"Juntos podemos volar mejor". La leyenda la pensó Cris Morena y está escrita en la pared de entrada de la residencia universitaria que la Fundación Sí inauguró en el barrio San Pedrito de la capital correntina. Pero ésta, la novena inaugurada, no fue una más. Porque una familia puso lo más preciado que puede donar: el nombre de su hija, que ya no se encuentra físicamente pero seguro mira emocionada desde algún lugar.
Por eso, debajo de la frase surgen las alas de un ángel, recreadas con plumas y trozos de árboles. No podía ser de otra manera: Cris Morena, Gustavo Yankelevich y la nieta de ambos, Azul Giordano, fueron los encargados de descubrir la placa que lleva el nombre de Romina Yan ViveRo, una hermosa manera de decir que Ro vive en estas acciones llenas de amor.
Todo nació el 5 de septiembre de 2018, el día del cumpleaños de Romina, cuando Cris y su familia decidieron organizar un concierto en su memoria. Esa noche se reunieron decenas de artistas y rindieron tributo a quien fuera la heroína de la tira Chiquititas. Lo recaudado aquella noche (que incluyó invitados de la talla de Abel Pintos y Valeria Lynch) fue destinado a esta casa, que en febrero abrió sus puertas y ya recibe a estudiantes de diferentes lugares del país.
El ideólogo fue Manuel Lozano, quien hace siete años se puso al frente de la Fundación Sí, que ya cuenta con 2.500 voluntarios, cada día da de comer a casi dos mil personas en situación de calle y acompaña a 232 comedores que asisten a 24.539 personas. Cierto día, este abogado nacido en Chscomús sintió que esto no alcanzaba. Quería hacer algo más. Y se puso a trabajar en este proyecto, destinado a que chicos de distintas provincias argentinas tuvieran un lugar para vivir y poder completar el sueño de terminar sus estudios universitarios.
Así fue que en 2013 inauguró la primera residencia en Santiago del Estero (allí ya hay dos) y continuó en La Rioja, Catamarca, Córdoba, Neuquén, Salta y Rosario. Lo cierto es que cuando Cris Morena conoció su trabajo decidió ayudarlo. Entonces pensó en Romina, su hija, y en aquel show que emocionó a todos y sirvió para recaudar la casi totalidad de los fondos que costaría la instalación de la residencia correntina. "Fue muy fuerte, muy emotivo. Cada casa que construimos les cambia la realidad a los chicos que vienen a vivir a lugares así", cuenta Lozano.
La flamante residencia ViveRo posee capacidad para 50 estudiantes del interior de Corrientes, Chaco y Formosa, de bajos recursos y con ganas de cumplir su sueño de graduarse. Para elegir a los chicos recorrieron 151 secundarios rurales. "Tienen realidades muy crudas y habitan a una distancia tan grande que, de no tener un lugar como éste, no podrían estudiar", asegura Manuel, rescatando el hecho de que fueron los residentes de las otras casas quienes convencieron y acompañaron a estos chicos para que se decidieran a dar el salto y venir a estudiar a la ciudad.
El sábado 30 de abril, día de la inauguración, a la familia de Romina se sumaron Agustina Cherri y Peter Lanzani, dos ex compañeros de Chiquititas, que también hicieron su aporte en aquella función. "Estas obras llenas de amor son el mejor homenaje para Romina. Un sueño hecho realidad. Estoy muy emocionada. Gracias a todos por hacerlo posible", dijo Cris, mientras Gustavo aplaudía de pie.
Cuando llegó su turno para hablar, miró a esos 50 estudiantes a los ojos y les dejó un mensaje de vida. "Nada se consigue sin esfuerzo y sacrificio". Para cerrar, Azul, la hija de la recordada actriz, descubrió la placa con el nombre de su mamá. De pronto todos miraron al cielo: sabían que Romina, desde allí, también les agradecía lo que habían hecho.
Por Sergio Oviedo con Pablo Ríos Urquidiz.
Fotos: Gonzalo Gómez, Pablo Ríos Urquidiz y gentileza Anita Tomaselli.
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