Su repentino protagónico en El Ángel lo catapultó a la fama, algo que le dio –sin anestesia y sin que lo pidiera– una lección de ego. "Ya bajó un poco la locura", dice mascullando Toto Ferro, quien enseguida se entusiasma enumerando un Top 3 de las peores preguntas que le pueden hacer. "Las peores son siempre: '¿Cómo te sentís en los premios XXX?', '¿Cómo quedaste después de ‹El Ángel›?' –porque ya la contesté mil veces– y después, '¿Por qué le dijiste fuck al Presidente?'.
"No tengo expectativas, porque después desilusionan", asegura acerca de la importancia de los premios el hijo de Rafa Ferro, quien compitió una vez más con su Carlos Robledo Puch en los Platino, hace unas semanas en la Riviera Maya. Asegura que imaginarse las cosas puede contrastar con la realidad, así que mejor fluir.
Así es como aceptó debutar –nuevamente de la mano de los hermanos Ortega– en la tercera temporada de El Marginal, producida por Underground. "Yo soy un chico que entra a la cárcel porque choca y mata a sus amigos. El padre de mi personaje es juez y negocia la excarcelación de los Borges a cambio de mi protección en prisión", que "son como mis custodios ahí", suelta Toto.
No fue fácil aceptar un nuevo desafío actoral, más para él que sólo quiere hacer "algo con lo que esté realmente cómodo", que le gusta "más ser el que pinta el cuadro que el que lo protagoniza", que desechó trabajar en la segunda temporada de la española Elite ("seguramente hubiera sido divertido pero dije que no; no sé, no me veía trabajando ahí") y encara su nueva faceta como rapero, más precisamente con su alter ego musical, Kiddo Toto.
Es que su nuevo otro yo, su nueva carrera musical comenzará oficialmente el 14 de junio en Beatflow (elegido "porque es la meca trash del rap"), donde dará su primer show.
"Estoy re manija y estamos ensayando desde hace un mes y medio", se entusiasma el actor, en cuyo primer disco (titulado Re$friado) hay trap, funk y flow paródico acerca de clavar vistos, rateos de la escuela, fábulas callejeras y likes de instagram.
"Me presento con músicos que no son conocidos. Uno es el que me produjo el disco, que llamó a otros dos amigos, un batero y un bajista que la rompen, y un amigo de toda la vida que se llama Cielo Azul, que es guitarrista, y también está Malena Villa (actriz de El Ángel) en coros", cuenta Toto, que destaca a Modo Diablo dentro de la nueva camada de rap, pero reconoce: "Creo que debería consumir más música argentina. Más allá de si me gusta o no, brindo por todos los que hacen música y están felices".
–La explosión del trap ya es imparable, justamente, guste o no.
–Sí, y está bueno que llegó a Argentina, y están Duki y Cazzu abriendo un camino. Es como lo que pasó en su momento con Charly. Lo que sí siento es que en las industrias del cine, de la música o del arte hay mucha envidia y mucho ego, y eso no sirve: tenemos que empujar todos para un mismo lado. Hay que acompañarse más y brindar por el otro si está feliz.
–¿Cuál es el peor pecado de la vanidad?
–Y… después hay gente que se preocupa más por estar en Los 40 Principales y la verdad lo importante es hacer música y que estés contento con eso, pero no hay que hacerse adicto.
–¿Qué te generan los cumplidos y los halagos?
–Lo malo de los cumplidos es que si hablan mal de vos te baja el ego y si hablan bien, te lo sube, así que en lo posible no hay que tomarse nada personal.
–¿Pero los leés o elegís bloquearlos?
–Aprendí que no hay que mirar los comentarios, porque hay gente muy aburrida, y por ahí te putean… ¿y ellos qué están haciendo? Están detrás de un teclado bardeándome. No me están puteando a mí. Se están puteando a sí mismos.
–Alguna vez dijiste que estabas escribiendo algo inspirado en un fragmento de un libro de Carlos Busqued. ¿Lo retomaste?
–Lo escribí en notas del iPhone. En algún momento me gustaría sentarme, escribirlo y filmarlo, pero necesito estar tranquilo.
–¿Te imaginás un futuro detrás de cámara?
–Como director. Necesito ganar mucha más experiencia…Puedo hacerla como actor y ver cómo trabajan, o esperar y mandarme y fallar, fallar hasta que que me salga bien.
Por Karina Noriega.
Fotos: Irena Meritxell, premios Platino y gentileza Cony La Greca.
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