Ahora nos venimos a enterar de quien tomó la iniciativa para enamorar al otro: fue Panchito el que le insistió a El Negrito (así reconocen llamarse en la intimidad). "Me tiró una jauría de perros. Osado el péndex", dice con picardía Oscar González Oro (67), mientras su novio, Mauro Javier Francisco (34), asiente sonriendo.
"Fue hace varios años. Yo me había separado de mi pareja anterior de diez años. Me enteré de que él es gay porque subió una foto cuando se separó de Tato (el ex novio uruguayo del conductor). Entonces le escribí por Messenger y nos pasamos los teléfonos. Debo reconocer que me mandé con todo. Ahí miente El Negro… No le tiré una jauría de perros: fueron varias. Fui con los tapones de punta. Iba todo bien pero en un momento discutimos, me bloqueó y nunca llegamos a concretar", explica Mauro.
"Es lógico que yo le gustara: mirá lo que es este cuerpo", bromea Oscar y ambos estallan de risa. "Me puso: 'Estúpido estoy al aire. No puedo hablar'. Y enseguida me bloqueó. Eso me reventó. Dije: '¿A éste qué le pasa?'. No sabía por qué se había enojado, algo raro en él, porque nunca se ofusca, jajaja", ironiza Panchito. "¿Por qué no te vas a la m…?", sube la apuesta El Negro.
Así están todo el tiempo, intercambiando bromas, chicanas, riéndose el uno del otro… La charla con GENTE sucede en la intimidad del coqueto departamento que el periodista tiene en un complejo del barrio Las Lomas de San Isidro. Hay un grado de espontaneidad entre los dos que sorprende. No dan la sensación de estar especulando, midiendo ni actuando cada frase que pronuncian, pero nuestra obligación es dudar de todo, así que les preguntamos de arranque.
–¿Son así o nos están vendiendo dos personajes simpáticos que después no se llevan tan bien?
El Negro: Creenos. Somos así. Siempre digo que nos une el humor… Además del amor, obvio. No lo vamos a negar: es fundamental.
Panchito: Él es el extremo de lo afectuoso; yo, del chiste. Quiere hablar en serio, meto la broma y se pudre todo.
N: Es cierto que soy más afectuoso que él. Hasta pesado. Y Panchito sabe cómo y cuándo enojarme. Tiene la virtud de poner cara de c… y me enojo. Me divierte, yo también a él y nos cag… de risa. Me jode con que estoy pelado y gordo. Hoy se cortó el cabello y le dije que lo hacía para envejecerme, que era un h de p. Parece un péndex y tiene cuarenta y pico.
P: ¡No seas h de p! Dijiste que tengo 37 y son 34. ¿Sabés por qué? Porque afirmó que me lleva treinta años y en verdad son treinta y tres. Hacete cargo: sos un pervertido, Negrito, por salir con un chico joven.
N: Cacho (Castaña) me dice "robacunas". La verdad es que Pancho me persiguió, me acosó. Fue violencia de género: me rompió un traje.
Todo empieza por la mirada. Cuando le escribí por primera vez fue porque me atraía físicamente. Me gusta la gente más grande. Aunque nunca había estado con uno de 80, jaja…”(Panchito)
P: Desde que me bloqueó pasó mucho tiempo, hasta que un día recibo un mensaje: "Hola, hoy es mi cumpleaños, felicitame". Yo tenía la imagen del Negro Oro como un personaje groso, y al principio no le iba a decir cualquier cosa. Me daba cierto pudor… Después me lo saqué, jajaja.
–¿Conviven?
N: El se queda acá en mi departamento y yo en el de él. De hecho, me acaba de invadir trayendo un par de valijas, jajaja.
P: Vos me dijiste que trajera ropa. Dejate de hinchar las p… Es que trabajo en PAMI Zona Oeste como proveedor de insumos. Si cenamos y tomamos algo, me tengo que volver a Las Cañitas y no duermo nada.
N: Quiero que se sienta cómodo. Además, lo amo. Viene a casa cuando quiere: es la suya. Por mí, que se mude mañana: tiene gimnasio, pileta, mini-mercado. Cuando no está lo extraño.
P: A mí me cuesta la convivencia a la mañana: me levanto de mal humor. Tienen que pasar veinte minutos. Necesito tomar un mate, relajarme.
N: Yo me levanto cantando. A mí, Panchito me cambió la vida. Hago radio para él. La gente también lo incorporó. Nos mostramos tal cual somos. Siempre estamos boludeando. Nunca vimos una película juntos: él se duerme, porque madruga… Y si no, se levanta, va al gimnasio, no para. Es c… inquieto. Vamos al Teatro Colón porque me gusta a mí, y yo lo acompaño a la cancha de Huracán, porque es quemero. Coincidimos en que después siempre vamos a morfar, jejeje.
–¿Y cómo son en la intimidad?
P: Él es más apasionado que yo.
N: Tenemos una muy buena relación, en todo sentido. Sexualmente somos compatibles. Nos gustamos, nos deseamos. Pancho me fascina, me encanta como hombre.
P: Todo empieza por la mirada. Cuando le escribí por primera vez fue porque me atraía físicamente. Me gusta la gente más grande. Aunque nunca había estado con uno de 80, jaja…
N: ¡La p… que te p…!
P: Confieso que me gustaba desde hace tiempo, pero estaba en pareja… Cuando se separó, arremetí.
N: Al principio fue así. Después el que la tuvo que remar fui yo. Porque él no quería volver a tener pareja, luego de una experiencia desagradable.
P: Yo quería touch, touch, touch and go.
N: En Punta del Este le dije que quería ser su pareja. Me contestó que no estaba en condiciones. Ahí empecé a insistir hasta que lo convencí. Lo jodía: "No me lo vas a decir nunca, pero te estás enamorando. Ya no podés vivir sin mí". Se lo decía en broma, hasta que hace poco me dijo: "Te amo" (se emociona). Remé en dulce de leche. Yo, en cambio, se lo repito cada diez minutos.
P: Que yo le diga "te amo" le costó como diez mil dólares. Creo que no le cobré caro (ríe).
N: Juaaaaaaaaaa. La verdad, lloré cuando me lo dijo.
P: Llorá ahora, que garpa para la foto.
N: ¡Callate, bol…, que ahora estamos hablando en serio! Sentí que lo había logrado. Me mira y me pongo a llorar. Me emociona. Tiene amor en la mirada.
P: Es que no lo puede creer. Debe estar pensando: "Soy un ladri".
N: Nunca me pasó llorar de amor, teniendo la edad y la experiencia que tengo. Panchito sabe que lo logra cuando se le canta el c… Un día le dije que me gustaría tener veinte años menos, para disfrutarlo más. No sé cuánto voy a vivir, pero hay más posibilidades de que yo me vaya antes.
P: Negro, te abrieron al medio para operarte del cuore y no te moriste. ¡Dejate de joder!
N: Es cierto. Si no hubiese ido ese sábado a hacerme ver me moría. Me lo dijo el cirujano. Tuve un infarto. No me di cuenta y seguí. Fui al Sanatorio de la Trinidad dispuesto a que me dijeran que tenía cáncer de pulmón, pero el problema estaba en el corazón. Pensé que me iban a colocar algún stent. Tampoco. Tenía tres arterias ocluidas. El médico me dijo: "Hay que operarte a corazón abierto". Y me abrieron al medio, me hicieron tres bypass.
Tenemos una muy buena relación, en todo sentido. Sexualmente somos compatibles. Nos gustamos, nos deseamos. A mí me fascina Pancho, me encanta como hombre” (El Negro)
–¿Sexualmente se llevan bien?
N: Preguntale a Pancho.
P: Funciona bastante bien.
N: Cuando me operaron, le dije al médico: "Hace quince días que no tengo una erección?". Me replicó: "Ya va a venir. El corazón se está reseteando. Dale tiempo". Y tenía razón: ¡volvió! Jajaja.
P: Ahora hace tres años que no tiene una erección, pero lo estamos bancando con amor. ¿Qué se le va a hacer?
N: Con que tenga erección uno de los dos ya está, jua.
–Oscar, ¿cuidás tu salud ahora?
N: Sí, tomo los medicamentos que me dan, pero no tengo prohibiciones para comer. Fumo un poco, nada más.
P: Nos conviene a todos que fume, lo dejamos… Así repartimos la herencia más rápido.
–¿Se van a casar?
N: Yo me casaría ya, mañana si quiere. Lo amo como nunca a nadie.
P: También lo amo, pero creo que él lo propone porque sabe que yo prefiero esperar. Si le llego a contestar que sí, se c… todo y arruga. La segunda vez que salimos fuimos a Punta y me dijo que se quería casar y adoptar, o subrogar un vientre. Yo no entendía nada. Pero él es así. Hasta le puso nombre a nuestra futura hija: Catalina. A mi vieja le comentaron lo que había dicho y creyó que era decisión tomada. Llegué a su casa y me preguntó: "¿Hijo, vos estás seguro?". Le expliqué: "Son cosas que dice El Negro, mamá. Él es así".
N: Me enamoré, pel…, y vos también, pero por supuesto que me gustaría subrogar un vientre para volver a ser padre, de una nena esta vez. También soy consciente de que estoy grande y la responsabilidad le quedaría a Pancho. Veremos…
–¿Ya hubo presentación en familia?
P: Sí, en la casa de mi abuela, en Semana Santa. Todo muy tranqui. Aunque todavía las generaciones anteriores tienen esa mentalidad de que el gay va con tacos altos a toda hora y no es así. Nosotros no íbamos a visitarlos con los tacos. Eso lo dejamos para la noche.
Por Miguel Braillard
Fotos: Julio César Ruíz
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