Irvine Welsh dice que es hincha de Racing. Que haya nacido en Escocia hace 59 años y viva en Estados Unidos es un detalle: la foto con la remera de la Academia que se sacó ni bien pisó el suelo de Buenos Aires es prueba veraz de su amor futbolero. Welsh es mundialmente conocido por Trainspotting, novela que, a 23 años de su publicación, es un clásico moderno. Fue llevada al cine por Danny Boyle con el protagónico de Ewan McGregor (el propio Welsh hace de Mickey Forrester). Pero Welsh es mucho más que esa novela: Skagboys, Escoria, Porno, Acid House… Welsh toma el slang escocés como una bandera para la independencia política del país. Los hooligans, las drogas, la violencia y la marginalidad son temas a los que vuelve con una recurrencia obsesiva porque ahí, dice, se anuda la tragedia moderna.
Ayer participó en una entrevista pública organizada por el British Council en el CCK. Coordinó la charla Flavia Pittella, especialista en la obra de Welsh. Como se preveía, fue un encuentro intenso que dejó a todos los asistentes con mucho para pensar y repensar.
Aquí dejamos algunas de las frases del escritor escocés.
"Escribir era algo que tenía que hacer. Probablemente todos tenemos algo a lo que estamos destinados y somos muy afortunados si lo descubrimos. Yo hice muchas cosas antes. Traté de ser músico, pero no tenía ningún tipo de talento musical. Hasta que me di cuenta de que podía escribir baladas; las baladas, si le sacás la música, se convierten en cuentos cortos. Soy un cuentista que llegó por un camino gradual y lento."
"En Escocia, en Irlanda, en la parte más celta del Reino Unido hay una gran tradición oral. Quise capturar el recitado para escribir una novela sobre la vida moderna: el inglés no me funcionaba, era demasiado pretencioso, chato, ridículo. Busqué mezclar diferentes tipos de dialectos escoceses y toques gitanos que incluían estos elementos. Por eso, para entender el ritmo, las primeras 20 páginas de Trainspotting, aún si uno es un lector angloparlante, se deben leer en voz alta."
"Creo que las críticas que se han escrito sobre mis libros siempre son parecidas. Básicamente son un hilo de adjetivos que terminan con terrible u horroroso."
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— Racing Club (@RacingClub) September 28, 2016
"Cuando empecé Trainspotting no tenía ni idea de cómo escribir un libro. Sólo había escrito algunos cuentos cortos. Un amigo le mostró un cuento a su editor y a éste le encantó y me preguntó si tenía una novela. Le dije que sí, lo que era una mentira total. Apenas tenía un cuaderno con notas, letras de canciones, garabatos, cualquier cosa. Entonces me propuse transformar ese cuaderno en una novela. Tenía como 300.000 palabras, lo que para una novela es muchísimo. Corté las primeras 100.000 del principio, que cuentan cómo los personajes se hacen adictos a la heroína, que no me interesaba, y después le saqué las últimas 100.000. La sección del medio terminó siendo Trainspotting."
"Escribí Trainspotting a los 28 años y la novela habla de tipos que tienen 24. Tratar de meterme en la mente de esa edad tan cercana me era muy difícil. Cuando uno está pisando los 30 años hay ciertas cosas que quiere dejar de hacer. Pero, cuando cumplí 50 años y empecé a escribir Skagboys sobre tipos que tenían 22, me resultó más fácil: a los 50 querés volver a cómo te sentías cuando tenía 20".
blockquote class="twitter-tweet" data-width="550">"Me gusta Bowie, Iggy Pop, Lou Reed y creo que muchos de mis personajes escucharía eso", #Welsh en el CCK
— Grandes Libros (@GrandesLibrosOK) September 27, 2016
"Crear personajes es la esencia de los libros. Yo me guío por los personajes. Son como una caja de herramientas que me ayuda a hacer un trabajo."
"Esta es una época muy interesante. Los 80 fueron interesantes, los 90 divertidos. Odié la década del 2000, me pareció aburridísima. Pero con el 2008 y la caída del neoliberalismo, las cosas empezaron mejorar un montón y volvió el interés por la vida."
"¿Novela, guion, teatro? Mi especialidad es contar historias. Cada género tiene su dificultad. En una novela la dificultad es lograr que algo que se escribió en la página uno tenga sentido en la página cien. En la novela se va encontrando la historia a medida que uno escribe. Un guion, en cambio, tiene la dificultad de la estructura. Con el guion se tiene que tener la historia ya en la cabeza de antemano."
"Uso el humor para reducir el nivel de tensión. Si uno le da al lector un material muy oscuro también tiene que darle humor. Si todo se va transformando en algo cada vez más deprimente, en algún momento el lector deja el libro. El humor nos da el permiso de reírnos y reduce la tensión. Nos aflojamos para volver más fortificados a lo que sigue. El humor es maravilloso; es la forma en la que nos enfrentamos a la vida, al dolor, al horror, a la opresión."