"Esto no es poliamor. Tampoco touch and go. Es una historia que transcurre en el tiempo. Nos estamos viendo desde el verano, pero mañana no sé. Nos basamos en el 'aquí y ahora'". Así describe Mora Godoy (42) su relación con Miguel Bozzi (34), un odontólogo, cirujano y modelo de La Plata que la conquistó a principios de año en Mar del Plata.
–Mora, en estas fotos se están matando. ¿Es así en la realidad?
–(Risas) Son hot. Están subidas de tono. Y, sí… Obvio, son un reflejo de lo que pasa entre nosotros, pero no significa que tengamos un rótulo ni que tenga un título más que el de disfrutar de la vida, pasarla bien y vivir este momento, que está buenísimo.
–¿Qué significa sin rótulo? ¿Pueden estar con otras personas?
–Obvio. Estamos habilitados para no preguntar nada y hacer lo que queramos de nuestras vidas, cuando y con quien deseemos. Sí por ahí hay un "¿cómo estás?" o "¿qué estás haciendo?", cosas que tengan que ver con lo cotidiano, pero no con meterse en la vida privada o íntima de la otra persona.
–Interesante lo de estar habilitados… ¿Incluye sumar personas a la cama?
–Estamos habilitados a todo, la realidad es ésa. No compartimos la cama con otra persona… por ahora.
–¿Estuviste alguna vez con una mujer?
–No, pero no se saben las vueltas de la vida.
–¿Y tuviste propuestas de parte de alguna?
–Sí, me tiró onda una actriz internacional muy conocida. Pero no voy a decir quién es.
–¿Cómo se conocieron con Miguel?
–En el verano, en un boliche de Mar del Plata. Yo pasé una temporada hermosa haciendo shows. Nos conocimos ahí…Cada uno estaba en la suya. Yo me divertía con amigos y amigas y él con su grupo. Por eso quedamos en vernos directamente en Buenos Aires. Y cumplimos.
–¿Qué te gusta de él?
–Que sale con sus amigos y que es un apasionado de su profesión: es odontólogo, cirujano y talentosísimo en lo suyo. Yo admiro a la gente que ama lo que hace, como yo.
–¿Te atendiste con él alguna vez?
–No, pero me atendería todos los días (risas).
–¡Debe tener el consultorio lleno de mujeres con dolor de muela!
–Sí, atiende en La Plata. Él es de ahí. Yo me iría hasta allá sin problema.
–¿Y él a vos te pide que apliques tus dotes de bailarina en la intimidad?
–¿Sabés que nunca me lo pidió? A mí me gusta cuando las cosas son naturales, no forzadas, ni con pedidos o berrinches. Me parece que cuando hay piel no se necesita nada. Sólo el encuentro, que lo dice todo.
–Supongo que en esta historia sin rótulo no tienen una rutina de encuentros…
–No. Nos vemos cuando tenemos ganas, cuando podemos. Desde un lugar súper tranquilo y distendido. Además, yo siento que por primera vez estoy pasando un momento de máxima felicidad y mucha armonía, que tal vez tenga que ver con que siempre me sentí la novia fugitiva. Cuanto más mis novios me ahogaban o me coartaban, más me asfixiaba. Y evidentemente uno llega a determinada edad con la experiencia como para poder decir: "¿Cómo quiero verme? ¿Cómo puedo ser feliz?". Y yo lo soy, porque me siento libre. La misma libertad la tiene él y la entiende igual que yo. Hay mucha igualdad.
–¿Se mandan chats subidos de tono?
–No, pero sí me encanta mandar fotos en ropa interior. Amo. Casi todos los días me saco una.
–¿Y le pediste a él lo mismo?
–No, no me gusta pedir.
–Quizás cuando lea esta nota te mande alguna…
–No, no las necesito. Lo tengo en vivo (risas).
–¿Es la primera vez que hacés este tipo de imágenes?
–Hice fotos hot, pero nunca con alguien que no fuera mi compañero de baile.
–¿Y por qué con él sí?
–¡Porque es el monumento al potro!
–Bueno, pero no es la primera vez que estás con alguien fachero.
–Sí, pero no sé, se dio. A veces hay cosas en la vida que se dan y creo que tienen que ver con el momento de cada uno. Yo lo sentí de esa manera y cuando siento algo lo propongo. El otro acepta y lo concretamos.
–¿Aceptó enseguida?
–Sí, pero cuando vio por dónde venía la mano, me dijo: "Esto termina como La Mary" y le contesté: "Es la idea" (risas).
–¿Tu hija lo conoce?
–Lo vio en mi cumpleaños (N. de R.: Fue el 30 de junio). Yo hice un festejo con mucha gente, hermoso. Ella sabe que hay un odontólogo, pero nada más. Cuando tenga que contarle lo haré… Ahora no.
–¿Cuán importante es el sexo para vos?
–Importantísimo. La afinidad, la piel, los aromas, la conexión… Además, mi frase de cabecera es: "Si te gusta la bailarina, bancate la purpurina". La bailarina te impregna de algo que no podés olvidar.
Por Paula Labonia
Fotos: Gentileza Gabriel Machado para Machado Cicala e Instagram.
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