Grita María Victoria Alonso (53):
–Aaahhhh! (grita). ¡¡Me mueeeeero!! ¡¡¡Me encaaaaaanta…!!!
Sí, la señora que se deshace en onomatopeyas es uno de los tres terrícolas que deciden el destino de cada superhéroe y villano de Marvel en cine. A partir de ello no sólo guarda en su celular el WhatsApp de varios de los intérpretes que los encarnan ("Evito llamarlos –salvo que se trate de trabajo, o que se hayan convertido en amigos, como Zoe Saldaña–: me interesa conectar desde la persona en lugar de desde la fama"), sino que además los mima y protege.
Pese a que en su oficina californiana de Burbank cuelga el escudo del Capitán América firmado por todos los Vengadores ("Cuando quieran verlo, están invitados"), es incapaz de mostrar preferencia por alguno en particular ("Imposible elegir a qué hijo querés más"). Sí, en cambio, se atreve a escoger entre Superman y Batman, las figuras centrales de su competencia –DC (Detective Comics)–, aunque de una manera bastante original. ¿Cómo? Escoge a su favorito tarareando la música de "aquella adorada serie televisiva del Encapotado".
… Bueno, la señora que se deshace en onomatopeyas al cierre de la nota (quien desee saber por qué, deberá leerla hasta el final) es bonaerense nació el 22 de diciembre de 1965, creció en La Plata y vino a visitar la Argentina después de:
–… Mucho. Ocho, nueve años. Suelo viajar a México, el centro neurálgico de América latina para la promoción de películas. Ayer por primera vez tomé un vuelo directo a mi país. Me di cuenta de que llegaba gracias a la calidad de las nubes a la hora de descender en Ezeiza. ¡Parecían de algodón! Las nubes y la luz del Sol creaban una especie de efecto entre Gucci y Versace, con el celeste y blanco de nuestra bandera en el medio. Me encantó.
–Para el reciente estreno de Capitana Marvel vistió esos mismos colores… ¿Cómo se dan cuenta en los estudios de que es argentina?
–Porque entro cantando temas de Vanesa Martín, Pablo Alborán, India Martínez, Melendi, Abel Pintos, Axel, y hablo en español. No sé borrar mi argentinismo, ni quiero. Mi regla es hablar siempre de la misma manera. Si hay personas que saben dos palabras en castellano, listo. A mi hija también le hablo en español, aunque me reclame el "inglés regular".
–¿También acude a malas palabras en español?
–No me interesan esas expresiones, ni que las utilicemos en nuestros filmes.
–Regresó después de casi una década, pero había partido de bastante joven. ¿Cuál es su historia en primera persona una vez que, a los 19 años, pisó los Estados Unidos?
–Terminé el secundario en el liceo Víctor Mercante, de La Plata, y viajé. Me recibí de psicóloga y cursé teatro en Seattle, a partir de lo cual tuve a cargo de vuelos internacionales en Alaska Airlines (nunca en el aire, siempre desde el aeropuerto); recogí basura como asistente de producción, actué en novelas, me especialicé en efectos visuales…", desanda. Y continúa:
"Pasé por Sony, Paramount, por Fox y por DreamWorks, hasta que entré en Marvel, donde hoy soy la tercera en la escala. Vienen Kevin (Feige, presidente), Louis (D'Esposito, copresidente) y yo, la vicepresidenta ejecutiva. Adoro integrar equipos. Tomamos las decisiones juntos. Cuando no acordamos en algo, conversamos y lo cambiamos. Tampoco se trata de una dictadura. No vamos a visitarnos un domingo, pero somos familia, amigos profesionales, hermanos en Marvel".
–¿Cómo se puede acceder al cargo de vicepresidenta ejecutiva de Producción de Marvel sin morir en el intento?
–Nada relacionado a la carrera vale la vida… Se accede con buena onda, con la determinación de llegar –aunque no me invitaran– a un lugar al que muy pocas mujeres llegaron.
–¿Habla de golpear la puerta o de entrar, nomás?
–Yo voy; si me echan, me echan. Prefiero que me invites, pero si entiendo que debo estar, voy a ir aunque no lo hagas… Lógico, a veces mi presencia podría amenazar el statu quo de lo que tienen que ser las cosas. En lo personal, me sale simple el aparecerme ahí y plantearte: "Decime por qué no me invitaste". La conversación del porqué es lo que crea el cambio.
Ninguna producción de Marvel es un filme más… Tenés mucha suerte en Hollywood si conseguís participar en una de estas películas. Yo llevo 22 con Marvel Studios, y no puedo más que estar agradecida
–Usted le ha puesto el cuerpo a Capitana Marvel en una época relacionada a la discusión mundial por la igualdad de género. ¿Podría haberse realizado antes esta película?
–Se empezó a hablar de ella hace cinco, seis años. Sucede que previamente a lanzarla debíamos contar el origen de ciertos miembros del team de Vengadores, para luego avanzar, por ejemplo, hasta mostrar al más poderoso, que es adonde llegamos a través de Capitana Marvel: sí, una mujer es ahora el personaje más poderoso de nuestro mundo cinemático.
–¿Y vino para quedarse?
–Para quedarse y motivarnos a tocar estos temas. El periodismo tiene la posibilidad de darnos la verdad. Es importante que personas como vos me pregunten sobre la cuestión y hablemos, y que cuando escribas al respecto como ciudadano, padre, marido, pienses por qué hoy es el momento de la mujer y no lo fue ayer.
–Para Olivia (casi 9 años: la niña que adoptó con la actriz Imelda Corcoran, de 53), ¿usted es su Capitana Marvel?
–Cuenta con dos madres ocupadísimas que generan mil cosas de cambio, de diseño y le brindan en forma constante una fuente creativa. Desde que salió Guardianes de la galaxia y Pantera Negra ella entendió en mayor medida el tema de la diversidad, porque además va a una escuela donde la mitad de las familias no son blancas. Lo mismo ocurrió a partir de Capitana Marvel: las distintas mujeres del colegio pueden relacionarse a esta nueva heroína.
–Para el caso, ¿en la producción del filme hubo varias mujeres a cargo de áreas de liderazgo?
–Sin dudas. Escritoras (Anna Boden, Nicole Perlman, Geneva Robertson-Dworet, Meg LeFauve, Liz Flahive y Carly Mensch), uno de los dos directores (Anna Boden), la compositora (Pınar Toprak), en vestuario (Sanja Hays), yo como productora… De las 4.000, 4.500 personas empleadas, cerca del veinte por ciento fueron mujeres. Un porcentaje similar al de las últimas Avengers (Infinity War y Endgame), donde trabajaron seis mil personas. Vuelvo a mi hija…
–Vuelva…
–Con Capitana Marvel fue por primera vez a una première. Cuando bajé del escenario tras la presentación general, corrió hacia la escalera y, dándome un abrazo fuerte, me sorprendió (la imita): "¡Ay, qué suerte que sos mi mamá!". Quizás el filme le haya motivado a ver la vida de una manera diferente, donde el cambio es una posibilidad. A sus cinco años había transitado por un momento en el que me inquirió: "Quiero ser varón". "¿Cómo?… ¿Por qué?", le consulté.
–¿Entonces?
–"Porque los hombres tienen una mejor vida. ¡Si hasta practican más deportes que las mujeres!", añadió. "¡Pero las chicas pueden jugar los mismos deportes", la corregí. Entonces se quedó pensando un instante, para rematar: "Es cierto. Vos hacés todo lo que hacen los varones… Mejor, me quedo así".
–Contó que en las últimas dos partes de Avengers trabajaron seis mil personas. ¿Qué es para Marvel, Endgame, el filme de tres horas y 58 segundos dirigido por Anthony y Joe Russo que dará desenlance a los acontecimientos provocados por Thanos, quien viene de acabar con la mitad del Universo y parte de los Vengadores? ¿Apenas un nuevo filme?
–Ninguna producción de Marvel Studios es un filme más. Igual, se trata de una instancia bastante emocional para nosotros. Culmina algo que nació hace más de diez años. Pero, lógico, como adelantamos en los cortos, "parte del camino es el final". Tenés mucha suerte en Hollywood si llegás a participar en una de estas películas. Yo llevo 22 en Marvel…
–¿22?
–Y no puedo más que estar agradecida. El nivel de aceptación y bienvenida de los fans ha sido el mejor regalo que podía esperar. Creo que el tiempo responderá lo que significa para mí a nivel personal. En cuanto a los espectadores, he aprendido que no puedo anticipar cómo saldrán de la sala tras Endgame u otra de nuestras historias. Son muy sabios. Hay que respetar a la audiencia y darle tiempo. Ya nos lo hará saber.
–¿Su sueño cumplido era el que hoy vive, Victoria?
–Mi sueño cumplido es ser feliz, no mi carrera. Si ahora me sacás esto, yo sigo siendo feliz… ¿Qué es el regalito que me acercás?
–Ábralo, por favor.
–¡Aaahhhh! ¡¡Me mueeeeero!! ¡¡¡Me encaaaaaanta…!!! –grita al descubrir el calendario 2019 de Mafalda; y ya no hace falta aclarar que, pese a ser uno de los tres terrícolas que deciden el destino de cada superhéroe y villano de Marvel en cine, su corazón sigue latiendo en argentino.
Por Leo Ibáñez.
Fotos: Alejandro Carra, The Walt Disney Company, AFP e INCAA. Filmaciones para las redes: Ale Carra y Leo Ibáñez.
Agradecemos a Agustín Newell e Isabella García (de Disney Argentina) y a Franco Celentano, quien nos facilitó parte de sus piezas de Knowhere Collectibles (Honduras 5720).
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