes ante lo desmesurado y, a veces, sobrenatural". Y más adelante retoma: "El optimismo de Spielberg radica en que cree que cada persona, si es buena o tiene el don de la empatía, puede salvar el mundo".
Comienza el juego
Lo bueno del libro es que contagia las ganas de volver al cine y ver las películas. Mañana se estrena "Ready player one": nadie que haya leído Spielberg. Una vida en el cine va a entrar a verla de la misma manera.
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