Cuentan en las calles de Marca Borrada que el padre solía pedirles a sus tres hijos Rojas, cuando eran changuitos, cuatro décadas atrás, que se sacaran las zapatillas para ir al colegio en la Comunidad Chorote de Pueblos Originarios La Merced, a 580 kilómetros de Salta Capital. Conocido el rumor, aprovechamos y se lo preguntamos…
–¿Es cierto, Jorge?
–(Risas) Es cierto… Pero no me hagas emocionar ya de entrada –responde Raúl Jorge Rojas (47 años, treinta y seis como artista; 18 discos como solista y 11 con Los Nocheros), consciente de que no podría resistirse ante lo que le espera y vivirá. ¿Qué le espera y qué vivirá?
"La Décima Fiesta de la Cultura Nativa –explica–. Un encuentro que venimos organizando desde hace una década de manera ininterrumpida. Con la música como excusa, dentro de este recóndito paraje de nuestro país atravesado por el agua dulce del Pilcomayo y las fronteras argentina, boliviana y paraguayas, colaboramos cada año apuntando al desarrollo de la salud y la educación de los distintos pueblos originarios", señala. Y continúa:
"… Hablo de las siete etnias (las comunidades de chorotes, wichis, matacos, tobas, quom, churipíes y tapietes) que habitan esta región, donde no existe la propiedad privada y el corazón se abre para todos", añade tras posar a la vera del río y retomar el camino al paraje rural que adoptó a los seis años, hasta que partió a cursar la secundaria en Tartagal.
Claro, porque aunque nació el 4 de marzo del '72 en Cutral Có, Neuquén, adonde sus padres habían viajado tiempo antes en tren procurando alguna oportunidad laboral que no resultaría, la familia debió buscar refugio en la casa de sus bisabuelos, situada en Marca Borrada.
"Acá aprendí a tocar la guitarra, de niñito, armándola de palos y tanzas de pescar", memora Jorge, admitiendo que la inspiración fue su padre Lucio (83), bagualero, coplero y "encargado de llamar para las fiestas", en complicidad con María Elena Polomo, la madre de los hermanos Rojas, ama de casa ya fallecida.
"Acá –reitera el adjetivo demostrativo– nos convertimos en quiénes somos. Por eso vengo siempre a colaborar. Mi familia es mi pilar, me enseñó a ser solidario. Nosotros seguimos teniéndola en las cercanías y por eso debemos dar a conocer lo que pasa en nuestra región –entiende el intérprete, compositor y productor–. Desde el escenario se puede crear conciencia y mandar un mensaje a los que tienen en sus manos las herramientas de decidir", enfatiza. Y le entrega la palabra a su hermano Lucio (42):
"Con su iniciativa artística, a la que nos fuimos sumando, él rompió la barrera, a puro ejemplo. Cuando se realizó la primera fiesta, en 2009, en la zona no había agua, luz ni señal de teléfono. Pasa que Jorge posee un corazón enorme… Apenas dejó Los Nocheros en el '05, lo primero que hizo fue llamarnos a mi hermano Alfredo (39, compositor), que trabajaba en la cumbia junto al santafesino Leo Mattioli, y a mí, que era la primera voz del grupo santiagueño Los Carabajal, para decirnos: '¡Quiero que me acompañen en la música, ahora que me largué de solista, y también en una idea solidaria que me viene rondando por la cabeza'.
–¿Aceptaron, Lucio?
–Lógico. Lo secundamos, y con el tiempo surgió Cultural Nativa, en cuya fundación participamos los tres… Entonces ahora, cuando vemos que, como sucedió unos meses atrás, inauguramos un centro de salud modelo que salva vidas, sentimos que aquellos momentos que nos marcaron tanto hoy nos marcan de otra manera, con esperanza", agrega el Indio, comentando además que a partir de aquello formaron un trío –Los Rojas– que se dedica a brindar recitales a beneficio.
"Es más –sorprende el último artista consagrado por el público en los festivales de Cosquín y Baradero–: nuestras agendas actuales se dividen a misma cantidad de fechas entre las actividades profesionales y las solidarias", manifiesta, y le entrega de nuevo la posta a Jorge, a quien le consultamos…
–¿De qué se nutre Cultura Nativa?
–De voluntarios, diversas ONG como la Fundación Sí, dirigida por Manuel Lozano, y una serie de empresas que aportan recursos y esfuerzos para ayudar a desarrollar esta área postergada de nuestro país. Lo resumen un poco las imágenes y letra del tema Un humano más, compuesto por la notable colombiana María Isabel Saavedra, que grabé a las órdenes de Luis Medina… –y el tenor dramático del folclore, rock y pop latino empieza a tararearlo.
–Casi su biografía.
–Está embebido en los paisajes donde crecí y me crié; en cuánto admiré la capacidad de los artesanos para convertir yicas (morrales) en oportunidades contra las carencias; en lo que aprendí mirando al prójimo.
–A propósito, ¿por qué su padre les pedía a los tres changuitos Rojas que se sacaran las zapatillas para ir al colegio?
–Jé (suspira sin querer emocionarse): para que los otros chicos no se sintieran mal.
Por Leo Ibáñez.
Fotos: Gentileza de Ariel García y redes sociales.
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Agradecemos a Carlos y Lucas Mazalan (imágenes de drones) y a Agustín Nanni.
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