Julieta Ortega: "No sé si quiero seguir toda la vida exponiéndome como actriz"

Aunque ama la actuación, hace un par de años empezó a buscar alternativas relacionadas con lo creativo. Por eso creó una línea de ropa “para estar en casa” y ahora experimenta con la literatura. En una charla sincera, habla acerca de la posibilidad de participar en política, de su relación con el empresario Esteban Eskenazi (13 años mayor) y de su ferviente compromiso por los derechos de las mujeres.

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Todo terreno. Julieta Ortega, en Palermo, a cuadras de su casa y su local de indumentaria, firma con la que se siente muy cómoda al vestirse y que creó hace dos años y medio con su amiga Fernanda Cohen, con quien también trabajó en su libro debut.
Todo terreno. Julieta Ortega, en Palermo, a cuadras de su casa y su local de indumentaria, firma con la que se siente muy cómoda al vestirse y que creó hace dos años y medio con su amiga Fernanda Cohen, con quien también trabajó en su libro debut.

"Hace unos años entendí que no puedo depender solamente de que me llamen para trabajar como actriz: tengo que buscarme otras cosas. Además no sé si quiero seguir exponiéndome toda la vida como actriz. Por eso, lo primero que hice fue juntarme con Fernanda Cohen, una gran ilustradora e íntima amiga. Le propuse hacer algo juntas y así nació Jota & Co… A mí lo que más me gusta es andar en pijama. Salgo así a la calle y trato de estirar lo más posible el momento de tener que sacármelo para ponerme un jean.Empezamos vendiendo solamente online: no teníamos estructura para más. Nos fue muy bien y abrimos un local en Palermo, en el pasaje Russel, entre Thames y Borges. Y hace un año la editorial Orsai me ofreció escribir un cuento para niños. La consigna era que fuera algo que me gustaría contarle a mi hijo", confiesa Julieta Ortega (46) en el living de su casa de Palermo mientras, perdidos por la charla, dejamos enfriar el espresso que ella hizo con sus propias manos.

La primera versión se la mostré a Benito y me dijo que le faltaba humor, así que tomé nota de su comentario para modificar algunas cosas. Ya está grande… Con el padre (Iván Noble) extrañamos cuando era chico y estaba todo el tiempo cerca nuestro.
La primera versión se la mostré a Benito y me dijo que le faltaba humor, así que tomé nota de su comentario para modificar algunas cosas. Ya está grande… Con el padre (Iván Noble) extrañamos cuando era chico y estaba todo el tiempo cerca nuestro.

–¿Pero a Benito le seguís leyendo libros?

–No. Ya tiene 13 años y hace rato que lee solo. Cuando era chico vivía leyéndole cuentos, y más de una vez fantaseé escribir un libro con él. Y a la hora de escribir se me venían imágenes de mi propia infancia, y ahí cobró vida Amanda: todas las cosas que están ahí las viví. Como el momento en que va con la madrina al teatro, o cuando el padre la lleva al dentista. Como aparecían muchos relatos, decidí dividirlo en meses, y así nació Un año con Amanda.

–¿Ya recibiste alguna devolución de tu familia?

–La primera versión se la mostré a Benito y me dijo que le faltaba humor, así que tomé nota de su comentario para modificar algunas cosas. Ya está grande… Con el padre (Iván Noble) extrañamos cuando era chico y estaba todo el tiempo cerca nuestro. Ahora está mucho con la computadora, con su teléfono… Le gustan la música y el dibujo. No quiere ser actor. Después se los mostré a mi amigo Fernando Noy (poeta) y a mi mamá, de quienes tuve las mejores críticas y consejos. El libro lo trabajamos durante todo un año y lo tuvimos listo en noviembre del año pasado, pero no era el mejor momento para sacarlo. Aunque ahora estemos peor, nos pareció bueno presentarlo en la Feria y que la gente lo pueda conseguir por Internet (www.ellibrodeamanda.com).

–Vos siempre te definiste como una gran lectora. ¿Qué leías de pequeña?

–Uno de los primeros libros que me regaló mi papá fue El Principito. Incluso me lo dedicó, y aún lo conservo en la biblioteca. Después mi madrina, Ana María Piccio, me leía muchos cuentos de María Elena Walsh. La única manía que tengo es marcar los libros. Puede ser una marca en una página entera o subrayar un párrafo que no quiero olvidar.

Su mamá, Evangelina Salazar, fue una de las primeras en leer su primer libro, Un año con Amanda, y se sintió identificada porque relataba episodios de la vida real de su hija.
Su mamá, Evangelina Salazar, fue una de las primeras en leer su primer libro, Un año con Amanda, y se sintió identificada porque relataba episodios de la vida real de su hija.

–En su libro, Amanda habla de los miedos. ¿Cuáles eran los tuyos de chica?

–No muy diferentes a los de ahora. Lo desconocido me produce miedo, el exponerme me da vértigo, el sentirme más o menos querida, también. Recuerdo a mi papá jugando conmigo y mirándome con mucho amor y es en parte lo que me dio la seguridad que tengo hoy para encarar la vida.

con Esteban (Eskenazi –60–) estamos juntos hace dos años y muy bien. No convivimos, porque él vive en Zona Norte y yo en Palermo, pero estamos mucho tiempo juntos.
con Esteban (Eskenazi –60–) estamos juntos hace dos años y muy bien. No convivimos, porque él vive en Zona Norte y yo en Palermo, pero estamos mucho tiempo juntos.

–En tu Instagram se te ve también muy acompañada y feliz…

–Sí, con Esteban (Eskenazi –60–) estamos juntos hace dos años y muy bien. No convivimos, porque él vive en Zona Norte y yo en Palermo, pero estamos mucho tiempo juntos. Aunque parezca medio imposible ponerlo en práctica, no lo descarto más adelante. Lo mejor es que no forzamos nada. Esteban no tiene nada que ver con las personas que me llamaban la atención, pero Lula, una amiga mía, nos presentó porque sintió que teníamos algo que ver. No se equivocó, porque entre nosotros funcionó algo desde el principio.

–Como buena libriana, sos muy romántica…

–Sí, yo nunca dejé de creer en el amor. Después de estar con el papá de mi hijo dejé de perseguir eso como si fuera una especie de zanahoria, con la idea de que ahí algo se completaba. Hace menos de diez años comprendí que la relación más importante de mi vida iba a ser conmigo y que la compañía más grande iba a ser yo. Cuando entendí eso se me fue la ansiedad por la pareja perfecta y el pensar que ahí podía resolver algo. Lo mejor que te puede dar una pareja es amor, abrigo, contención, pero hay algo de la soledad profunda y de los miedos que son muy de uno. Mis parejas se enojan cuando hablo de esto, porque creen que les saco crédito, y no es así. A mí me fascina estar acompañada y enamorada. Y con Esteban la pasamos súper bien.

“No descarto hacer política. Me parece muy interesante la idea de poder cambiar la vida de un montón de gente”
“No descarto hacer política. Me parece muy interesante la idea de poder cambiar la vida de un montón de gente”

–Vos pertenecés al colectivo Actrices Argentinas y militaste mucho por la legalización del aborto. El otro día sorprendiste cuando confesaste que habías interrumpido un embarazo.

–Yo no quise confesar nada. Sólo hablé del tema en primera persona: hace treinta años decidí interrumpir un embarazo porque no estaba formada como mujer, como fue años después, cuando elegí ser madre y deseé a mi hijo con todo mi corazón. Me parece importante ser honesta y decirlo, y no hacerme la tonta. Yo confío en el derecho de las mujeres a elegir, y que confíen en que cada una sabe lo que es bueno para ella. Ni el Estado, ni la Iglesia, ni la opinión de los demás deben intervenir. Yo creo en la maternidad deseada y responsable. Por eso, hay que confiar en que cada mujer decida cuándo es su momento para la maternidad.

–¿Cómo tomó la familia tu declaración?

–Ellos ya lo sabían, pero cuando vieron el programa mi mamá me llamó y me dijo que estuve estupenda, mi papá, que estuve preciosa, y mi novio lo vio conmigo y le encantó. Pero por estas cosas intento no exponerme, no lo disfruto. Sin embargo, hay cosas con las que quiero poner el cuerpo y no hacerme la distraída. Yo viví toda mi adolescencia en un país (EEUU) donde el aborto es legal y cuando volví a los 24 no podía entender que acá no lo fuera. Pero creo que pronto lo será, como pasa en todo el Primer Mundo.

Se te ve muy comprometida dentro del Colectivo. ¿Te gustaría hacer política?

–No lo descarto. La primera vez que lo pensé fue cuando vi el debate del aborto en Diputados. Me dije: "¡Qué lugar interesante e importante para estar, porque desde allí podés cambiar la vida de un montón de gente!". Hay muchas cosas de la política que no comprendo, pero me gusta, porque siento que es la única manera de transformar la realidad de un pueblo. Por eso me parece fundamental involucrarse. Me siento muy contenida por el grupo de actrices. Yo estoy en la Comisión de Redes y manejo el Instagram con otra compañera; los viernes recomendamos películas y libros feministas. Es un lugar donde pongo mucho trabajo y corazón.
–Entonces, si Cristina (Fernández de Kirchner) te llamara para ser parte de su lista de diputados, ¿te sumarías?

–Si te digo que sí va a ser un título, pero te confieso que a veces fantaseo con esas cosas. A mí me interesan mucho los temas de género y cultura. Creo que a muchas chicas del Colectivo de Actrices se nos despertó esta inquietud de participar en política desde que estamos militando… Pero no somos partidarias: somos de distintas ideas políticas.

Julieta Ortega
Julieta Ortega
 

–Sos muy amiga de Leticia Brédice. ¿Cómo la ves participando del Bailando?

–Leticia es mi amiga de la vida. La conozco desde que ella tenía 20 años: nos embarazamos juntas, lloramos juntas, nos hicimos pis de la risa, fue una de la testigos de mi casamiento, nos mandamos audios de siete minutos. Ella sabe que no la pienso ir a ver al Bailando, pero la voy a estar apoyando desde casa. Me encanta que se atreva a bailar y que esté tan contenta. Mucha gente a su alrededor se lo cuestionaba, pero yo le dije: "Si te va a hacer bien, andá". Ella me respondió que necesita trabajar y siente que le hará bien sentirse activa. Ella sabe que la voy a estar apoyando siempre.

Pablo Procopio. Fotos: Natasha Ygel.

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