Cómo realizar el crimen perfecto

“Zona caliente”, de Charles Williams (La Bestia Equilátera) es una novela efectiva que cumple con todos las elementos del policial negro.

Charles Williams fue escritor y guionista.

Dentro del panorama de editoriales independientes argentinas, La Bestia Equilátera se destaca por rescatar del olvido pequeñas joyas literarias no por criterios de marketing sino con la actitud de un lector que recomienda. Desde hace un tiempo, entre autores de la talla de Muriel Spark, Kurt Vonnegut y V.S. Pritchett, se distingue en su catálogo una suerte de colección de novela negra norteamericana, con títulos como Uno es un número solitario de Bruce Elliott, la indispensable Mi ángel tiene alas negras, de Elliott Chaze, El nombre del juego es muerte, de Dan J. Marlowe y la recién llegada Zona caliente, de Charles Williams. Cuatro novelas policiales protagonizadas por tipos duros que escapan de la justicia.

Williams escribía hard boiled, un subgénero de la novela negra con alto contenido de violencia, asesinatos y sexo. Es de esa clase de escritores cuya entrada en wikipedia no supera los seis renglones, pero que vendió más de dos millones de copias de su primer título y dos de sus novelas fueron llevadas al cine por Francois Truffaut y Orson Welles. Incluso este cuarto noir de La Bestia Equilátera tuvo una versión como guion cinematográfico que Dennis Hopper llevó a la pantalla.

“Zona caliente” es una de las cuatro novelas policiales publicadas por La Bestia Equilátera

Harry Madox es un hombre duro que llega a un pueblo cerca de Houston para trabajar como vendedor de autos. Es un lugar sin interés, sin futuro y con un calor es aplastante. ¿Qué puede hacer un hombre inquieto en un pueblo chico ahogado por el calor para no perder la cabeza? Apenas llega, tiene la oportunidad de presenciar el caos en el que se sume el pueblo a causa de un incendio: los comercios se paralizan, todos —hasta los empleados del banco— abandonan sus puestos de trabajo para ver el acontecimiento. Parecería que fuera el lugar mismo el que le marca el camino para cometer el robo que cambiará su vida. Los detalles: cómo hacerlo, dónde conseguir las herramientas, el disparador, se van acomodando en su cabeza hasta que no queda más que esperar el momento indicado. Y ese momento llega pronto.

Es el crimen perfecto. El comisario avala su coartada, el único testigo es ciego, no deja huellas y no hay nada que lo asocie al robo. Pero la aparición de un sheriff despierto hace tambalear su seguridad. Mientras resiste las sospechas y el tedio, se enamora de Gloria, una joven adorable que cuida a su familia y con quien imagina un futuro tranquilo. Pero las noches son largas, el calor sofocante y aparece la irresistible Dolores Harshaw.

¿Qué hace que una historia cuya estructura sigue parámetros predeterminados y con personajes estereotipados resulte atractiva? La fórmula del policial negro puede funcionar o no; en este caso funciona. Williams maneja el ritmo y mantiene la intriga hasta último momento. El estilo ágil y directo, y la trama avanza a toda velocidad como en una película entretenida. Sin duda, los fanáticos de este tipo de literatura tienen la diversión garantizada. La Bestia Equilátera ha conseguido publicar, una vez más, una novela vertiginosa que se lee de un tirón.

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