A mi marido no le gusta ver series o películas mientras transcurren, prefiere no estar sujeto a los tiempos de espera entre capítulos o partes. Por eso, para ver una serie o saga que le parece buena o interesante, espera a que termine. Así como lo cuento, si es necesario esperar seis, siete o quince años, se espera. La primera vez que me lo dijo me pareció algo extremo, sin embargo, cedí ante su propuesta y me animé a probar junto a él esto de ver "todo junto".
Así fue como un día se estrenó la última parte de la saga de Harry Potter, "Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (Parte2)", y decidimos hacer la experiencia. Mi marido no había visto ninguna de las anteriores, obviamente, y nuestros hijos no habían visto todas, ya que tienen diferentes edades. Por lo tanto, nos dedicamos un fin de semana en familia a ver la saga completa y sacamos entradas el domingo a la tarde para ver el final en el cine.
Sin celulares, con las luces de la casa apagadas y todos juntos frente a la tele, vimos las películas de Harry Potter y después, todos juntos, vimos el final en las cómodas butacas ante la pantalla grande. La experiencia fue maravillosa.
Descubrimos tantos mensajes en esa trama tan bien armada: cómo un niño pasa de la inocencia a la adolescencia, cómo pasa de la magia a la oscuridad, cómo se desdibujan las fantasías para dejar espacio a lo concreto, a lo real. Ver la saga completa nos permitió enlazar la historia sin perdernos casi nada. Y a cada uno, desde nuestras experiencias y edades, nos transmitió, también, algo diferente.
La sinopsis de Harry Potter puede resumirse en la historia de un chico mago que perdió a sus padres y que vivió mil aventuras mientras creció y se hizo un hombre. Y no estaríamos faltando a la verdad. Sin embargo, a mi entender, lo que hizo de esta historia un éxito editorial y de taquilla, fue el mensaje escondido en las formas. El mensaje lleno de magia, amor, dolor y valores que una madre le transmite a su hijo y a todos los hijos del mundo que pasan de la niñez a la fuerte y concreta realidad del mundo de los adultos. Nunca mejor historia para compartir, recomendar, ver o leer, pero eso sí, "toda junta".
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