Luli Fernández: "Mi hijo eligió llamarse Indalecio"

A los 31 años, la conductora y figura de Multitalent fue mamá por primera vez. Devela las señales que los llevaron a bautizarlo “como un enviado de Dios”.

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Cansada, exhausta, con las ojeras a flor de piel, señal de que esta mamá primeriza está durmiendo poco. Sin embargo, para María Lucila Fernández Fittipaldi (31 años, más conocida como Luli) pocas veces hubo un momento de tanta felicidad. Es que el lunes 11 de marzo a las 20.25, junto a su pareja, Cristian Cúneo Libarona (48), cumplieron el sueño de ser padres. En el caso de la conductora y figura de Multitalent es su primer hijo. Mientras que el abogado ya es padre de Santos (20), María (19), Vicente (9) y Jacinto (7). "Indalecio Cúneo Libarona 11/03/2019. 'Inexplicable', 'incomparable', 'mágico' y 'revolucionario' fueron algunas de las palabras que más escuché durante mi embarazo de lo que significa tener un hijo. No son suficientes, no alcanzan, no existen. Es algo que te atraviesa y no puedo describirlo. El nombre de mi hijo quiere decir 'enviado de Dios'. Con mi marido aceptamos su voluntad de llamarse así. ¿Cómo SU voluntad? Sí, así como lo digo, pero dejo la historia para contárselas otro día", escribió Luli en su cuenta de Instagram. Ahora, en su primera entrevista para GENTE, la mamá devela el misterio.

–¿Cómo es eso de que tu bebé eligió llamarse Indalecio?

–Con Cristian somos muy creyentes. Creemos que los bebés eligen a las personas y el momento para nacer. Y en estos últimos años fuimos recibiendo señales de Indalecio…

–¿Qué tipo de señales?

–La primera fue hace dos años y medio, en un evento al que fui a trabajar. Escuché a un papá que llamaba a su hijo: "¡Inda, Inda!", y cuando le pregunté cómo era el nombre completo me dijo: "Se llama Indalecio". Se lo conté a Cristian y me confesó que ya lo conocía.

–¿Eso es todo?

–¡No, pará! La señal llegó en un viaje que tuvimos a Salta. Era domingo y viajábamos de Cachi rumbo al aeropuerto, para tomar el avión de vuelta. Pasamos por un pueblito que tiene tres manzanas. Toda la gente estaba yendo a misa, una procesión hermosa…

–¿Y?

–Cuando llegamos a la puerta, la iglesia se llamaba Indalecio. "¡Mirá, amor: el mismo nombre qué escuché en el evento hace unos meses!", le dije a Cristian. Como justo estábamos buscando quedar embarazados, él me miró a los ojos y me respondió: "Si llegamos a tener un varón vamos a ponerle ese nombre". A los pocos meses quedé embarazada. Cuando el obstetra nos dijo que era un varón, no lo dudamos.

–¿Cómo se siente ser madre primeriza?

–Es algo mágico… Dificil encontrar las palabras justas para expresarlo. Un amor distinto a todo lo que conocés, inexplicable. Creo que no fui mamá antes porque tenía un montón de cosas que transitar en lo profesional, lo personal y lo espiritual.

–¿Sentís que éste es el momento ideal?

–Sí. Cristian y yo estamos en pareja desde hace siete años, llevamos cuatro de casados, y todo se fue dando en el momento y de la manera que debe ser.

–Para tu esposo es el quinto hijo. ¿Cómo tomó eso de volver a ser papá pisando los 50?

–Transitó todo el embarazo como un primerizo: me acompañó mucho y siempre dice que ser papá a esta edad es una enorme felicidad.

–¿Cómo lo recibieron sus hermanos?

–¡De forma fantástica! Indalecio nació lleno de amor. Vinieron a la clínica con un oso gigante, todos divinos y preparados para conocerlo. ¡Se vivió como una fiesta! Somos una familia numerosa y ensamblada.

–¿El papá cambia pañales?

–Cristian cambia pañales, lo duerme, le hace provechito, lo calma: ¡tiene un manejo genial! Es un papá muy presente y activo. Tengo un gran compañero a mi lado.

Por Sergio Oviedo.

Fotos: Álbum Fernández-Libarona.
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